Somos los derrotados. Nuestros miembros han sido arrancados y esparcidos a los vientos cardinales. Algunos mutantes –indignos de la estirpe de la raza- han quedado medrando por oscuros rincones innombrables. Enarbolan, sin derecho, nuestro nombre y estandarte. Los perros vencedores han reescrito nuestra historia, retorciendo nuestra gesta a la medida abominable de su oscura memoria. Han convertido el recuerdo de los héroes en un horroroso espantajo que sacuden en las noches para asustar a las jóvenes generaciones, que nada saben o mejor dicho, lo han aprendido todo retorcido.
Las obras de nuestros enemigos hablan por sí propias. Este es el mundo que ellos han creado. Burda caricatura siniestra del universo luminoso que soñamos.
Mientras tanto, en silencio, como en las antiguas catacumbas, avanzamos. Algún día volveremos, eso es algo inevitable. Cuando los sudras se ahoguen bajo sus propios excrementos, volveremos, Con un largo, largo reino, mucho más que el de mil años.
En Walden, a las 10.42 del 30 de Diciembre de 2009 (del falso calendario)
30.12.09
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