23.9.07

¿Quiere usted hacerle a su hijo el mayor de los favores en esta vida?
Enséñele usted un oficio.
Esto es algo que le debe usted a la criatura por haber cometido la impudicia de traerlo a este lugar, algo que yo no le desearía ni al peor de los enemigos (que no tengo, porque los que me podrían haber bendecido con su odio explícito, han preferido condenarme de una manera mucho más eficaz: no viéndome)

Perdóneme usted por esta breve disgresión personal, y permítame volver a lo que le estaba diciendo. Ya ha hecho usted suficiente daño, no termine su obra de la peor manera posible dándole a su hijo un desarrollo intelectual.
Póngalo, desde la más blanda edad, a aprender algo manual.
Quien no se desarrolla de esa manera, tarde o temprano termina mal. Para hablar con propiedad, seguro que acaba peor que la mayoría.

Póngalo usted a aprender un oficio. Y si fuera posible, dos oficios o más. Algo que le mantenga el cuerpo ocupado. E inmediatamente enséñele a tener la cabeza vacía mientras ejerce el oficio que haya aprendido. Cualquier otra cosa, le llevará a una ruina mucho mayor que la que usualmente nos espera.

Nada de desarrollo mental. Pero nada de nada!
En este mundo no hay mayor condena que darse cuenta de algo. Porque una vez que empieza uno a darse cuenta, ya no hay vuelta atrás. Está uno condenado a enterarse de todo lo demás.

Esto que le digo, no va en broma. Puede salvar a su hijo de lo poco que le quede para salvar.
Tenga usted en cuenta lo que le digo porque es una de las pocas verdades que habrá de encontrar en este mundo donde casi todo es mentira.
Alentar de cualquier manera a su hijo para que se desarrolle mentalmente le acarreará la ruina total.
Aliéntelo a que trabaje mucho con las manos y lo salvará de enloquecer.

Cuanto más burro sea, más posibilidades tendrá de ser medianamente feliz.

Eso sí, tenga mucho cuidado con no pasarse. Porque si su hijo resulta demasiado burro, terminará siendo ministro, o cuanto menos, un funcionario prominente.

Manuel Gerardo Monasterio
23 de Septiembre de 2007 a las 12.44 PM

3 comments:

El Farabute dijo...

“Nada de desarrollo mental. Pero nada de nada!
En este mundo no hay mayor condena que darse cuenta de algo. Porque una vez que empieza uno a darse cuenta, ya no hay vuelta atrás. Está uno condenado a enterarse de todo lo demás.
Tenga usted en cuenta lo que le digo porque es una de las pocas verdades que habrá de encontrar en este mundo donde casi todo es mentira.”

Mi querido Amigo, de más está decirte que escribes de una manera tan clara como poética. Pero hay algo mas que quiero decirte: tan claro es tu expresar, que a pesar de que esto ya lo hemos charlado, recién hoy -al leerte- acabo de comprenderlo, o de darme cuenta. De éste tren, nadie que subió se pudo bajar. Tal vez me quede una pizca de esperanza de encontrar el método de bajarme, aunque solo sea para engañarme a mi mismo, porque la verdad, esto es una dura verdad, que inevitablemente nos lleva a querer dejarlo todo, aunque mas no sea - si uno no tiene el coraje suficiente - esperando el paso del tiempo.
Ahora –paradójicamente- todo queda mas claro, esas preguntas que uno se hace, “¿porqué hay “hijos de puta” dando vueltas por el mundo y encima se los ve rebosantes y radiantes? La respuesta la acabas de dar tu, “por eso, porque no se detienen a pensar en nada”. No digo que ésta forma de proceder sea honrosa, pero si que esa es la causa por la que andan mas felices que un culo a pesar de toda la mierda que desparraman. También están los “pobres” acreedores de las mierdas de los primeros, pero como tú dices, sino se ponen a pensar en nada, ni cuenta se darán, así que esos están salvados. Pero hay de esos “pobres” que se ponen a pensar! Son los “pobres cagados”, que encima se dan cuenta y anhelan lo que tienen los villanos que no piensan.
Te dejo un gran abrazo.

So. dijo...

Genial!!! como todo lo que leí de tu autoría. Tengo un hijo y trato de "escuchar su alma" la sociedad trata de impedirmelo pero igual lo hago, estoy convencida de que es lo mejor.
Gracias por "educar" Qué paradoja!!!!! esa palabra....
So.

Manuel Gerardo Monasterio dijo...

Gracias! So y Sergio.
Artaud decía que el artista tiene que salir a sacudir el espiritu publico, sino para qué sirve y para qué nació?
Antonin Artaud pagó su precio. Nosotros pagamos el precio. Y por cierto que no es una bagatela.
De eso se trata la Integridad. Este mundo nunca ha sido fácil para nadie, y para los que tienen sensibilidad o deciden no morir como "máquinas animadas" sin hacer algo al respecto, siempre ha sido mucho más duro aún.
Que así sea!
Un abrazo
Manuel

 

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