La existencia y todo lo que en ella aparece, son un sueño, trata de no convertirlo en una pesadilla.
Solo busca quien no ha encontrado, el que ha encontrado no busca más, no busca nada. La Realización Espiritual es simple, fatalmente simple, porque significa soltarlo todo, abandonar toda presunción de logro o de adquisición, y darse cuenta de que uno es Nadie. Es solamente en esa Ausencia Suprema que resplandece la genuina Presencia. La mente no entrenada es demasiado compleja para captar algo tan sencillo. Y por eso el mundo está lleno de teorías, de caminos y maestros llamados espirituales. Detrás de todo ello bullen las necesidades, la multiplicidad de necesidades, por parte de los que supuestamente enseñan y de los que supuestamente aprenden. Las necesidades de quien realmente Ve, están reducidas a alimento y cobijo. La Sabiduría está en relación proporcional a la brevedad de las necesidades.
Todas las criaturas vivientes merecen respeto y amabilidad, no hay diferencia sustancial entre ellas, desde el Buda hasta el perro. Quien ve diferencias no comprende la Realidad.
La única Espiritualidad genuina es la de la Compasión. Estar a disposición del prójimo es la única Espiritualidad. Vivir en Amor, es estar en sintonía con la necesidades esenciales del otro, y ser funcional a ellas en la medida de nuestras posibilidades.
El mundo ama la mentira, es por ello que todo el tiempo se inventan teorías, escuelas y prácticas alambicadas y extrañas para alcanzar Aquello que ya estaba ahí antes de comenzar.
En su ignorancia, desconcierto y ansiedad, muchos viajan a Oriente y visitan a los supuestos maestros que han de otorgarles la Iluminación. Quien comprende, solo pulsa un botón y la habitación se ilumina! La verdadera Iluminación no es un "algo" que se gana o se adquiere, es el resultado de haberlo perdido todo, y solo en esa Pérdida total habita la Paz.
Dios aparece cuando tu simplemente te callas y desapareces.
Mira a tu alrededor y verás que lo único necesario es ser Amable, porque la brutalidad abunda.
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