Si hubiese sido campesino!
Mas había en mi sangre
otro símbolo acechante,
una llama milenaria
de tragedia inexorable.
Hube de ser el asesino
de la sencillez de la sangre,
heredero de la muerte
y centinela de la carne.
Si hubiese sido campesino!
Sólo habría conocido
lo plenamente indispensable:
cuándo sale el sol,
cuándo se pone,
las duras labores
que impone el alba,
y un sueño sin temores
al fin de la jornada.
Hubiese sido mía
la ruda economía
del surco trabajado
con sangre alegre
y sudor preciado.
Y al fin de la jornada
un sueño libre y manso,
un sueño sin moradas
de horror y de quebranto.
Si la sombra no me
hubiese convocado
para ser el elegido,
de cuánta muerte inútil
me hubiese redimido!
Cuánto sol hubiese
visto tras las nubes,
cuánta luz sin pretensiones,
si hubiese sido campesino.
Hubiese sido un padre
quizá y un compañero
más simple y más veraz,
el Mesías de mis cabras,
casi el dios de mi caballo
y el hijo de una tierra
colmada de solaz!
Si acaso la sombra
no me hubiese convocado,
qué vida más vivida
me hubiese iluminado,
si hubiese sido
un torpe y llano,
un bruto y noble campesino!
De mi novela "Y Juramos con Gloria Morir"
27.8.07
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