que sé hasta dónde
soy ajeno al polvo y a la piedra.
Limbo errante donde vidas
sin término se encuentran.
Voz perpetua
hincándome su forma
pavorosamente nueva.
Extinguiéndome sin fondo,
llegando permanente,
comiendo de mi sangre
que ávida bocas
se renueva a cada instante
y me entrega siempre.
Horizonte a cada lado:
Arriba,
Adentro,
Abajo.
Horizonte por siempre inacabado.
Eternidad de manos y de labios:
Besándome,
Moliéndome,
Secándome,
volviéndome al trapiche de la sangre.
Horror!
amor de tierra tan sólo
cercándome sin tregua.
De mi libro "Extinción de la palabra"
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