18.1.24

 No hace falta ser un profesional de la salud mental especializado en psicodiagnóstico (como es el caso concreto de quien escribe) para percibir que hay algo muy disfuncional en Javier Milei.

Hace ya mucho tiempo que investigué su perfil de personalidad y procedo ahora a exponer mis conclusiones.

Rara vez encontramos perfiles puros de personalidad, y Milei es asimismo una personalidad con comorbilidades. Esencialmente estamos ante un Bipolar con rasgos agregados del trastorno histriónico así como del trastorno narcisista.

Uno de los rasgos más notables y constantes de la personalidad de Milei es la intemperancia: la incapacidad de autocontrol verbal y de moderación, y una tendencia hacia la desmesura y la exageración, asociados a una gran dificultad para gestionar los matices, por lo que viaja vertiginosamente por los extremos. Para él las cosas son blancas o negras, y no se priva de expresarlo siempre con petulancia y desprecio hacia su circunstancial interlocutor. 

Las expresiones faciales de sus emociones son directas, y sólo en raras oportunidades podemos ver a Milei intentar ocultarlas, y cuando hace esto, también se le nota. Hay dos expresiones faciales clásicas, profundamente estudiadas por la autoridad mundial en el tema, el Dr. Paul Ekman, que priman en la gesticulación de Milei: el asco y la furia, emociones que lanza a diestra y siniestra sin filtro alguno cada vez que puede.

Se autopercibe como alguien grandioso, genial y original, y generalmente lo hace aplastando a sus interlocutores con gestos físicos de intimidación y un discurso verbal brutal, descalificante, descomedido, insultante. Carece de la capacidad de escuchar y está siempre dispuesto al salto sobre lo que considere su presa(casi cualquiera que tenga adelante que no sean sus aduladores). No es casualidad que se autodenomine "el león". Y el león desgarra y destruye, como lo observamos incluso en los títulos de los videos de sus propagandistas, mayormente influencers jóvenes de youtube (casi todos varones) que utilizan constantemente epítetos como "Milei destrozó", Milei Humilla", Milei desburra", en general referido a "zurdos", adjetivo que, honestamente, no sé a qué se refiere en la jerga de Milei y sus acólitos, ya que lo aplican mayormente a cualquiera que no esté completamente de acuerdo con Milei.

No se le conocen relaciones duraderas salvo la que mantiene con su hermana y con sus perros. Ningún asociado le ha durado. Por poner uno de muchos, podemos citar a Diego Giacomini, un amigo de muchos años con quien Milei escribió varios libros. Y así pasaron Maslatón, Mila Zurbriggen y tantos otros. Sus relaciones (siempre excluyendo a su hermana y asus perros) carecen de profundidad y cohesion, algo tan propio de los histriónicos cuyos afectos son superficiales y pasajeros, siempre dependiendo de la labilidad emocional propia de esta condición de personalidad. Se enamora y desanamora con facilidad, y una vez que alguien antes apreciado cae en desgracia, la furia de Milei se descarga contra su ocasional víctima de turno con una brutalidad verbal que, digámoslo claro, asusta. Hay docenas de filmaciones y grabaciones que corroboran lo que aqui expongo. La magnitud de la disfuncionalidad de Milei llega niveles difíciles de comprender, por ejemplo, la furia verbal llena de epítetos e insultos irrepetibles hacia el filósofo Gabriel Zanotti simplemente porque no está de acuerdo con las conclusiones conceptuales del mencionado filósofo y escritor, en su libro sobre Mises "La economía de la acción humana".

No sorprende que algunos lo hayan comparado con Hitler, ya que hay sin duda varios puntos de resonancias. Hitler llega con un discurso de esperanza en medio de la mayor depresión económica y moral de los alemanes; elige un enemigo para que el pueblo pueda odiar y destruir: los judios en general y la banca judía en particular; su incestuosa relación con Geri Raubal, su media sobrina, quien se suicida en 1931 durante la relación con Hitler, es el único afecto femenino hasta que luego aparece Eva Braun; el único afecto íntimo que se le conoció a Hitler fuera de estos dos fue...hacia sus perros.

¿Estoy equiparando a Milei con Hitler? En absoluto. Argentina no tiene la dimensión de Alemania, las épocas son muy distantes y diferentes. Y obviamente, no le atribuyo a Milei ninguna suerte de antisemitismo. Pero, entre tantas diferencias,  resonancias que las hay, las hay.

Ya el Dr. Ramos Mejía en su clásico "Neurosis de los hombres célebres en la historia argentina" y luego en "la Locura en la historia" nos ponía al tanto de lo que podíamos encontrar en el área a la que nos estamos asomando en esta nota. No es un tema nuevo, ni mucho menos, y por supuesto que se remonta a siglos y siglos anteriores.

Veremos que nos depara el futuro, si este hombre llega a la presidencia, Argentina estará en serios problemas.











 

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