Si alguien aspira a un cúmulo sin fin de aventuras vertiginosas, terroríficas y maravillosas, no hace falta ver la ultima película de Hollywood o visitar algún parque de diversiones: Argentina es todo eso y mucho más a un ritmo de 24 x7 x 365, sin descanso ni solución de continuidad.
Si su sistema nervioso lo aguanta y su aparato cardiovascular lo tolera, sin duda alguna, este es su lugar.
El último episodio de esta tierra de portentos, monstruosidades y esperpentos nos muestra a una población que soportó durante años los prodigios de un populismo truculento y absurdo para pasar en el próximo capítulo a un hiper-capitalismo salvaje dirigido por un mamarracho violento, soberbio y pretencioso, con delirios napoleónicos de conquista por la razón (la de él, por supuesto) o por la fuerza.
Las características, la índole y la forma del Decreto de Necesidad y Urgencia representan tácitamente, un virtual pero efectivo Golpe de Estado.
Astutamente mezclados con una cantidad de medidas y modificaciones de leyes que son válidas y necesarias, encontramos un buen porcentaje de cambios e imposiciones que apuntan a beneficiar y privilegiar, más que a nadie, a los habitantes de la punta de la pirámide: los ricos, "exitosos" y poderosos. Y por supuesto, le darían a Milei superpoderes para poder hacer lo que le plazca sin tener que consultar a nadie.
Pero entiéndase que esta maniobra no es un error de cálculo ni una burda y repetida intención de solamente servir a esa élite de plutócratas. No, representa mucho más que eso. Es una Cosmovisión, una férrea ideología y una clara filosofía de valores: para nuestro Napoleón Vernáculo, los ricos, los poderosos y los exitosos en materia de oro y dinero son lo más valioso que existe en la civilización humana. Y más aún, son lo más dignos de alabanza, de protección, de admiración y genuflexión. El resto de la población es simplemente el populacho al mejor estilo feudal. La morralla, el lumpen, la "mostacilla" humana. Los fracasados y perdedores en la carrera de la ambición, de la codicia y del éxito mundano. Los "triunfadores" en términos económicos, son virtualmente los grandes héroes y santos de la sociedad, el resto son las larvas, los desechos astrales de un Hiper-Capitalismo triunfante elevado a nivel de Biblia y Evangelio.
Hete aquí al portento horroroso que nuestras desviaciones como sociedad han invocado y convocado, a la manera de un grimorio diabólico que ha terminado abriendo los portales de un abismo del que ha surgido...el Homúnculo.
Ecce Homunculus.
No se le puede negar singularidad: es imposible encontrar en la historia argentina a un personaje tan unidimensional como él. Y dentro de esa unidimensionalidad donde la economía y el capital lo son todo, no hay matices, todo son extremos y absolutos.
El homúnculo, como aquel monstruoso austríaco con quien comparte tantas similitudes, no tiene vínculos estables más que con sus perros, que poseen la virtud incomparable de amar a su amo de manera incondicional, sin quejas ni contradicciones.
El austríaco tenía a su sobrina, el homúnculo tiene a su hermana. Ambos no aceptan divergencias, ambos vociferan, ambos expresan en su rostro, de manera más o menos constante, la repugnancia y la furia. Ambos acceden al poder en medio del desconcierto, la miseria y la rabia colectiva. Ambos tienen su punching ball personal, para el austríaco los judíos, para el homúnculo "la casta".
Ambos llegan al poder con afán disolutivo de todas las diferencias y de todas las oposiciones. Ambos llegan al poder con expectativas Imperiales.
El Homúnculo odia al estado porque el estado está ocupando un lugar que no le pertenece. El homúnculo, como Luis XIV, considera que el estado es él.
El homúnculo es un niño herido -muy herido- que se enamora y desenamora con enorme facilidad. Y el homúnculo tiene, además, pretensiones místicas que se traducen en frases y latiguillos tan atractivos como vacíos de real y profundo significado que a guisa de espada esgrime cada vez que puede, "las fuerzas del cielo", por ejemplo. Las "fuerzas del cielo" que, por supuesto, lo han elegido a él como representante plenipotenciario en estas latitudes del planeta Tierra. El homúnculo flirtea con la Torá y la Cábala, de los que sabe poco y nada, y nos alinea a nivel internacional como nación, peligrosamente, cuando debería mantener sus convicciones religiosas en del ámbito de la intimidad personal a la que pertenecen.
¿Cómo argumentar racionalmente con semejante portento?
Detrás, por delante y por arriba del homúnculo hay otros portentos y otros poderes, por supuesto. Ningún homúnculo llega solo, hay siempre socios públicos y ocultos jefes.
Su compañera de fórmula es otra unidimensional, de una unidimensionalidad muy diferente a la de él, otro extraño personaje que parece no tener en su vida más amor que los militares y su padre, quien, obviamente, también era militar.
No le basta con exponer, con toda justicia, los crímenes olvidados de la guerrilla, ella quiere más. Quiere la libertad y la reivindicación de los torturadores y asesinos. Y cuidado, porque si el homúnculo cayese finalmente derrumbado por el peso de su evidente locura, ella ocuparía su lugar. Que las Fuerzas del Cielo nos asistan. Porque todavía pueden sobrevenirnos infiernos más temidos que el que estamos comenzando a saborear.
En el Discepoliano séquito del homúnculo tenemos un cambalache de nuevos y conocidos representantes de diversas castas. Economistas entongados con los más abyectos poderes y otros involucrados en graves ilícitos que han quedado, como la mayoría de los que ocurren en nuestro país, convenientemente olvidados.
Por encima del homúnculo hay otros poderes, que obviamente aprovechan la ocasión maravillosa que nuestro propio desmadre ciudadano le han puesto en bandeja. Que las Fuerzas del Cielo nos asistan.
En Argentina todo vuelve y se repite: Recargado. Los mediocres y ladrones van y vienen, van y vuelven. El idiota que tuvimos desde el 2019 disfruta de sus prebendas mal habidas por las calles de Madrid. El idiota que tuvimos en el 2015, ahora vuelve otra vez a reaparecer... asesorando.
Sólo falta que también vuelva, cuando todo esto se vaya no a la libertad sino al carajo, la Reina Cristina.
Cartón lleno.
Más allá de todas estas divagaciones y disquisiciones, lo único a lo que aspira quien esto escribe, es que haya un verdadero Milagro y la profecía de Don Orione no termine finalmente de cumplirse, con una guerra civil y el homúnculo colgado en la Plaza de Mayo.
Que las Fuerzas del Cielo nos asistan.
0 comments:
Publicar un comentario