No hay deseo pequeño.
Todo deseo lleva en sí
el germen de la enormidad.
Nunca minimizar
el terrible poder
de las aparentes minucias.
Mirad a la humilde semilla
y al infintesimal espermatozoide...
Mirad la ingente ominosidad
que termina surgiendo
de algo tan engañosamente pequeño...
Y se multiplica y se multiplica y se multiplica...
Y me resulta siempre
indeciblemente difícil
olvidarme de la Primera Noble
verdad que el Buda proclamó...
Y de las siguientes por él enunciadas.
21.3.13
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