Llegamos al mundo con la exclusiva tarea de morir para el mundo.
Todo aquello que interpretamos como conflictos, aciertos, fracasos, éxitos o tragedias, no son más que la más o menos profusa sintomatología de los estertores de esa Muerte, que al no tener ningún signicado particular, no han de ser analizados de manera alguna.
5.12.12
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