Nos vamos a cantar a otra galaxia
(el grito seguirá-nunca lo duden-desde la tumba oceánica)
No fuimos derrotados por el hambre,
tampoco por el nuevo terror del desarrollo
que los ecólogos esparcen
mezcando sus ideas con poluciones
de uranio, de plutonio, de cibernéticas extrañas.
Caímos derrotados por simples argumentos:
Hemos perdido fuerzas y la mufa y la náusea
la tenemos metida hasta la misma médula.
No damos más, todo es sencillo en este instante:
Estamos repodridos y la pobre palabra es un valor inerte
para vencer el putrefacto clan de las celebridades de la nada.
Luchamos muchos años-hicimos de la palabra un arma-
contra el silencio y los hijos de puta (pedimos perdón por la palabra!)
que siguen gobernando la tragi-cómica cultura
que los androides argentinos por el mundo desplazan.
Les creamos problemas (estamos seguros que así ha sido!)
Hemos dejado en el registro conológico
un mar de denuncias concretas y violentas
que no podrán borrar, aunque lo quieran.
Pero estamos cansados, partidos, destrozados,
nos fue venciendo el medio mediocre permanente,
la impotencia, la soledad, incluso el miedo
que la represión procrea,
siempre ayudada por la mudez congénita
del rebaño sin fin de los androides
que digitan las famas, la cultura, la difusión
y la supervivencia:
jamás en nuestra tierra el creador
pudo poner en la batalla sus ideas.
Nos vamos a cantar a otra galaxia:
La pampa húmeda pudrió nuestros esfuerzos.
Tal vez volvamos(no existe la resurreción de la palabra?)
o tal vez -suprema venganza de los sabios-
nunca más pronunciemos metáforas, ni metonimias, ni nada...
En las espaldas dejamos el futuro-a los nuevos poetas?-
un millonario testimonio de denuncias
contra la peste atroz que sigue gobernando nuestra tierra.
Ariel Canzani D
Océano Atlántico, Septiembre de 1973
(Aparecido en el último número que se publicó de "Cormorán y Delfín" -Revista
Planetaria de Poesía)
No fuimos derrotados por el hambre,
tampoco por el nuevo terror del desarrollo
que los ecólogos esparcen
mezcando sus ideas con poluciones
de uranio, de plutonio, de cibernéticas extrañas.
Caímos derrotados por simples argumentos:
Hemos perdido fuerzas y la mufa y la náusea
la tenemos metida hasta la misma médula.
No damos más, todo es sencillo en este instante:
Estamos repodridos y la pobre palabra es un valor inerte
para vencer el putrefacto clan de las celebridades de la nada.
Luchamos muchos años-hicimos de la palabra un arma-
contra el silencio y los hijos de puta (pedimos perdón por la palabra!)
que siguen gobernando la tragi-cómica cultura
que los androides argentinos por el mundo desplazan.
Les creamos problemas (estamos seguros que así ha sido!)
Hemos dejado en el registro conológico
un mar de denuncias concretas y violentas
que no podrán borrar, aunque lo quieran.
Pero estamos cansados, partidos, destrozados,
nos fue venciendo el medio mediocre permanente,
la impotencia, la soledad, incluso el miedo
que la represión procrea,
siempre ayudada por la mudez congénita
del rebaño sin fin de los androides
que digitan las famas, la cultura, la difusión
y la supervivencia:
jamás en nuestra tierra el creador
pudo poner en la batalla sus ideas.
Nos vamos a cantar a otra galaxia:
La pampa húmeda pudrió nuestros esfuerzos.
Tal vez volvamos(no existe la resurreción de la palabra?)
o tal vez -suprema venganza de los sabios-
nunca más pronunciemos metáforas, ni metonimias, ni nada...
En las espaldas dejamos el futuro-a los nuevos poetas?-
un millonario testimonio de denuncias
contra la peste atroz que sigue gobernando nuestra tierra.
Ariel Canzani D
Océano Atlántico, Septiembre de 1973
(Aparecido en el último número que se publicó de "Cormorán y Delfín" -Revista
Planetaria de Poesía)
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