El hombre que soy,
los hombres que somos,
con anhelos de infinito
pero siempre atravesados
por esta fugacidad inmarcesible.
Tenues presencias en caída permanente.
Tú y tan solo tú has logrado disolver
el terror a la eternidad
que me acompaña desde los siete años.
Contigo y solo contigo,
querría vivir para siempre.
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