21.8.12



Anna Ardin contra Julian Assange: la espía contra el 'violador'

JUNTO CON SU AMIGA SOFIA WILEN TEJIÓ UNOS ENCUENTROS AMOROSOS QUE LLEVAN AL FUNDADOR DE WIKILEAKS A LA CÁRCEL


 Julian Assange, el fundador de Wikileaksconocido por difundir miles de documentos que comprometen a la diplomacia norteamericana, acudió Estocolmo para participar en un seminario sobre los medios de comunicación en los conflictos.Assange llegó a la capital sueca cuando aún estaba reciente la noticia de los documentos revelados por Wikileaks sobre EEUU y la guerra de Irak.
Anna Ardin, militante feminista sueca contactó con Assange, puso a disposición su casa para los días del seminario y ahora se ha convertido en la mujer que le ha llevado a la cárcel. Pero esta historia no se acaba aquí. Fuentes muy fiables aseguran que Ardin trabaja para la CIA y aquellos flirteos habrían servido para conducir a Julian Assange a una trampa, con acusación sexual incluida.
Cuando Assange llegó a Estocolmo, Ardin estaba fuera de casa, pero regresó al día siguiente. A Assange le gustó la mujer, de 30 años, y a ella él. Aunque todo, al final, parece ser una pantomima de ella. Tras cenar, ambos acabaron en la cama.
Fue la primera trampa de Anna Ardin a Julian Assange. Según la declaración de la mujer, durante el acto sexual se rompió el preservativo y ella le pidió que interrumpiera el acto, lo que él no hizo. Por eso Ardin le acusa de violación.
Sin embargo, sorprendentemente, después de aquel encuentro, la Anna Ardin mantuvo una relación amable con Assange: el 14 de agosto le organizó una fiesta.
Paralelamente, la trama se estrechaba sobre Julian Assange. Sofia Wilen, una chica de 20 años, pareja del artista estadounidense Seth Benson, que puso sus ojos en Assange sentada en la primera fila durante el seminario. Fue ella la que se acercó al Assange, quien entabló el primer contacto. Se fueron a comer, y él cometió un ‘terrible desliz’: apoyó su brazo sobre ella.
Fueron juntos al cine. Y sin que ocurriera nada más Assange volvió a casa de Ardin, quien también conocía -¡sorpresa!- a Sofia Wilen.
El día de la fiesta que Anna había organizado para Assange, éste y Sofia quedaron, cogieron un tren, que el fundador de Wikileaks no pagó porque no disponía de dinero en efectivo y no quería usar las tarjetas de crédito. Acabaron en casa de Sofia.
Allí hicieron dos veces el amor. Una por la noche, con preservativo, y otra por la mañana sin condón. Nueva trampa: Sofia asegura que se sintió molesta por la negativa de Assange a usar el preservativo.
Posteriormente, Sofia llamó a Anna, le relató lo ocurrido, Ardin le contó su versión de su propia historia y decidió echar a Assange de su casa.
El 20 de agosto acudieron a una comisaría y denunciaron a Assange por delitos sexuales. Tras la declaración la policía acusó a Assange de un delito de violación a Sofia y otro de acoso a Ardin. "En ambos casos el sexo fue consensuado en un principio, pero luego se convirtió en un abuso", señaló Ardin para defender sus denuncias.
Anna Ardin, feminista convencida, que hasta en su blog describe como "vengarse de los hombres en siete pasos legales”. Pero Anna Ardin tiene una historia desconocida hasta ahora: trabajó con un grupo que tiene conexiones con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.
De acuerdo con una investigación publicada por Israel Shamir y Paul Bennett, Ardin parece tener “vínculos con grupos financiados por Estados Unidos contra Fidel Castro y por grupos anticomunistas”.
La joven, nacida en Cuba, trabajó a favor de “Las Damas de Blanco”, un grupo de mujeres que se opone al gobierno cubano.
La otra mujer que denunció a Assange, Sofía Wilden -pareja sentimental del artista estadunidense Seth Benson-, fue quien presentó la otra demanda contra el fundador de Wikileaks.
Asimismo, fuentes de la Fiscalía sueca dijeron que Assange no era buscado por violación como se había informado, sino, por el delito “sexo por sorpresa”, una ley sueca que prohíbe las relaciones sexuales sin preservativo.
James D. Catlin, abogado de Assange, señaló que tanto Ardin como Sofía Wilen, de 26 años de edad, enviaron mensajes y tweets alardeando de sus conquistas después de las supuestas “violaciones”.
 Arriba, Julian Assange y Anna Ardin. Abajo, Sofia Wilen.
 

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