"Mata, Señor,a aquel que, sin saber nada, osa enseñar a los demás el camino que conduce a las puertas de Tu Reino"
Antiguo proverbio de Medio Oriente
Si esta máxima Persa se aplicase en toda su extensión, le sobrevendría al mundillo de la "Nueva Era" una masiva mortandad.
Sólo una vez estuve en un prostíbulo, al que me llevaron cuando tenía 15 años. No sé bien para qué, porque para ese entonces ya no necesitaba esa "iniciación".
No me resultó edificante, ni en absoluto entretenido. Y conste que a pesar de ello guardo por esas dulces o tristes mujeres los más tiernos sentimientos en mi corazón.
Pero si me dieran a elegir entre un viaje a los burdeles y otro a los santuarios de los supuestos maestros espirituales de este siglo, no dudaría un instante en elegir a las putas, con la certeza de encontrar, bajo el disfraz de los pinturrajos y la forzada lujuria, corazones más puros que en aquellos infames y abominables lugares donde abunda aquella otra exudación horrible, que tal vez fuese el único pecado no perdonado por el Galileo: la hipocresía.
De cualquier manera, los supuestos gurúes y maestros del circo espiritual consumista, no engañan a nadie. Los que llegan mayormente lo hacen asimismo movidos por un deseo fraudulento, el de que alguien haga el Trabajo por ellos y se lo entregue ya predigerido y listo para consumir.
¿Quien es más pillo o más idiota, el que pretende conferenciar acerca de lo impronunciable o el que paga y se prosterna con la intención de escuchar nombrar lo innombrable?
No puede causar sorpresa, el que una empresa tan peregrina, tan sustancialmente absurda, termine casi siempre en un gran rechinar de dientes.
Pero como nacen más pillos e idiotas que cualquier otra cosa, el negocio de los empresarios "espirituales" está bien asegurado.
Sic transit gloria mundi.
25.8.07
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