Freud dictaminó que la mujer envidiaba el pene. Lógicamente, era una mera representación del supuesto poder fálico en una sociedad patricarcal. Era la envidia del presunto poder del varón.
Pero en realidad es precisamente lo contrario.
Es el varón quien envidia la matriz.
Y esa envidia genera odio.
Y el odio del varón hacia la mujer,
le ha enseñado a la mujer a odiarse a si misma.
Todo eso, más lentamente de lo que muchos suponen,
pero de manera igualmente irreversible,
está cambiando.
Finalmente.
26.8.12
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