Parece casi increible que este director sea el mismo que diseñó aquella pieza de antología que fue "Blade Runner".
Pocas veces he visto algo tan desafortunado como este intento de relatar la vida de Moisés.
El desconocimiento de lo que esta figura representó y representa para la historia occidental es tan profundo por parte de la gente a cargo de esta producción, que resulta difícil imaginar cómo pudieron llegar a confeccionar algo semejante.
La muestra carece de la mínima percepción de espiritualidad o misticismo, y apenas llega a ser una vulgar caricatura del más significativo profeta y líder del pueblo hebreo.
Es evidente que la judería de Hollywood se encuentra navegando mentalmente por un bajo fondo sumamente elemental e irreversiblemente decadente.
Sorprende que los Judíos genuinos no hayan levantado la voz frente a este atropello absurdo, que puede confundir a más de un incauto haciéndole creer que esta impudicia fílmica tiene alguna relación con el Moisés del que tenemos noticia.
Lamentable.
Oprobiosa.
Inmirable.
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