Estás a tiempo,
piénsalo mejor.
Mira que después ya no habrá
más nada en qué pensar.
En un instante más
hallarás en mis ojos
paisajes imposibles,
abominables certezas
que te habrán de fulminar.
Hallarás en mis ojos
muchísimo para perderte
y un Solo Punto
para Encontrarte
por el que deberás pasar.
Un Solo Punto
y el Abismo en todas partes.
Piénsalo mejor.
Si te abstienes
de asomarte
al abismo innominable
podrás continuar Durmiendo
con el aplauso universal.
Si persistes: el escarnio
colectivo y la Ruina general.
Si a pesar de todo
decides continuar,
te prevengo, finalmente:
la vida tal como la concibes
será un detalle irrelevante
y el mundo que conoces
habrá de derrumbarse.
Después, pedazo por pedazo,
tendrás que construirTe
a imagen de los Dioses.
Manuel Gerardo Monasterio, En la Otra Orilla, 1986
29.11.12
26.11.12
La quintaesencia del Islam se sintetiza en que Dios es Amor.
La quintaesencia del Cristianismo se sintetiza en que Dios es Amor.
La quintaesencia del Judaismo se sintetiza en que Dios es Amor.
Cuando uno ve a toda esa gente matándose y destruyendo todo
todo el tiempo sin solución de continuidad, uno puede no saber nada acerca de por qué
continúan haciéndolo, pero hay algo que uno sí sabe sin lugar alguno a dudas:
Toda esa gente no sabe ni entiende nada acerca de Dios.
La quintaesencia del Cristianismo se sintetiza en que Dios es Amor.
La quintaesencia del Judaismo se sintetiza en que Dios es Amor.
Cuando uno ve a toda esa gente matándose y destruyendo todo
todo el tiempo sin solución de continuidad, uno puede no saber nada acerca de por qué
continúan haciéndolo, pero hay algo que uno sí sabe sin lugar alguno a dudas:
Toda esa gente no sabe ni entiende nada acerca de Dios.
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16.11.12
Cada acontecimiento, cada comentario, cada interacción -y el resultado de la misma-
es una apelación extrema a tu Firmeza.
Porque cada uno de esas apariciones fenómenicas
estará esperando -y exigiendo de ti-
un concepto, una interpretación, una respuesta..
De las cuales surgirán miríadas de nuevos acontecimientos,
fenómenos y fantasmagorías sin solución de continuidad...
Lo que te enrredará en un océano fenómenico sin fin...
Hay que abstenerse de responder,de interpretar, de opinar,
observando todo lo que ocurre con la misma actitud
con la que un gato plenamente satisfecho observa a una rata flaca y vieja.
Es fácil de proclamar, y aún más facil de leer,
pero vé de ponerlo realmente en práctica y descubrirás
la tremenda dificultad que encuentras, lo que a su vez te pondrá en contacto
con el incomnmensurable laberinto de los automatismos
que nos dominan y nos esclavizan a la rueda de la repetición sin fin.
es una apelación extrema a tu Firmeza.
Porque cada uno de esas apariciones fenómenicas
estará esperando -y exigiendo de ti-
un concepto, una interpretación, una respuesta..
De las cuales surgirán miríadas de nuevos acontecimientos,
fenómenos y fantasmagorías sin solución de continuidad...
Lo que te enrredará en un océano fenómenico sin fin...
Hay que abstenerse de responder,de interpretar, de opinar,
observando todo lo que ocurre con la misma actitud
con la que un gato plenamente satisfecho observa a una rata flaca y vieja.
Es fácil de proclamar, y aún más facil de leer,
pero vé de ponerlo realmente en práctica y descubrirás
la tremenda dificultad que encuentras, lo que a su vez te pondrá en contacto
con el incomnmensurable laberinto de los automatismos
que nos dominan y nos esclavizan a la rueda de la repetición sin fin.
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11.11.12
Publicado en mi extinto "Foro Planetario" en Julio de 2007...Como si fuera hoy.
Argentina: Irracionalidad y mala voluntad
política
Argentina, como tantos trozos de doliente humanidad a lo largo del planeta, es un país epistemológicamente enfermo.
Cuando en 1988 escribimos (con José Alberto Alfonsi) “Bases para un Nuevo Modelo de Nación, éramos bastante ingenuos, como para pensar que los males endémicos que nos atormentaban habrían de disminuir con un poco más de ejercicio cívico.
Estábamos fatalmente equivocados.
Ahora estamos ya en condiciones de aventurar la siguiente ecuación:
El grado de irracionalidad –es decir, de locura- que afecta a un pueblo, puede calcularse en relación directamente proporcional a la insaciabilidad de los apetitos y a la codicia que desarrollan y que se les permite ejercer a sus dirigentes.
Racionalidad y Evolución
Los adalides del llamado “posmodernismo” están enamorados del desorden y la irracionalidad a la que han confundido –de manera ominosa y letal- con “libertad”. Pero podríamos decir, parafraseando a Pascal, que el surrealismo, fuera del ámbito acotado de las artes, engendra monstruosidad.
En realidad, la evolución moral y el desarrollo racional van a la par, y están íntima y concomitántemente relacionados.
¿Quién hubiese esperado que un Spinoza, por ejemplo, fuese un hombre desmesurado en su necesidades cotidianas?
El desarrollo racional lleva al hombre a un estado de auto-contentamiento que le permite satisfacerse de manera sobria y austera, no porque se auto-controle, sino porque necesita poco.
Ese ha sido el estado de hombres como Buda, Shankaracharya, Spinoza, Emerson, Thoreau, Vivekananda,Ramana Maharshi, Nisargadatta y Ranjit, entre tantos otros. Y debería comenzar a ser el estado que se requiere de quienes pretenden administrar el poder entre sus semejantes.
Podemos ahora pasar a una segunda proposición:
El grado de evolución racional de un individuo puede medirse de manera inversamente proporcional a su nivel de NECESIDAD.
El individuo irracional es, por definición, una criatura profunda e intensamente necesitada.
Homo demens que non sapiens
En el reino de la anomia y de la anarquía epistemológica, donde los ámbitos se entremezclan de manera caótica y los órdenes han perdido –o han sido forzados a claudicar-sus jerarquías naturales, imperan las palabras “talismán”. Magnífica definición que acuñó el filósofo español Alfonso López Quintás para designar a aquellas palabras que, habiendo sido ilegítimamente vaciadas de sustancial significado, son utilizadas para enrarecer la atmósfera intelectual y generar perturbación emocional. Palabras como “democracia” y “libertad”, están cargadas de un prestigio que impregna el ámbito del discurso de manera hipnótica y altera las facultades de discernimiento del escucha poco cauteloso o epistemológicamente ingenuo.
Y a la inversa, hay palabras indispensables que han sido sistemáticamente cargadas de falsos contenidos negativos, como “orden” o “control”.
Los acosadores mediáticos y los políticos profesionales conocen muy bien la utilización de estos recursos para conducir mejor a la audiencia hacia los ámbitos de seducción donde van a poder servir mejor a las necesidades insaciables de una élite -literalmente una pseudo-jerarquía- que se ha hecho con el poder en todas partes.
Entre Goya y Valle-Inclán
Goya, hombre profundamente preocupado por la locura de su tiempo, plasmó ese espectáculo en algunos de sus cuadros más característicos. El escritor Ramón María del Valle-Inclán, por su parte, acuñó la simpática palabra “esperpento”.
Se han reunido días pasados una cantidad de gobernadores y dirigentes peronistas para repartirse los despojos del poder que caigan de la mesa de la dinastía reinante.
Quien por oficio y profesión conoce los rostros del hospicio, puede haber tenido una equívoca sensación de “deja-vu”.
Rostros innobles, deformados por el ejercicio, amplio e irrestricto, de todos los vicios de la carne y del carácter, se daban cita para representar un conciliábulo goyesco de macabros esperpentos. Imposible analizar el discurso allí establecido, como la glosolalia de los esquizofrénicos agudos, las palabras inconexas y carentes de real significado se esparcían a lo largo de la jornada embozando –pobremente- el salvaje rostro de la ignorancia y la codicia ilimitadas.
Esperpentos que medran y mandan en ésta, que alguna vez aspirase a ser la gran nación, sobre la que ha caído, como un mar de los sargazos purulento y terminal, esta manada de simios lamentables que, en esta ocasión, se autodenominan “líderes peronistas”.
Ecce Simius. Ecche monstrum.
Mientras tanto... lasciate ogni speranza, voi
ch’entrate
Mientras los "próceres" se reunían en esa sucursal del infierno del Dante en que los Rodríguez Saá han convertido a San Luis , quien esto escribe, caminaba por la zona aledaña al obelisco de la ciudad capital, donde hay gente viviendo en las calles.
Han montado sus tenderetes en pleno centro. Allí duermen, comen y realizan las funciones obligadas de su naturaleza. Son como fantasmas que se han integrado al panorama de la ciudad. La gente pasa y no mira, o mira hacia otro lado, y si mira, no ve. Y si ve, se olvida, porque aquí cada uno sobrevive como puede. Ese es uno de los milagros que la benemérita dirigencia ha logrado desarrollar en este pueblo: cada uno se dedica estrictamente a lo suyo. Y así nos despeñamos todos, alegremente, en el octavo círculo...
Mientras los "próceres" y las “beneméritas” se reparten los despojos de lo que podría haber sido esta gran nación, en plena capital, una niña de siete días se moría de frío, como escuetamente anunciaron los medios.
Mientras los niños se mueren de hambre y de frío –o son violados por los cuatro costados de sus increíbles anatomías- los matrimonios que desean adoptar tienen que pasar por una odisea interminable de burocracia inconcebible.
Pero los que no ven, o no quieren o no pueden ver, quizás algún día se den cuenta de que convertir las calles en cloacas puede representar un grave riesgo colectivo.
Los diputados tiene que haberlo visto alguna vez, ya que la gente también se hacina por las noches frente al Congreso de la Nación.
Quien sabe alguna vez, alguno se de cuenta de que cortar las calles es un acto violatorio de la tan mentada CONSTITUCIÓN NACIONAL.
Y podríamos seguir durante más páginas de las que la mayoría tendría tiempo de leer, recitando las incongruencias y los despropósitos de un país que viaja a la deriva, porque en el “puente” el capitán y los oficiales están borrachos, y abajo, la tripulación duerme.
Mario Bunge: la racionalidad en el
exilio
Los individuos desarrollados racionalmente no tienen lugar en el país irracionalmente organizado. El ostracismo, obligado o voluntario, es la única opción. O de lo contrario, la marginalidad de una indiferencia inverosímil. Que en realidad no es tal, porque estando invertido el eje de los valores, la racionalidad es locura para los dementes.
Con Mario Bunge nos unen hasta las divergencias, que no son pocas. A sus ochenta y ocho años, desde su antigua cátedra en la McGill University, sigue pensando –y sufriendo- el país. Sería un atropello sugerirle a los “próceres” posmodernos que dirigen -¿o lastran y hunden?- lo que queda de la nación, que estudien a Mario Bunge?
Sería un atropello y un crimen de lesa “simieidad”.
Imagínense, el rumbo podría cambiar. Las cosas podrían comenzar a funcionar de manera RACIONAL. La cordura y el buen sentido (y quién sabe, hasta una conducta por primera vez coherente en materia de relaciones internacionales) podrían ser un principio de realidad.
Demasiado riesgo para quienes sienten y viven al margen de la razón cortical.
Manuel Gerardo Monasterio
Jardines de Prometeo
11 de Julio de 2007
Publicado en mi extinto "Foro Planetario" en el 2007, cuando era Presidente Néstor Kirchner.
La vigencia es triste total, por lo que lo republico hoy...
Argentina: Miserias del primitivismo que no cesa
por Manuel Gerardo Monasterio
Hace ya varios años que diversos pioneros de la resolución pacífica de conflictos intentan “hacer germinar” en el país las semillas de una nueva forma de convivir y, esencialmente, DE PENSAR. Pero así como no puede sacarse jugo alguno de una roca, parece imposible que arraiguen los modos y estilos genuinamente civilizados en el páramo infértil de la sociedad argentina.
Hoy, catorce de febrero de dos mil siete, el periódico Infobae –órgano periodístico cercano a los empresarios, ejecutivos y financistas de Argentina- publica en primera plana el siguiente título:
“PRECIOS: LAS PREPAGAS SE RINDEN A LA PRESIÓN OFICIAL”
Y más abajo se lee: “El gobierno forzó a las empresas a anular aumentos”
Así opera la prensa argentina. Así opera la dirigencia argentina. Así opera la sociedad argentina. Nunca se trata de haber llegado a persuadir –racional, y por qué no, compasivamente- a que las empresas prestadoras de servicios de salud ajusten sus tarifas, contemplando las necesidades y dificultades de la ciudadanía de a pie. En pos del bienestar común, de la simpatía mutua, de la cohesión social y del respeto mínimo y elemental por el prójimo. Se trata siempre de vencer, de derrotar, de aplastar, de “forzar” de “hacer rendir” al otro.
Así funciona todo en este desgraciado país.
Y tenemos entonces presidentes esquizo-paranoides, que sueñan solamente con poder morir “atornillados” al sillón de Rivadavia –el inefable “mulato” cuya conducta pública parece haber sido el agorero presagio de todo lo que habría de venir-.
Tenemos presidentes, decía, que manejan el poder desde los compartimientos estancos de sus propios proyectos personales. Presidentes sin desarrollo mental ni emocional, que no pueden persuadir, que no pueden convencer por medio de la racionalidad y la competencia intelectual, porque sencillamente no han desarrollado las áreas de su corteza cerebral concomitantes con esas conductas propias de un desarrollo humano superior. No han tenido disposición ni tiempo para eso. El desarrollo de la codicia y del narcisismo extremo son una tarea que exige ocupación “full-time”.
No tenemos presidentes, ni ministros, ni dirigentes con Presencia y Dimensión para esta hora planetaria. Tenemos, en cambio, luchadores de Cachacascán, entrenados para dar y recibir trompazos. Para mostrar quien es el más fuerte, “quien es el más macho”. Expertos en tramoyas inverosímiles para la gente común. Especialistas en demoler al circunstancial opositor con chicanas e insultos, o simplemente con una indiferencia sustancialmente anti-republicana. Porque la “cosa pública” en Argentina es algo bien privado, algo que manejan a su antojo en la oscuridad de sus maquinaciones los que han despojado a la población- por medio de torpes artilugios legales y lingüísticos- de los más elementales derechos de autogestión. Así funciona la democracia representativa: democracia meramente formal y semántica, pseudodemocracia. Oligocracia consensuada.
Si alguien quiere entender cómo funciona Argentina, no necesita estudiar tratados de historia y sociología, ni realizar costosos estudios de campo, basta con encender la televisión y sintonizar “Animal Planet” –¡maravillas de la tecnología!-. Y así, desde la comodidad de su hogar, podrá investigar a una sociedad, humana y bipedestada, que aún mantiene prácticamente intacto todo el arsenal de supervivencia propio de los mamíferos superiores como el león o el tigre. Pero también como las gacelas y los ratones. Porque la sociedad argentina, es decir, la ciudadanía de a pie, como una dócil prostituta, largamente acostumbrada a las aleccionadoras palizas de su “macho” de turno, termina siempre agachando la cabeza y cumpliendo con el ritual repulsivo de la democracia formal- de la pseudodemocracia- acudiendo a las urnas para elegir a los nuevos proxenetas que habrán de turnarse para explotarla como a ella le gusta…
Esto es Argentina.
Pasen y vean.
Vengan y miren.
Miren y aprendan como se maneja el poder en este desventurado país.
El presidente de la nación no persuade, no negocia, no dialoga.
El presidente “fuerza” y “hace rendir”….
Y mañana –o ahora mismo- los empresarios y los industriales y las multinacionales habrán de “forzarlo” y “hacerlo rendir” a él.
¿Qué forma es esta de gobernar?
¿Qué forma es esta de Administrar?
¿Qué Siglo XXI nos aguarda con estos códigos de comunicación cavernaria tenidos como naturales en una sociedad que continúa aceptándolos como moneda común?
Los pioneros de la resolución pacífica de conflictos, de los nuevos enfoques de comunicación y de las nuevas pautas desarrollables de convivencia humana han traído y continúan trayendo a los especialistas mundiales en estos temas.
Ha venido William Ury trayendo su bella metodología de Harvard. Propiciando la negociación del ganar-ganar, en lugar de uno pierde y el otro gana. Está por llegar, invitado por esa gente pionera que aún sueña con algo diferente, John Paul Lederach, especialista internacional en metodologías alternativas para la paz en conflictos públicos.
¿Sabrán adónde vienen?
Creo que sí, que lo saben bien. Y que continúan sembrando, a pesar de todo, en este paraíso eterno de los neandertales que es Argentina.
El presidente y sus ministros, seguramente, no van a asistir a estos seminarios para aprender algo nuevo que pueda llegar a iluminarlos como para salir de la caverna mental prehistórica en la que duermen.
Los popes del periodismo y los dirigentes prominentes, tampoco necesitan, por cierto, semejantes cambios. Instaurar pautas elevadas de conducta, de convivencia y de comunicación, simplemente los haría más débiles a la hora de confrontarse con sus salvajes compañeros de rapiña.
Es mejor para su formación cívica que continúen sintonizando “Animal Planet”.
Manuel Gerardo Monasterio
Jardines de Prometeo
14 de febrero de 2007
PD: En realidad, la dirigencia argentina -políticos, empresarios, grandes medios de difusión- se encuentra confabulada contra un único enemigo. El único "forzado" y siempre "rendido". El "soberano" cuyo tétrico destino parece ser el de no terminar de "educarse" nunca, y no despertar jamás.
4.11.12
Publicado en 2007, vigente, actual y en profético cumplimiento...
Carta Abierta a la Ciudadana Indispensable
Carta Abierta a la Ciudadana Indispensable
Las heridas están a la vista: colgajos de un corazón Abierto y de un cerebro que se resiste al ensueño general. Y los tendones palpitantes.
Los mercenarios de la democracia paupérrima y desnutrida que medra por estas lamentables latitudes, la acusan ahora “de estar resentida”. ¿Sabrán, realmente, lo que dicen?
Resentirse “es tener sentimiento, enojo o pena por algo”, y vaya si tiene usted motivos de sobra para ello!
Mucha pena ha de sentir quien conozca un par de pequeñas verdades más allá de las pedestres apetencias de unos cuantos pobres hombres –cuya pobreza espiritual se acrecienta a ritmo equivalente al de sus cuentas bancarias, alimentadas vaya a saber con qué prebendas usufructuadas a expensas de la ingente imbecilidad colectiva.
Yo, a diferencia de Usted, querida Elisa Carrió, no creo en este burdo conato siempre inconcluso de “democracia”. Y como no tengo votos a qué aspirar, puedo decir sin temor a represalias, que el pueblo se equivoca, se equivoca casi siempre, y lo hace de manera estentórea y llamativa. El pueblo se equivoca como el Titanic. Y a diferencia de lo que tantos vocean aquí y allá, considero además que el pueblo termina por recibir lo que se merece. Y a este pueblo todavía le falta un poco más de lo que se ha ganado. Y tenga usted por cierto que habrá de recibirlo menos tarde que temprano.
Los pueblos que se comportan como prostitutas aspiran inexorablemente a ser gobernados por proxenetas. Pueblos que, como rameras obsecuentes, están acostumbrados a besar la mano que los azota y a inclinarse servilmente ante el látigo que los flagela.Pretender que respondan como ciudadanos es desconocer la elemental naturaleza de las cosas.
Querida Elisa Carrió, desearía de todo corazón que su Presencia quebrara el ritual imperturbable que se viene cumpliendo desde siglos. Pero todos los antecedentes juegan en su contra, porque Argentina es un país que asesina a sus poetas y profetas.Primero los expone a la intemperie del cepo popular, o los deja morir en el silencio de una indiferencia que desafía las estadísticas. Y luego los deja secándose al sol, para que sirvan de ejemplo y escarmiento para las generaciones por venir.
Pero, parafraseando a Isaías, no seré yo, precisamente, quien pretenda “apagar el pábilo”.
Que siga encendido el suyo es mi esperanza y mi presagio. Y que el Buen Dios la acompañe en su camino hacia Damasco.
Manuel Gerardo Monasterio
Jardines de Prometeo
17 de Noviembre de 2007
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