Nuevo embate del energúmeno mayor que ocupa el sillón presidencial.
A Milei le encanta romper récords, esta vez ha ofendido al gobierno español... en territorio español.
Resulta irrelevante que uno pueda coincidir en esta ocasión con la opinión de Milei, un tema es lo que uno piensa y otra lo que uno dice.
Posteriormente, y como hace siempre, redobló su apuesta yendo aún más lejos en sus insultos y sosteniendo de manera insólita su posición. Sus comentarios con auto referencias permanentes en las que cada día se observa a sí mismo como más alto y más grande, son tan clásicas del delirio paranoide que honestamente no entiendo como el resto de los especialistas en salud mental de Argentina no participan de manera más activa en la denuncia de esta gravísima situación.
Milei, según él, "es el más grande", "está en otra liga", se codea con lo mejor y lo más ricos del planeta, que a propósito, según también su propia consideración, "son los héroes del mundo".
La realidad es que se trata simplemente de un pobre diablo que obviamente fue aplastado por su padre y ahora ha terminado encarnando la imagen de su progenitor, convirtiéndose en el agresor. Un panorama más clásicamente psicoanalítico resulta muy difícil de encontrar
Los únicos que dicen siempre todo lo que piensan son los niños y los dementes. Como Milei tiene 53 años no hace falta agregar más. Solamente acotar que además de tener sus funciones mentales estropeadas de manera catastrófica, Milei también es un infantiloide que, merced a sus experiencias vivenciales tempranas, ha quedado atrapado en alguna fase pretérita de su evolución psicoemocional.
Todo esto lo planteé de forma clara y extensa en un seminario de psicodiagnóstico que impartí en septiembre de 2022. Allí expuse mi diagnóstico de Milei (que dicho sea de paso, está grabado y fresco en la memoria de los participantes), que no ha hecho más que confirmarse de manera exacta a medida que el tiempo nos fue mostrando más acerca de este personaje estrafalario que ha logrado encaramarse al poder gracias al desorden monumental de la sociedad argentina.
Milei continua realizando su campaña internacional, mientras los problemas de los argentinos de a pie aumentan día a día. Dicho sea de paso, presentará su último libro donde nuevamente ha incurrido en plagios baratos y tan obvios que da vergüenza.
El pueblo argentino está grogui, incapaz todavía de reaccionar, mientras el mamarracho presidencial continúa su gira mundial que nada tiene que ver con las reales necesidades de la nación, sino con sus apetitos personales en busca de gloria y aclamación.
Jamás hemos visto un despliegue de egocentrismo y megalomanía como este en la casa rosada. Ha superado, y por mucho, a Cristina Fernández de Kirchner.
Lo más grave es que una enorme porción de la población pareciera aprobar estas conductas desaforadas y contrarias al criterio, la prudencia y, en fin, a la más elemental racionalidad. Lo que mucha gente quizás desconoce es que la locura es muy contagiosa, y cuando estos actos de delirio y desmesura se repiten sin que nadie haga nada substancial para contrarrestarlos, la locura prende y se difunde.
Por otra parte, observando el panorama mundial, vemos que Kali Yuga comienza a brillar cada vez con más esplendor.
Como siempre, y más que nunca, el individuo con aspiraciones de andar a la altura de la dimensión trascendente, cada vez debe ir más adentro y hacia arriba, hacia la contemplación y el silencio, y la consubstanciación con el flujo de la vida plena que transcurre por latitudes muy alejadas de toda esta locura globalizada.
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