1.9.24

 


Harto de todo, de todos y todas




Dedicado a John Zerzan


Harto de haberlo visto casi todo y sobre todo y por encima de todo, y en especial dentro de todo, harto del progreso de los miserables, de los falsarios, de los insensibles, de los impiadosos, de los ignorantes, de los demasiado astutos, de los ladrones altamente exitosos, de los que se llevan todo por delante a fuerza de la voluntad de  aplastar todo lo que se les pone por delante.

Harto de correrme para dejar pasar a los otros, por cortesía, por piedad, por respeto, por esta putísima percepción profunda de las cosas y de la vida que me hace estar siempre atento a todo y a todos, a todos y a todas.

Harto de ver cómo se reproducen en mi país los degenerados seriales, los demócratas de mierda que se llenan la boca de democracias que te recagan la vida porque son tan mentirosas como todo lo demás que aparece en este mundo de mierda y de mierdas.

Harto de los ejércitos, de las milicias armadas y de las confederaciones generales de trabajadores.

Harto de mi país , harto de su gente que se lo banca todo y especialmente a los delincuentes que manejan el poder, los reputísimos oficialistas y la reputísima  oposición.
Harto de todos y de todas.

Harto de vivir hora tras hora día tras día años tras año con los puñeterísimos heraldos negros que mi amado Vallejo logro vomitar de una sola vez y que yo tengo que regurgitar cada puñetero día de esta puñetera existencia de percepciones tan profundas como insoportables.

Harto del orgullo gay y del odio de los homofóbicos.

Harto de las feministas y de los machistas.

Harto de los golpeadores de mujeres y de las mujeres que se dejan golpear.

Harto de vivir Procesado en el Castillo y de ser un Gregorio Samsa terminal que no acaba de ser finalmente aplastado.
Harto de ser Franz Kafka.

Harto de no poder terminar este partido de 7 a 0, conociendo el resultado y obligado a jugar en campo contrario con leyes contrarias y arbitrarias, sempiternas, con las que no tengo nada que ver y de las que no puedo escapar, obligado a jugar hasta el final sin solución de continuidad.

Harto de los científicos de mierda que cooperan con el sistema que destruye el planeta, del sistema que lo envenena todo, y que envenena también a todos y a todas.

Harto de la vivisección al supuesto servicio de la ciencia. 
Harto de la ciencia con sus pretensiones de verdad absoluta que ha venido a ocupar el lugar de todas las religiones organizadas, de las que estoy particularmente harto.

Harto de todos los dioses que programan, que castigan, que regulan, que mutilan. Harto de todos los dioses falsos que  usurpan el  lugar del único Dios verdadero del Amor.

Harto de los policías y los jueces, y de todos los gobernantes. Harto de todos los estados. Harto de los funcionarios y de los empleados públicos. Harto de los supuestos docentes que enseñan lo que no han aprendido y pretenden incorporar esa ignorancia a las pobres criaturas inermes en manos del estado, de los maestros y de sus padres. 
Harto de los padres que programan con toda la basura de este sistema de mierda a las pobres criaturas.

Harto del dinero, de los bancos, de las bancas, de las bolsas de comercio, de las uniones industriales y de los empresarios honorables que sostienen el sistema junto con todos los idiotas funcionales por debajo de la gran pirámide de mierda de este mundo mentiroso y miserable..

 Harto de los que mandan y de los que obedecen.

Harto de los autómatas con forma humana que se arrogan el poder de mandar sobre el resto de las criaturas del planeta sin otro derecho que el poder de su brutalidad mecanizada.

Harto de los diputados, los intendentes, los concejales. En particular de los diputados y diputadas con su cohorte de asesores: todos ladrones despreciables al servicio de sus propios intereses.

Harto de las democracias y de las dictaduras. De los que mandan a votar y de los que votan.

Harto del sacrosanto sufragio universal que sostiene la universal estupidez.

Harto de los “Servicios”, de las agencias de inteligencia sin Inteligencia ni consciencia.

 Harto de los asesinos de ballenas, delfines y sirenas.

 Harto de los pedófilos y los pornógrafos mediatizados.

Harto de las farmacéuticas, de las  agroquímicas, de las mineras, de las industrias alimenticias y de las petroleras.

Harto de los depredadores universales trabajando en concomitancia con todos los que manejan el poder establecido en este mundo vergonzoso y miserable.

Harto, harto.

Harto.

Harto de todo.

Harto de todos y de todas.

Manuel Gerardo Monasterio
Jardines d Prometeo
2012
 

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