2.8.09

(culs de sac, boobytraps, abismos, atentados y espejismos diversos en el camino de salida)






Ojos para quien quiera Ver y oidos para quien quiera Escuchar


Lo que llamamos realidad no es más que una alucinación colectiva consensuada.Pero está lejos de ser un fenómeno fortuito o producto azaroso de lo que los científicos “civilizados” llaman “evolución”. Por el contrario, es un proceso pensado, planeado y sostenido desde estratos de consciencia mayormente ajenos a nuestra percepción.

Si un gusano (cuya percepción se limita a dos planos) fuera atravesado desde arriba -un tercer plano que le es perceptivamente inaccesible- por una lanceta, moriría sin “saber” lo que le ha ocurrido (Magister Atienza dixit!) Nuestra injustificada soberbia nos hace fantasear que podemos imaginar lo que está más allá de las posibilidades de nuestra imaginación. Y hay una infinitud que se extiende más allá de los límites a los que nuestra imaginación puede llegar.

En el primer párrafo escribí la palabra mayormente en bastardilla, porque hay fisuras posibles en aquello que de lo contrario sería un laberinto inexpugnable.Esas fisuras se abren a veces “graciosamente (es decir, “por gracia”) y a veces intencionalmente (luego de que el individuo en cuestión haya agotado todas las posibilidades de su cordura establecida y se encuentre en esa situación terminal que Madame Naglowska solía proponer a sus fieles mediante técnicas absolutamente non-sanctas y con propósitos que sólo ella conocía).

Baudelaire decía que el mayor logro del diablo era hacerle creer a la gente que él no existe. Pero quien crea que nuestra verdadera lucha es “contra carne y sangre”, en el sentido literal, está mortalmente equivocado. Como reveló quien aparece como Saulo de Tarso, tenemos sin duda lucha contra principados y contra potestades, contra señores de las tinieblas de este mundo.
Y quien considere que esto no es más que una forma metafórica de expresar fuerzas intangibles, estaría nuevamente cometiendo un letal error.

Los señores de las tinieblas de este mundo odian la vida orgánica y toda su exuberancia, y disfrutan de los ambientes oscuros y subterráneos. Ambientes similares a los de las “Discos” repartidas por todo el mundo civilizado, donde en la madrugada y reptando por pasadizos oscuros, jóvenes (y no tan jóvenes) de ambos sexos se entregan a prácticas de promiscuidad sin amor creyendo que ejercitan así su "libertad" sexual. Ignorantes de que su energía es consumida y manipulada por Aquellos que están llevando al planeta a su destrucción ecológica, para que todo finalmente sea similar a los abismos subterráneos de donde ellos salieron.


Los seres vivos no pueden ser tratados como objetos sin ver inevitablemente corrompida su condición como tales. Para poder destruir la ecología "exterior" como se está haciendo, es preciso primero haber quebrado la ecología interior, es decir, la de la mente de los hombres.
Las culturas tradicionales –usualmente llamadas “primitivas”- tenían una consciencia cotidiana de Lo Sagrado. Para el hombre que vive en cosubstanciación con la naturaleza TODO ES SAGRADO.

Pero llegaron los señores de las tinieblas de este mundo. Llegaron a este planeta huyendo de quienes los perseguían, y los perseguían porque conocían bien de lo que eran capaces. Y se establecieron en este planeta. Y se hicieron pasar por dioses, porque los hijos de los hombres eran criaturas inocentes. Y manipularon genéticamente a los hijos de los hombres. Y escribieron luego varios de los libros religiosos que la mayoría de la gente tiene hoy como sagrados. Libros que los ponían a ellos-los falsos dioses-por encima de todo y más allá de toda duda.
Libros en los que invitaba al hombre a pensarse como afuera de la naturaleza, confrontado con ella.

Mientras que arrojaron además –de manera falaz e infame-todo el mal sobre los hijos de los hombres. Toda la culpa, y todo el miedo. Y todos los “pecados originales” que solamente ellos han creado y que solamente habitan en ellos mismos. El hombre no tiene ningún pecado original, ninguna culpa original. Toda la miseria le ha sido impuesta por estos genetistas estelares que irrumpieron en este planeta por la puerta trasera. Y se quedaron desde entonces generando todo el mal. Bajo el amparo de sus acólitos –concientes o inconscientes- los sacerdotes de todas las religiones organizadas desde el principio de la historia.

Cuando el hombre estaba en estado puro e inocente, no hacía falta ninguna religión. Porque no hacía falta “re-ligar” nada. Porque todo –aún el aliento-era Sagrado y en todo había consciencia de lo Sagrado.

Y con todo el mal trajeron todas las divisiones, todas las comparaciones, todas las carencias, todas las medidas. Todas las falsas estructuras que rigen hoy como entonces cada uno de los movimientos que el pobre hombre que orgullosamente se llama “civilizado” realiza a lo largo de su día –también falsamente medido y controlado por Aquellos-.

La miseria y el hambre son un producto artificial. La Naturaleza sólo conoce la abundancia. No hay carencia en la naturaleza. Pero la naturaleza debe ser respetada para manifestarse como tal en toda su integridad.

Y los Tenebrosos abrieron la caja de pandora de la que salieron todos los males y todas las carencias y todas las maldades que son originalmente ajenas al hijo del hombre.

Los científicos actuales fantasean con un eslabón perdido que jamás podrá ser encontrado, porque no es más que una fantasía de su tosca imaginación. Compartimos algo así como el 97% del ADN (punto más o menos) con los gorilas y otros primates.
¿De dónde o cómo creen que salió esa diferencia?
¿Como resultado de la evolución natural?
Hace falta tener verdaderamente una ingenuidad - y una credulidad- mayor aún que la de los fanáticos de las diversas religiones organizadas para poder creer o concebir semejante disparate.
Ese porcentaje es parte del ADN extraño que le fue implantado al hombre original por estos intrusos despiadados.


Ninguna de las estructuras de este mundo está fuera del control de Aquellos que han concebido este mundo que hoy habitamos. De hecho, han sido esencialmente creadas y establecidas bajo su constante “inspiración”.
Como he dicho, las religiones organizadas; la ciencia sin consciencia, la educación, los gobiernos, las grandes industrias, la banca internacional y todas las estructuras de entretenimiento y propaganda globalizadas. En todas estas estructuras hay, por supuesto, pequeñas fisuras por las que se filtra de manera inevitable la Luz de la Conciencia que Somos. Porque a pesar de toda su astucia y todo su poder mental, son falsos dioses, no dioses. Y hay, aquí y allá, elementos que escapan de su control. Pero no cometan el error de subestimarlos, porque han avanzado mucho. Todo a expensas de la ignorancia y la estupidez que, lógicamente, ellos mismos implantaron en el “nuevo hombre” que fabricaron.

La llamada “nueva era” ha estado infiltrada por ellos desde el comienzo. Sería absurdo pensar que se iban a perder esa estupenda oportunidad.
¿Cómo podemos saberlo?
¿Han visto ustedes lo que ocurre en prácticamente todos los movimientos “nueva éricos”, tarde o temprano?
¿Ven las luchas poder?
¿Los deseos de los individuos por adquirir dominio sobre los demás o tener el control sobre los otros?

El deseo de control sobre los demás, de dominio sobre el prójimo, es el signo distintivo de esa Bestia original que se llama “los señores de la tinieblas de este mundo”.
El hombre original, que está siempre intentando aflorar en nosotros por encima de la manipulación genética impuesta, no está interesado en controlar a nadie, en dominar a nadie, y se mueve por la vida “espiritual”sin afán de lucro ni ánimo de recompensa.Porque, como lo tiene todo –porque tiene la Consciencia-jamás le falta nada.

Es muy sencillo distinguir la paja del trigo.
Por sus frutos los conocerán.

Hubo varias grandes guerras de las que la historia no guarda memoria, pero están bien inscriptas en la estructura genético-memética de la humanidad.
Robert Oppenheimer –el padre principal de la bomba atómica- leía asiduamente –y aún citaba- el Mahabharata, una de las dos más grandes épicas de la literatura de la India, donde se relata, precisamente, una de estas grandes guerras estelares.
Cuando un estudiante de Princeton le preguntó a Oppenheimer –luego de Hiroshima- si esta era la primera vez que se había hecho estallar una bomba atómica de esa manera., Oppenheimer le contestó: “Bueno, en los tiempos modernos, sí, por supuesto”.

Los “hijos de la tiniebla” ya han devastado el mundo más de una vez en el pasado.
Lo hicieron en la Atlántida.
Mucha gente ingenua piensa que ese continente fue un especie de paraíso luminoso, cuando en realidad se trató del primer gran intento –aunque puede haber habido otro previo de menor alcance- de crear una “civilización globalizada” bajo el imperio de la tecnología y la ciencia sin alma. Por razones que hoy estamos comenzando a conocer, en parte fracasaron, no sin antes llevar al planeta a un cataclismo mayor.

Lo que conocemos ahora como “civilización globalizada” es el nuevo intento que marcha -desde el temprano siglo XIX-a velocidad ampliada.

Estamos en medio de la guerra más cruenta de la que guardemos memoria.El hecho de que casi nadie se de cuenta –o malinterprete los signos como lo hacen los fanáticos de las religiones organizadas- es un índice más del estado de sueño inducido en el que ha sido puesta la humanidad.

Armageddon ha llegado. Ya está aquí.
Lo que la mayoría desconoce, es que el campo principal de esta gran batalla
se está librando en la mente de los hombres.

Manuel Gerardo Monasterio

(que no se está convirtiendo de Rajneesh en Osho, ni “se ha muerto” como José Arguelles para que venga Valum Votan, sino que simplemente está "desapareciendo" para siempre sin que nadie venga a ocupar su lugar)

Ciudad de Buenos Aires –todavía-a los 29 días de Enero de 2008 del calendario que rige este mundo

1 comments:

El Farabute dijo...

...simplemente está "desapareciendo"

Parece fácil de comprender, pero en éste momento siento un vacío y un mar de dudas que me envuelve por completo; y como lo único real es ésto, aprovecho para mandarte un gran abrazo.
El Farabute.

 

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