La noche del cuerpo
ha llegado a su final.
Ahora, Amado Mío,
tu Rostro resplandece
a través de la bruma
que alguna vez pretendió
ser algo más que una burda
pesadilla disfrazada de existencia.
Ahora Tú y Yo,
y en un instante sólo Tú,
tan sólo Tú resplandenciendo
aquí y en todas partes.
18.2.13
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario