Carta a Dios
Me mueve a escribirte la infinita piedad que siento por Ti,
Oh Inmarcesible, ya que sólo Alguien/Algo en situación de padecimiento
inconcebible puede haber generado Esto que Tú has creado.
Yo, microbio menos que infinitesimal, me dirijo a Ti con una
tristeza más cercana a tu dimensión que a mi humanidad, apenas imaginando tu
tedio, tu hastío innumerable, en esta Eternidad que Eres y de la que no puedes
escapar.
Yo, microbio menos que infinitesimal, he tenido visiones de
terror inenarrable en las que he contactado con una pequeñísima porción de esa
percepción de Eternidad, y aún sigo girando en el temor y el temblor que desafía
la imaginación de cualquiera que no haya percibido Horror semejante.
A diferencia de la mayoría –benditos sean ellos en su bienaventurada
Ignorancia-Yo Conozco el Horror Original, Primigenio y Ultérrimo, que Te define.
Y por eso me apiado de Ti, con una infinitud más cercana a
tu inmensidad que a la mediocridad inmensurable de mi microscópica situación.
No hay nada comparable con Ese Horror.
Estérilmente escribirán sobre Ti los autodenominados “teólogos”
que no llegan ni a rozar el Espanto Sideral al que pretenden asomarse.
Yo me he Asomado.
Y apenas tolero el Vértigo insoportable al que esa Visión me
ha lanzado, sin solución ya de continuidad.
Padre-Madre, conociendo la Agonía Infinita
en la que te Mueves y
Eres,
Yo te Perdono.
Te Perdono ahora y para Siempre.
Amén.
0 comments:
Publicar un comentario