22.3.24

 


Comencemos con la Niña Victoria.

Un clásico Edipo (Electra, si les gusta Jung) Femenino.

Ha hecho propia la gesta paterna, desde mucho antes de Milei, por supuesto, desde siempre.

Ella habla de su padre, jamás de su madre. Ha introyectado el Falo paterno y lo enarbola con gran elegancia y...dureza. 

Muchísimo más peligrosa que Milei, porque ella, nunca grita, nunca se exaspera abiertamente, de la misma manera que jamás veremos al asesino en serio (no al tarambana que vocifera y amenaza con matar) salir de su línea: fría, calculadora y letal.

Su vida íntima, como la de su socio presidencial, es desconocida, quizás porque simplemente no exista en términos de lo que podríamos denominar "genitalidad adulta". Hasta donde sabemos, la libido de ambos pasa solamente por el poder. (Fe de Erratas: en realidad, sabemos algo más de la libido de él, algo que genera aún más inquietud: están allí su hermana y sus perros) 

La bandera política de la Niña, es unidimensional, no se le conoce otro interés que el de salvaguardar el de los militares, y reivindicar todo lo que estos han hecho. Y allí está su padre, el fallecido Teniente Coronel Eduardo Villarruel, con quien la Niña comparte una inquietante semejanza física. Casi se podría decir que Victoria es el Teniente Coronel sin bigotes, con Peluca y colorete.



El infantilismo genital es algo que quizá compartan con Milei. Son dos que no han seguido el curso socio-afectivo común a la mayoría de la especie humana. No hay matrimonios, ni parejas estables, ni reconocidas, no hay hijos...En fin, nadie sabe verdaderamente lo que hay. Los imaginativos podrían jugar mentalmente con una buena cantidad potencial de parafilias, algo de lo que yo me abstendré de especular aquí.

No hace falta ser Nostradamus para predecir que este dúo no puede terminar en buenos términos. Por varias razones, ella es severa y hieráticamente fálica, y él expone demasiado ostentosamente su falo en todo lo que dice y cada vez que habla. Algo que siempre levanta dudas con respeto al "aparato" real en cuestión. Además, dos son pareja, pero tres son multitud. Y está Karina, que por ahora la tolera, pero, ¿hasta cuándo?






Acerca del joven rebelde, -nuestro James Dean vernáculo-ya he escrito mucho. 
Es evidente que la guerra a muerte contra el estado no es más que el Acting Out del parricidio real con el que siempre debe haber soñado Milei. Comentarios del propio Milei que abonan esta teoría hay demasiados como para tener alguna duda. 

En el Edipo de Milei encontramos un maravilloso desplazamiento en términos psicoanalíticos, el objeto amado es la hermana, no la madre (esta última debe haber representado para Milei una Teta Seca o Tóxica, que su hermana se encargó de suplantar con amor protector, y con ahínco y prodigalidad.

Todas estas disquisiciones no tendrían mayor importancia si no se tratase de una dupla que, por imperio de la decadencia terminal de la nación, han logrado encaramarse al podio presidencial. Lo que le otorga a esto que no hubiese pasado de ser una anecdótica comedia, un halo de tragedia que debería preocupar, sin lugar a dudas, a cualquier argentino decente con dos dedos de frente.



 



 





2.3.24

                                                              

                         Guerrera Perfecta

                          Amazona Impecable

                        Valquiria Deslumbrante




De mi libro "Celtic Dream"


                                         

 

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