30.4.24



 En el momento en que escribo se está terminando de aprobar una ley cuyo objetivo es crear dos clases, acabar con la clase media, acabar con la cultura argentina, destruir la investigación científica, concluir la labor ya comenzada hace mucho de liquidar la educación pública, crear un paraíso fiscal para narcotraficantes, atacar la ley de jubilaciones para extender la edad de jubilación de las mujeres a los 65 años, y un montón de barbaridades que caerán como una lluvia de miseria creciente sobre Argentina.

Además le están dando poderes extraordinarios a un presidente que padece de un serio trastorno de la personalidad, para decirlo en términos vulgares que  todos puedan entender, a un demente.

Este bendito país me ha dado todas las sorpresas, nunca creí, como hoy, que estaría de acuerdo con los diputados kirchneristas.

La Cámara de Diputados, haciendo excepción de todos los que han votado en contra, está cometiendo un atropello que terminará de la peor manera para la nación.

Hemos abierto la puerta a las fuerzas, no del cielo, sino del infierno.




24.4.24

 Hace años comenté la gran desgracia de este país, que en las últimas décadas ha sido incapaz de generar al tan necesario dictador benevolente.

Finalmente, lo máximo que hemos logrado es un demente asesorado por una idiota.

El loco, a pesar de todo, por imperio de las circunstancias que obviamente no alcanzó a comprender, había conseguido lo impensable: tener a disposición al kirchnerismo aplastado y casi sin reacción de respuesta para rearmarse.

Pero quien piensa que ha logrado por virtud de su propia fuerza y capacidad lo que en realidad ha sido el fruto de la circunstancia social histórica, puede perder la ventaja tan rápido como la consiguió.

Obnubilado por los vapores deletéreos de su narcisismo megalomaníaco, no sabe cómo ni dónde parar. Tanto él como los que lo rodean y su principal asesora -su hermana y acompañante fóbica-carecen de la más elemental cintura política y desconocen el arte del dominio eficiente, que consiste en saber cuándo apretar y cuándo aflojar.

No quieren Comunicar, quieren abofetear.

Y aparentemente no pueden ni saben cómo parar.

Así nos encontramos nuevamente con el horripilante fantasma que amenaza con volver a encarnarse, el cáncer kirchnerista que había comenzado a remitir. El gobierno volvió a darle alas a la gallina desplumada que nos acosó durante los últimos veinte años.

El loco Milei logró una marcha masiva, como prácticamente nunca se había visto, en su contra. En su contra y generada solamente por él. Gratuitamente. Bueno, para darse el gusto, como hace siempre. Como el niño delirante que no puede ni quiere dejar de ser.


Esta fue la respuesta del loco en su red social



Milei caerá finalmente bajo el embate de su peor e imbatible enemigo: Javier Milei.

Que las fuerzas del cielo nos ayuden.


22.4.24


Argentina supo tener dos pilares inéditos en la historia mundial, Salud Pública y Educación Gratuita al mejor nivel.
Ahora llega este mamarracho psiquiátrico al servicio del Demonio Anglosajón queriendo terminar de destruir lo mejor que hemos tenido.
La gente quizás se olvida de sus discursos de siempre, quiere devolver a Argentina a la época de fines del Siglo XIX, al proyecto Agro-ganadero compuesto socialmente por dos clases, los de arriba y los de abajo.
Le sugiero a quien tenga dudas que se instruya leyendo el Informe del Dr. Bialet Massé, dos tomos de 900 páginas, un proyecto que le encargó el Presidente Roca, para que detalle el estado de vida de la clase trabajadora. Allí se describen los sueldos de hambre, la mala alimentación, la explotación con jornadas larguísimas, el abuso del trabajo infantil, el hacinamiento en las viviendas, en fin, la miseria espantosa en que vivía el pueblo en esa "Argentina Maravillosa y próspera" con la que sueña Milei.

18.4.24

 Argentina, una vez más

Martes.7.ago.2007
Manuel Monasterio

"Cómo va a ser la Patria esta inmensa laguna en que andamos braceando con desesperación, nadando contra corriente y empantanándonos sin poder ir ni atrás ni adelante; esta casona derruida donde respiramos aire gastado, comemos pan duro o vemos cada día cosas que nos dan en el rostro, estamos vejados por el cretinismo ambiente y creciente, soportamos vergüenzas nacionales. Entonces la Patria real ¿es muy chica? No lo sé, puede que si, puede que no. Pero la Patria son ustedes”. (Leonardo Castellani).


"Volver a hablar de mi país es como retornar una y otra vez a un cáliz de amargura sin fin. Y sin embargo vuelvo, como el perro bíblico que vuelve sobre su vómito a regurgitar el alimento que ya estuvo en su vientre alguna vez". De "Elegía a un niño crucificado"; Manuel Monasterio, 1992

De una punta a la otra de esta Argentina grande y extraña, se habla y se vuelve a hablar siempre de lo mismo sin decir nunca prácticamente nada. Pero hay gente que vive precisamente de eso, e incluso ganan bastante bien. Mientras que otros hemos perdido el sueño y la cordura en pos de convertirnos en una voz clamante en el desierto de tantas "almas inclinadas hacia a la tierra"...

Pero es una vergüenza que alguien como yo se queje, mientras en el momento que escribo esto un niño, cuyos huesos sobran en un par de manos grandes, se disuelve entre las grietas de una ignorancia inconcebible que se alimenta de lo que se llama por estas tierras -con un desparpajo inaudito- "democracia". Una "democracia" que sólo sirve a los intereses de unos estafadores profesionales disfrazados de políticos, que necesitan muchos "changuitos" y "gürisitas" bien hambreados, bien hundidos en el lodo de la pobreza neurobiológica inmarcesible para que puedan luego ir a las urnas a votar por
ellos.

En Argentina votan los muertos y los idiotas. Y me refiero a los idiotas en serio -sin menosprecio alguno- a los discapacitados severos y profundos que están en el padrón electoral nacional y cuyo voto vale lo mismo que el de cualquier otro ciudadano que tenga algo más de idea de lo que está haciendo, o de lo que lo obligan a hacer. Porque en Argentina además, el voto es obligatorio. Y que no se le ocurra a alguien hablar de "voto calificado". No señor, esto es una verdadera DEMOCRACIA, y por eso su voto vale lo mismo que el del enfermo neurológico profundo que está con usted en el padrón. ¿Y por qué no habría de valer igual? Si los votos de ambos junto con el mío y el de
millones valen finalmente lo que valen, es decir, lo que una cagada de paloma. Esto es, no nos sirven a todos nosotros, a la Nación, pero son indispensables para los que han usurpado el poder en nombre de la "democracia". Ellos necesitan muchos niños hambreados en esa edad en que el daño neurológico de la desnutrición es irreversible, para sostener esta infamia, mal llamada "democracia", que precisa de millones de esos votos esclavos procedentes de la incompetencia cívica que ellos mismos fabrican de
una punta a la otra del país del que se han apropiado.

Porque Argentina es un Proceso y un Castillo de Kafka donde todos los días tenemos -varias veces en el día- la misma sensación de Deja-Vu. Y todos los días al fin del día terminamos convertidos, como Gregorio Samsa, en el mismo insecto a merced del mismo funcionario -presidente, gobernador o diputado- que se presenta ante nosotros con un nombre diferente que saca de la misma galera -aparentemente infinita- de la codicia sin fin y del egotismo sin pausa....Y la estupidez sin mengua, de un pueblo que sigue dando vida a tanto degenerado serial disfrazado de político y con apetencias de eterno funcionario.

Decía Leonardo Castellani, "La antigua monarquía francesa estaba sustentada por las cuatro columnas de Iglesia, Universidad, Nobleza y Gremios -incluso aquí los Parlamentos-que tenían su vida propia y a las cuales no era cómodo ofender; de manera que Luis IX por ejemplo, teóricamente 'rey absoluto', podía hacer muchísimas menos cosas -y prepotencias- que un presidente democrático-liberal de la República Argentina..."

Y sería, digo yo, caer ciertamente en un pozo de gran ingenuidad, pensar que la democracia nos pone a salvo del absolutismo. Precisamente al revés, porque no hay autocracia más feroz que la difuminada del amorfo "demos", que es como llamaban al pueblo los griegos.

Es por todo esto que no puede sorprendernos absolutamente nada de lo que la actual administración nacional haga o pretenda hacer. Y considero además que la mayoría de las criticas que hoy día reciben el Sr. Presidente y su Primera Dama son profundamente insustanciales y, finalmente, completamente irrelevantes. Ellos son en realidad "culpables" de una sola falta: la de ser una mera clonación de la indigencia política hereditaria que aqueja desde siempre a este país.

Nietzsche se planteó un par de preguntas que deberían ser asimismo relevantes para nosotros, "¿Cómo llego a ser lo que soy?" y "¿por qué sufro siendo lo que soy?" Hemos llegado a ser lo que somos por un conjunto de pensamientos y la práctica constante de esos pensamientos. El conjunto de pensamientos se cristaliza en una actitud, una actitud frente a la vida, una actitud ante los otros. Una imagen de nosotros mismos que se plasma en una conducta. Una conducta en lo personal y en lo social.

En Argentina la testosterona circulante es poca, de pobre calidad y muy mal distribuida. Será por eso que somos famosos por nuestras mujeres histéricas y ahora también por nuestras mujeres machorras. Porque parece ser que a pesar del discurso soberbio de los machos argentinos las señoras están tan insatisfechas que terminan por asumir el rol masculino. No porque las mujeres manden, eso lo han hecho siempre, sino por la manera en que pretenden hacerlo por estos lares.

Porque debe haber pocas cosas más desagradables que una mujer que trastoca su pudor -casi un significante de su identidad- por la postura chabacana de imponerse a los gritos moviendo las manos como aspas de molino. Uno esperaría, como mínimo, que un poco del dinero recaudado a lo largo de muchos años de ejercer el "próspero negocio" que representa la política en este país, hubiese sido invertido en tratamiento psicológico y entrenamiento emocional para aminorar y conducir esos visibles horrores del carácter.

La mujer verdaderamente poderosa no necesita ejercer su autoridad como un capataz de esclavos en época de la conquista. Mi abuela, que era analfabeta, tenía la Presencia como para imponer el orden -tantas veces necesario a pesar de las veleidades afiebradas de la mal entendida "democracia" y la aún peor interpretada "libertad"- con una sola
mirada.

Pero mi abuela era una pobre campesina europea "sin pajaritos raros en la azotea" y acá estamos en la Argentina posmoderna de la pizza y del champán, la Argentina tilinga de los millonarios-tipo-sopa-instantánea y de los políticos que viven la política como sacarse la lotería, y de un pueblo que lo permite porque a lo mejor sueña con poder participar de alguna manera de las ganancias de esa lotería mal habida.

La Argentina de los militares capones que necesitan que sus mujeres hagan en público las veces de hombre; que no son capaces de admitir lo que es tan evidente que lo sabe todo el mundo: que hicieron las cosas mal, horrorosamente mal. Que no tuvieron los atributos de su masculinidad bien puestos antes, y menos los van a tener ahora -que ya no tienen poder alguno- como para pedir perdón como Dios manda por los desmanes de los que fueron responsables en una guerra que tenían derecho a entablar, pero nunca-jamás de la forma chapucera en que lo hicieron. Hicieron las cosas tan, pero tan mal, que hoy los asesinos terroristas pasan por mártires, y muchos de los que pusieron bombas debajo de las camas de gente durmiendo han pasado a ser "jóvenes idealistas". Y varios de los ideólogos y terroristas que llevaron a la muerte a verdaderos jóvenes idealistas son hoy prósperos empresarios que se nutren del capitalismo que decían entonces combatir.

Aquellos fueron los militares de entonces y son también los de ahora. Porque Argentina es tan indefinida que no ha sido capaz de generar un solo dictador como la gente. Un dictador que en su momento, como un padre responsable, hubiese puesto las cosas en marcha para sentar el ejemplo indispensable a las generaciones por venir. Porque como dijo San Agustín  "los pueblos corrompidos sólo pueden ser gobernados por tiranos". Pero también, como dijo Leonardo Castellani, "es necesario que (el dictador) sea santo. Porque el grado de violencia que un hombre tiene derecho de infligir a otros hombres corresponde, por lo menos, al grado de amor que les tiene. La violencia infligida por el odio es siempre contagiosa y volvedora: rebota sobre el violento."

Pero esto es Argentina, donde los políticos honestos se suicidan como Lisandro de la Torre o terminan en la miseria como el Dr. Ramón Carrillo y los pensadores y profetas como Castellani son exonerados de todos sus cargos, se les prohíbe ejercer su oficio y se los condena a pensiones de hambre.

Y es por eso que en Argentina volvemos siempre, de mala manera y a los tropezones, a generar autócratas de segunda y tercera categoría como los que hemos tenido en los últimos años. Políticos pequeños, tan pequeños que se creen que verdaderamente merecen el poder que han recibido. Que ignoran o soslayan que se encuentran con el poder entre manos por arbitrio de la corruptela y el desorden generalizados y se lo toman tan en serio que se olvidan del valor puramente instrumental de su mandato. Y hacen todo -y bastante mal-para el estado, y nada para la Nación. Olvidando que el estado no es más que una maquinaria dentro de la nación y que su único objeto es servir a la nación, que es la gente.

Shakespeare escribió en su Hamlet "si le dieran a cada hombre lo que se merece nadie se libraría de una buena paliza". Y los argentinos tenemos lo que nos merecemos, porque esto es lo que somos.

Pero como yo no creo en el karma de mis colegas hindúes de la manera en que ellos creen, continúo pensando que a lo mejor algún argentino se merece otra cosa distinta que la que hoy está recibiendo. No yo, porque yo ya soy un hombre grande y lleno de vicios y puedo tolerar la paliza que me toca. Pero no podré aceptar jamás como un hecho natural que en el momento en que escribo esto, un niño, cuyos huesos sobran en un par de manos grandes, se disuelva entre las grietas de una ignorancia inconcebible que se alimenta de lo que se llama por estas tierras -con un desparpajo inaudito- "democracia".


(*)  Enviada a Corrientes al Día por el Dr. Manuel Monasterio desde su propio sitio Foro Planetario (6 de Agosto de 2007).

16.4.24

 Los disparates se suceden uno tras otro sin solución de continuidad. El sabio ejerce el criterio y la prudencia, el imbécil hace imbecilidades y el demente hace locuras.

 Todo se mueve según su naturaleza, y nadie puede sorprenderse de ello.

Con todas las barbaridades que ha expresado Javier Milei se puede ya editar un pequeño libro de horrores, insultos, errores flagrantes y crueldades explícitas. A esto podemos agregar frases que denotan lo que los especialistas en salud mental sabemos (por lo menos el especialista en salud mental que escribe aquí lo sabe) que Javier Milei es portador de una sexualidad extravagante, potencialmente perversa.

Como muestra veamos solamente esta perlita:   “Hay que reconocer quién es nuestro verdadero enemigo, es el Estado, que es el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina”...

Ahora pasemos a un tema más serio, y mucho más peligroso.

Milei ha decidido alinear a Argentina, no con Israel en realidad, sino con un gobierno de extrema derecha, completamente cuestionado por una gran parte de la población Israelí. El gobierno de Netanyahu, severamente sospechado de corrupción, flagrantemente ineficiente en materia de seguridad nacional y decididamente genocida. 

El atentado de Hamás del 7 de Octubre de 2023, que costó la vida de 1200 personas, ocurrió en circunstancias completamente dudosas, en las que el ejército Israelí tardó 10 horas en responder (SIC).

El ataque contra Gaza que inició la Administración de Netanyahu, no sólo ha cometido una incontable cantidad de crímenes contra la población civil de palestinos, sino que ya ha acabado con la vida de cuanto menos 196 trabajadores humanitarios y periodistas extranjeros que se acercaron a Gaza tratando de traer un poco de ayuda a un pueblo que está padeciendo horrores desde hace decenios.

Argentina se está incendiando, con un porcentaje de más del 50% de pobres que han aumentado en cientos y cientos de miles desde que este hombrecito prepotente e ignorante asumió el poder. 

La industria Argentina cae en picada, las pequeñas y medianas empresas agonizan, la educación, la ciencia y la cultura se encuentran en ruinas con una nueva política que no considera que estas áreas merezcan recibir más que mínimos aportes por parte del estado. 

Y en este panorama desolador Milei ensaya un nuevo gesto de megalomanía apoyando al gobierno de Netanyahu en todas las medidas que decida éste implementar.

Todas las conductas de Milei son propias de su desorden mental, como ya lo he escrito antes: un bipolar importante no medicado (y si está medicado está muy mal medicado) con un severo trastorno Narcisista de la personalidad en su aspecto más destructivo ( y ya sabemos los psicopatólogos el nivel de destructividad que pueden desplegar estos narcisistas extremos) 

Parafraseando a Cicerón podríamos decir: ¿Hasta cuándo permitiremos a este hombrecillo despreciable abusar de la paciencia, de la salud,  del patrimonio y de la vida de los Argentinos?

PD: Javier Milei es un muchacho sin REAL experiencia de vida, y sus propuestas económicas son, por supuestos, meramente teóricas. Su propuesta de liberar completamente el mercado y anular la intervención del estado, es inviable, cuanto menos ahora y en un país como Argentina. La prueba cabal la tenemos con lo que acaba de pasar con las Prepagas, las liberaron, y el estado tuvo que volver a intervenir porque se excedieron espantosamente en las cuotas. La codicia humana es todavía demasiado grande. 

8.4.24

 Triste tierra nuestra. 

Finalmente, solo hemos podido gestar a un energúmeno monumental que se ufana de llevar adelante "el ajuste más grande de la humanidad".

Si no supiéramos que se trata del panorama real, no dudaríamos en afirmar que se trata de una siniestra obra de ficción.

La gente esta groggy. Aturdida por los desmanes sufridos durante años, sin reacción, y esperando la seguidilla de trompazos que terminen en el inevitable knock out.

Esa es la única forma de explicar que continuemos tolerando al energúmeno con su pandilla de pícaros y delirantes, y a una supuesta oposición siempre funcional a cualquier poder que le permita seguir con su latrocinio personal.

Nuestra inveterada dificultad para el diálogo social ha culminado en esta cumbre descomunal de narcisismo, intemperancia y brutalidad.

Desgraciadamente, esta no es más que la crónica de un desastre ya previsto: del degenerado del 2015, al tarado del 2019, no podíamos derivar más que en este loco rabioso que ha decidido llevarse todo por delante...Todo, menos los grandes poderes financieros a los que sin duda sirve fielmente.

Milei está arrojando al bebé junto con el agua sucia en el que se lo ha bañado.

No es el hombre gris, sino el ángel exterminador.

Mientras esta bestia salvaje medra a su antojo en la casa rosada, algo quizás más ominoso todavía aguarda en las sombras: los restos macabros del Kirchnerato se preparan para volver una vez que el energúmeno caiga bajo el mismo peso de sus atrocidades. 

Lo único que puede salvar a este Titanic, es una catástrofe mundial, que tal vez no sea algo tan descabellado de pensar. 

Tristísimo panorama si nuestra única salvación como nación reside en una horrorosa debacle universal. 



 

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