31.5.13

Poeta.
Parezco un dinosaurio
escribiendo
su propia biografía
de historia natural.
Me escuchas, McLuhan?
Me cago en tu novia cibernética,
en la fibra óptica,
los video clips
y los satélites de mierda.
Soy un dinosaurio que agoniza.
Y es evidente que la Era Gutenberg desapareció.

Pero, se acordarán acaso de ti,
puñetero McLuhan, o de mí?
Acaso nos encuentren a ti y a mí,
desgraciado McLuhan,
tiesos como mamutes polares,
inmaculadamente intacto como ellos,
con la carita asombrada
de recien muertecillos
y con la barriga llena de pasto
apenas comenzado a deglutir.

Que encontrarán en nuestro vientre,
degenerado McLuhan?
Papeles, palabras
a medio digerir,
ideas apenas masticadas
y el vómito negro
de la angustia cultural,
de tanta mierda dolorosa
y dolor prefabricado
que nos hicieron tragar,
querido McLuhan.
A mí, que hubiese deseado
palmeras y soles sin fin,
que sueño todavía
con ser analfabeto,
más burdo que una tapia sin revoque,
deliciosamente burro,
ilustrado McLuhan.

Pero, qué hemos hecho
al fin y al cabo tú y yo,
condenado McLuhan?
Dedicamos nuestra vida
a relatar minuciosamente
hasta el último detalle
de nuestra propia violación.
Hasta reventar trombóticos
de semántica y fonemas,
atragantados de cifras
y de radicales libres
y toxinas las arterias.
Apestados hasta el alma
de civiolación-civilizada.
Acribillados por las cuotas,
los impuestos y decretos,
aplastados por los goces
increíbles del estado hipermoderno.

Nos comió la tecnocracia,
desventurado McLuhan,
la diosa que te dio
de comer y de vivir.
Nos queda la esperanza
de saber que la eternidad
también a ella  la habrá de devorar!
 

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