5.1.10

Uno se ha pasado treinta años– en algunos casos casi cuarenta-pensando algunos temas fundamentales de la existencia humana, y de pronto aparece cualquier francotirador que, dándose de bruces con el tema, y sin tomarse trabajo alguno para observarlo a fondo y hacerle justicia en su posible significación, espeta ahí nomás su opinión, la que sale con la misma intempestuosidad que una flatulencia inesperada.

Lo triste es que el “portador” suele considerar que su “opinión” merece respeto…

Por qué debería merecer respeto, es algo que escapa a mi percepción.

La respetabilidad de las opiniones depende de la capacidad específica de quien las propone y del criterio particular aplicado a la opinión expresada. Mi opinión, por ejemplo, en temas de física, matemática, ingeniería, y un sin fin de otras disciplinas, carece en general de toda respetabilidad, por cuanto no estoy entrenado ni capacitado en dichas ciencias. Pero pareciera que en materia de política, psicología, antropología y sociología, todos podemos opinar de la manera que se nos ocurra.


A propósito de esto, he recibido un comentario a mi artículo sobre el matrimonio gay

( http://manuelmonasterio.blogspot.com/2009/12/matrimonio-entre-homosexuales.html)

que dice lo siguiente:


“y yo digo "si". el tiempo dice que "si"
el tiempo cambia,
la necesidad que se muestre igualdad es obvia para el respeto y libertad,

"todos van por mas"
tireme la piedra el primero que no.”

Firma: Guillermo.


Bueno, Guillermo, Usted escribe: “El tiempo dice si…”

Lo que resulta una imagen un tanto funambulesca, ya que difícilmente el tiempo tenga algo para decir al respecto…

Quizás intente referirse Guillermo al Zeitgeist (espíritu de los tiempos) pero no podemos saberlo.


El tiempo cambia, por cierto. Hoy hace frío, mañana calor, pasado mañana llueve y al rato se detiene la lluvia…Pero, ¿Qué tiene que ver el tema del matrimonio gay con la meteorología?


Lo que Guillermo, como miles de otros audaces charladores, nos quiere hacer creer es que “el tiempo del matrimonio entre homosexuales ha llegado”.

¿Por qué razón debería haber llegado ese tiempo?


Vamos a decirlo nuevamente, porque quizás no les ha quedado suficientemente claro:

Podrán darse en matrimonio, podrán adoptar, quizás mañana incluso puedan crear la norma jurídica para que “la norma” sea, no el matrimonio heterosexual sino el matrimonio entre sexos iguales. Pero nunca, jamás, podrán torcer la naturaleza. Por lo que, como Freud lo consideró en su tiempo, muchos de nosotros –más de los que se pretende según retorcidas estadísticas- consideramos la conducta homosexual una perversión, lo cual, permítaseme aclarar, no es más que lo que la palabra dice: “per verso”, es decir, por un camino diferente. Que esa diferencia pueda exigir “igualdades”es algo ya que ataca la razón y pasa a ser un sofisma insostenible.


En la matriz de la hembra se desarrolla el embrión.

Guillermo: ¿Dónde vé usted que, eventualmente, pueda el varón cargar el embrión?


“Matrimonio”, estimado Guillermo…Pero si hasta la palabra lo dice todo, (y vaya esto para todos los confundidos defensores y adalides de estos retorcimientos de la naturaleza a los que se pretende hoy en día dar viso de legalidad, corrección y “naturalidad”, incluso aqui el Sr. Mario Vargas Llosa, quien últimamente pontifica-derrochando su erudita ignorancia-a favor de este grotesco ) “Matrimonio”, le decía, Guillermo, viene de “matris-munium”, esto es, literalmente, “oficio de madre”


¿Querría usted decirme, estimado Guillermo, como pueden dos varones ejercer dicho oficio?


Todo este asunto es tan grotesco, que el sólo hecho de tener que dar alguna explicación al respecto, nos da la pauta del estado mental de la humanidad.


Es vergonzoso, que lo único que hayan tenido para decir los abogados católicos argentinos, es que el casamiento de Ushuaia "es un show". Si conocieran las bases mas profundas de su teología –la que dan muestras de desconocer, así como la desconocen la mayoría de los frailes de su religión - deberían saber que es mucho mas que "un show", es un intento “de inversion” en todos los sentidos de la palabra, ya que se trata, literalmente, de dos invertidos evocando el viejo axioma de los teólogos medievales:“Diabolus est Deus inversus".


Ahora bien, hasta para hacer algo semejante hay que tener pelotas –como las tenía Aleister Crowley-que era un mago negro en serio, consciente de lo que hacia y haciéndose cargo de las consecuencias.


“Igualdad”, “libertad”, palabras talismán que son lanzadas en el discurso para generar una nube de humo donde se pierde todo rigor conceptual y se crea una ilusión de respetabilidad… y modernidad.


Lamento comunicarle a Guillermo y a todos los igualitaristas posmodernos, que la igualdad es una fantasía que sólo alienta en sus deseos. La igualdad no existe en el universo real. La estructura natural es jerárquica (esto será inevitablemente malinterpretado, pero, honestamente, no tengo tiempo ni ganas hoy día para dar clases de epistemología y semiología al respecto)


Si hasta desde el gobierno argentino llega el mismo ridículo mensaje: “igualdad para todos”…Lo que esta buena gente pretende decir, infructuosamente, es en realidad “equidad”. Pero, ¿Qué podemos esperar de un gobierno que no sabe distinguir la diferencia ni siquiera de lo que dice? Mal podría saber lo que está haciendo.


Vivimos en una época en que todo parece posible. Todo parece estar al alcance de nuestras posibilidades. Pero la mayoría no se da cuenta de que, el hecho de que sea posible, no significa necesariamente que tengamos que hacerlo.. Este error de interpretación resulta funesto, y está llevando a esta civilización hacia su ruina. Lo que probablemente sea lo mejor que pueda ocurrir.


Guillermo no ha aportado ningún argumento que avale su “si, yo estoy de acuerdo” por lo que su “Sí, estoy de acuerdo” tiene la validez de una elección “gustativa”, inaplicable a un tema medular como lo es el de que una sociedad avale jurídicamente el matrimonio entre personas del mismo sexo.


“Todos van por mas”…

¿Por más qué?

Otro cliché de la época, insostenible, por cierto: el mito del eterno progreso.


En fin, la triste realidad es que no se presentan interlocutores válidos, entendiéndose por “interlocutores válidos”, aquellos que hacen el esfuerzo de operar corticalmente con su cerebro, en lugar de hacerlo de manera visceral.

La diferencia es evidente, de la primera actividad surgirán pensamientos, de la segunda, flatos.


La gente “de a pie” -el grueso de la comunidad- posiblemente no tenga el tiempo ni la disposición para poder opinar con poder al respecto de este tema, pero en general, la mayoría piensa que estos dislates contra natura, resultan más o menos abominables.


La gente “de a pie”, la gente simple, sabe distinguir muy bien entre la bosta y el dulce de leche, aunque se encuentre apabullada por los manipuladores de opinión que dominan la prensa y la televisión. Degenerados ociosos que no encuentran mejor actividad para aliviar su artificiosa angustia –producto de la holganza mal encaminada-que envenenar la mente de la población con impudicias y asquerosidades que deberían-en una sociedad naturalmente orientada-encontrar un mejor lugar en las letrinas y en los retretes, más que en la televisión, la radio, los diarios, y la mayor parte de la prensa establecida.


Todo este tema del matrimonio gay y de la adopción para parejas gay, etc, siempre me trae a la memoria a los homosexuales prominentes que han aparecido en la historia humana.

¿Alguien en su sano juicio podría imaginarse a Foucault, por ejemplo, dándose besitos de lengua en público con su pareja (algo deprimente, por supuesto, incluso entre parejas heterosexuales) ¿O buscando casarse al estilo burgués, con su pareja?


Es que Foucault, como tantos otros, era, antes que nada, un Hombre, independientemente de su orientación psicosexual. Era un Hombre, no un payaso.Bien machito, al margen de su homosexualidad. Y no una mariposita azucarada y ridícula pretendiendo el grostesco de jugar al “papá y a la mamá”…


En una palabra, que homosexuales-homosexuales, eran los homosexuales de antes.


Manuel Gerardo Monasterio, Walden, Provincia de Córdoba, a las 14.20 del 5 de Enero de 2010 (del falso calendario)

 

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