La humildad es el subproducto natural de la sabiduría,
de la sabiduría de saber que incluso lo poco que creemos saber
quizás sea insuficiente, o falso, o ambas cosas a un tiempo.
Y hay que Vivir en la única certeza
que es la incertidumbre, pero sin enloquecer.
Y para no enloquecer hay que haber
abandonado toda expectativa
de recibir lo que uno considera
que debería recibir como fruto
de sus deseos, labores o esfuerzos.
En una palabra:
hay que cesar de ser humano
para que aflore Aquello
que no podemos explicar ni describir.
5.2.14
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