La palabra "espiritualidad" es un fetiche. No significa nada. Por eso sirve para tantas cosas. Sobre todo, y en particular, para que unos charlatanes de feria disfrazados de sabios monten su tenderete para lucrar con los incautos...y los fraudulentos que pretenden acceder a vaya a saber qué pretendida "iluminación" subidos sobre los hombros de algún "papá" sustituto que asuma todos los riesgos.
El lucro no es sólo de dinero, es también y fundamentalmente, de poder.
El negocio de la "espiritualidad" junto con el de las armas, los medicamentos y las drogas, es uno de los más lucrativos y poderosos de la actualidad. Los "ricos y famosos" pagan bien y son una excelente propaganda para atraer a la "humanidad de a pie". Y están ansiosos por aprender de estos "grandes maestros espirituales" cualquier técnica o "truco" que les permita "comerse toda la torta y seguir conservándola a un tiempo". Los "maestros les dirán que todo es un gran juego cósmico". La "Lila", "el juego de Dios". Por lo tanto, todo es una gran ilusión. Dentro de esa gran ilusión a ellos -los ricos, famosos y poderosos- les ha tocado jugar su parte de esa manera, precisamente. "Es vuestro karma", les dirán, os lo habéis ganado en otra vida. Y el karma de los infelices cuyo vientre se infla por la inanición y serán comidos en vida por los gusanos, es ese también, precisamente. Algo terrible habrán hecho en otras vidas. No es vuestro problema.
"Maestro" preguntará un ejecutivo canoso y de aspecto atlético pero mirada preocupada, ¿qué hay del sexo?". Y el gran Gurú mirará a la audiencia con un brillo pícaro en sus ojillos vidriosos, "todo es un juego". No te apegues, distiéndete y disfruta. Está todo bien"
Palabras que cualquier proxeneta de segunda categoría en algún burdel de mala muerte le hubiera dicho a un parroquiano entrado en copas que comienza a sentir remordimientos por tener a su esposa durmiendo en casa.
El ejecutivo, ya más distendido y hasta algo envalentonado por la tácita aprobación, continuará. "¿Hay alguna técnica, algún ejercicio respiratorio, lo que fuere, que me permita disfrutar mejor?"
En realidad el cincuentón exitoso está algo angustiado porque días atrás no pudo satisfacer adecuadamente a su fogosa amiguita treintañera que deseaba una sesión más prolongada que la que su agotado amante le podía ofrecer.
"Respira así y así, y fíjate en este mudra" continuará el sublime gurú, sin abandonar la miradita ligeramente astuta, mirando de reojillo al resto de la audiencia que aguarda anhelante el consejo para mejorar la perfomance sexual, sobre todo ahora que el Maestro ha dado su "bendición" para aquello que ellos consideraban actividades no muy "elevadas".
Como previniendo las dudas de algún visitante algo más avezado, terminará :"Todo es un juego...Sólo no apegarse es necesario"
No se entiende bien cómo, "sin apego", va a tener uno apetitos de tal naturaleza, cuando exactamente dependen de las imágenes que deben alimentarse para poder seguir teniendo interés en ello. "Sin apego", ningún animal -bipedestado o cuadrúpedo- tendrá apetito como para enredarse en una actividad que resulta tremendamente extenuante para el cuerpo y completamente improductiva en el orden elemental de la supervivencia, que es en definitiva, lo que esencialmente mueve a cualquier criatura en este mundo, desde el humilde pero expansivo microbio hasta el nada humilde pero asimismo expansivo homo pretendidamente sapiens.
Y eso es todo.
Como brillantemente decía no hace mucho, el gran cineasta y autor Indio Javed Akhtar, "Gautama (Buda) salió de un palacio para irse a la jungla a encontrar la verdad. Pero hoy en día vemos que, los gurúes de la era moderna, salen de la jungla para terminar en palacios. Se están moviendo en dirección opuesta. No podemos ponerlos en la misma línea."
Y hagamos la salvedad de que Javed Akhtar es un ateo y racionalista famoso. Es decir, hemos llegado al punto en que los agnósticos, los no-religiosos, son los que dan verdadera enseñanza Espiritual.
Sabes, Nuria, no tengo nada en absoluto contra el hecho de que haya quienes quieran - y puedan- ganar fortunas y vivir como reyes; ni contra la lujuria, la ambición y todo lo que se les ocurra. Todo corre por cuenta de quien lo siente y lo vive, o lo padece. Lo único que sí me molesta es que aparezcan unos fantoches de cartón o terracota pretendiendo embozar esos vulgares apetitos de forma tal que aparezcan como pretensiones que deben ser tenidas como tan naturales como el deseo de comer, dormir o evacuar el intestino. Y que lo hagan además con la pretensión de "espiritualidad" o de "guía interior". Y que encima cobren -y muy requetebién. por vender este producto adulterado, más bien podrido, que en esta época de "Kali Yuga", es decir de negrura y obnuvilación mental, pasa por "enseñanza espiritual".
Manuel Gerardo Monasterio en Entrevista con Nuria Climent Vilardebó, 15 de Enero de 2007
21.10.16
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