31.1.11


Está llegando a su fin en la televisión argentina la emisión de “India: una historia de amor”. La serie fue quitada de su horario semanal, ubicada en un horario marginal del fin de semana, y cortada y abreviada para satisfacer las necesidades de su nuevo horario.

Es difícil encontrar un producto de este tipo mejor realizado.

Ya lo hemos dicho en diversas ocasiones y sería redundante abundar en lo mismo.

Triunfó en todas partes donde fue emitida, pero aparentemente fue un fracaso en Argentina.

Quizás sea por razones similares a las que hicieron que Srila Prabhupada –entre otros hombres con realización espiritual- hayan eventualmente evitado venir a Argentina.

Una tira con valores, con enseñanza para el público sin dejar de entretener –y mucho- fracasa en Argentina…Mientras triunfan diversas muestras de chabacanería, malos ejemplos y mediocridad que se repite, se refrita y se vuelve a repetir…

Triste destino el de este país que tanto prometió a tanta gente que confió en él y puso todo de sí a lo largo de décadas de esfuerzos, de trabajo y dedicación.

Mientras tanto, Brasil demuestra una vez más que es la potencia de América Latina, en todos los niveles, también en el cultural.

Felicitaciones!

27.1.11

La medicina "moderna" (como todas las medicinas) no es más que la plasmación, la manifestación de un estado de consciencia. No se trata de algo "contra lo que luchar", no se puede luchar contra un estado de consciencia. Sólo la transformación de ese estado de consciencia -la transformación de esa Mirada-puede producir algún cambio.




La polémica autora del libro La mafia médica prepara el lanzamiento en España de su segundo libro ¿Qué he venido a hacer en esta tierra? (What the Hell Am I Doing Here Anyway?), que estará a la venta a finales del mes de abril. Ambos libros han sido publicados por ediciones Vesica Piscis. Desde que Ghislaine publicó su primera obra en la que pone en tela de juicio el funcionamiento del sistema médico –por ocuparse de la enfermedad, más que de la salud–, muchas conciencias han quedado inquietas. Para avivar estos temas la autora, que transmite paz y seguridad, nos ha concedido un poco de su tiempo para compartir con los lectores de Natural su filosofía de vida.

Ghislaine Saint-Pierre Lanctôt nació en 1941, su padre y su abuelo eran farmacéuticos y ella empezó la carrera de Medicina para complacerles. «Yo quería ser filósofa. Pero creía que lo de pensar no iba a aportarle nada a la gente. Pensé, voy a hacer algo útil, que beneficie a la población, y como me crié en este ambiente decidí hacer la carrera de Medicina. Al final he dejado todo eso y lo que hago ahora es lo que quería hacer desde el principio». Ghislaine está divorciada y tiene cuatro hijos. «Lo que a mí me abrió los ojos –continúa la escritora fue mi divorcio. Es lo que me despertó. Cuando los niños estaban en casa con su padre tenía tiempo para mí, no sabía lo que era eso, me había olvidado de mí misma. Yo trabajaba pero me ocupaba mucho de la familia, para mí era la prioridad. Entonces como un fin de semana de cada dos no tenía a los niños, estaba obligada a ocuparme de mí misma y es así como empecé a evolucionar, a conocer gente y a descubrir cosas, a salir de la prisión de la familia. Después de esto, viví seis años en Estados Unidos. Yo nací en Montreal (Canadá), pero entre 1984 y 1990 estuve en Estados Unidos. Esta experiencia me abrió los ojos sobre lo que es el negocio de la medicina porque es así como lo llaman allí, aquí en Europa y en Canadá hacen creer que es como trabajar por el bien del enfermo, que es un tema social. A la vuelta de Estados Unidos escribí La mafia médica cuya primera edición se publicó en 1994».

El colegio de médicos le hizo una demanda, el proceso duró un año y desde entonces la escritora imparte seminarios para que la gente entienda y tome conciencia de que es el estado del alma lo que determina la salud mental. «Cómo mejorar el estado de mi alma para mejorar el estado de mi cuerpo», dice Ghislaine.

Pregunta: Su visión actual de la salud es completamente distinta a cuando era médico ¿En qué momento y por qué dio usted un giro radical a su carrera?

Respuesta: A lo largo de los años empecé a ver cosas que no me parecían sensatas, que no tenían lógica, como por ejemplo seguir dando medicamentos aunque no funcionaran, aunque no se curara la persona. Yo no entendía, por ejemplo, como en un cáncer se aplicaba la quimioterapia si lo que hace es enfermar aún más a la persona que acaba por morirse de todos modos.

Cuando aparecieron las medicinas suaves pensé que eso era interesante, y yo he ido a encontrarme con personas que practicaban la medicina alternativa y entonces me di cuenta de que lo que hacían ellos era muy interesante, incluso mejor que lo que hacíamos nosotros en la medicina convencional. Esas personas me acogieron, me mostraron lo que hacían, cómo actuaban. Y yo pensé: ¿por qué no nos han enseñado esto a los demás médicos? ¿Cómo puede ser que no lo enseñen en la facultad y que además a estas personas las tachen de charlatanes y de estafadores?

Yo me encontré con ellos y vi que eso no era cierto, no eran charlatanes. Así fue como me empecé a plantear cosas. Cuando acabé la carrera de Medicina yo estaba convencida de que hacia el año 2000 ya no habría más enfermedad en el mundo, tenía una confianza ciega en la medicina que me habían enseñado. Sin embargo, yo veía que el tiempo pasaba y que la salud de las personas iba empeorando. Me percaté también de que medicamentos que no funcionan se siguen recetando, y que se practicaba una guerra en contra de las medicinas alternativas. Además yo era flebóloga y había abierto centros de flebología en distintos lugares del país, lo que me llevó a experimentar de cerca el negocio de la medicina tradicional. Y ahí sí que entendí muchas cosas.

P: ¿Qué papel juegan para usted las medicinas alternativas?

R: Las medicinas alternativas producen un bienestar más interesante que el que proporciona la medicina convencional. La medicina convencional corta, quema y envenena. Corta con las operaciones, envenena con la quimio y envenena con los rayos. Las medicinas suaves pueden poner orden de forma temporal en el cuerpo, pero como el problema está en el alma, antes o después habrá que afrontar el problema del alma.

Es el alma quien enferma a los demás cuerpos. Por ejemplo: mi trabajo ya no me conviene, tengo náuseas por la mañana cuando pienso que tengo que ir a trabajar, entonces empieza a dolerme la espalda, las rodillas, la tripa. Puedo ir a ver a alguien que practique la medicina suave, va a ayudar a mi cuerpo, puedo tener tratamientos de técnicas energéticas que ayuden a mi cuerpo emocional y mental; pero hasta que no solucione lo que pasa con mi trabajo voy a seguir enfermando porque mi alma me dice «sal de aquí». Es interesante porque el alma entrega un mensaje cada vez más fuerte y cuando no entiendes te lanza un ladrillo a la cabeza: un accidente de coche, un divorcio, alguien que muere en la familia, una enfermedad, perder el trabajo… Algo fuerte para que tú reacciones.

P: ¿Puede ser que a unos les sorprenda un accidente y a otros les anuncien que tienen metástasis?

R: Sí, pero la metástasis no existe, son cánceres secundarios, cánceres que se desarrollan después del primario. Pero no existe esta idea de metástasis, es otra mentira de la medicina convencional.

P: Desde su punto de vista como «médica del alma» ¿cree que hay alguna solución a este tipo de enfermedades?

R: Nunca es demasiado tarde, la sanación puede ocurrir en cualquier momento. El problema es que cuanto más acuda al médico, más miedo voy a tener y más voy a enfermar. Es un círculo vicioso. Por eso yo digo «deja de ir al médico».

P: ¿A usted le va bien esta filosofía de vida?

R: A mucha gente le funciona, no sólo a mí. No es el médico el que puede sanarme, él hace que yo enferme más y acabo muriéndome.

P: Cada vez hay más casos de cáncer cuyos enfermos reciben quimioterapia. ¿No cree que en algunos casos la quimioterapia cura?

R: La quimioterapia es veneno. Normalmente no hace bien a nadie. Hay que saber que hay siempre un conflicto, cualquier enfermedad es psicosomática. Siempre hay un conflicto a raíz de una enfermedad, pero si yo identifico el conflicto y lo soluciono, la enfermedad se va. Es así que yo entendí que la medicina estaba totalmente controlada por el dinero. Entonces, lo que nosotros hacíamos como médicos era enfermar más a las personas para así generar ganancias para la industria. Entonces, ¿qué es la salud? En la facultad sólo me enseñaron lo que es la enfermedad. Entonces, ¿qué es gozar de buena salud? Yo llegué a la conclusión de que el cuerpo sólo manifiesta el estado del alma. Y cuando mi cuerpo está enfermo es porque mi alma está enferma. Entonces el cuerpo por sí solo no enferma, es como un espejo que refleja lo que pasa dentro. Para ver mi alma, miro mi cuerpo y veo lo que hay en mi alma. Entonces no sirve de nada tratar sólo el cuerpo. Hay que mirar el alma, ¿qué es lo que no funciona en el alma, cuál es la enfermedad del alma? Es la guerra.

Porque mi alma me dice internamente que haga algo y mi ego me dice que haga lo contrario. Entonces hay una guerra interna. La enfermedad es siempre la manifestación de un conflicto dentro de mí. Hay dos aspectos: el cuerpo y el alma. ¿Qué quiere el alma? El alma quiere la emancipación del ser y el cuerpo quiere la seguridad del haber, del tener. Cada uno tira por un lado, el estrés significa la guerra interior. Cuando trato el alma, todo el cuerpo se alinea sobre este equilibrio. No quiero decir que no haya que cuidar el cuerpo físico, sino hacer las cosas en el orden correcto. Primero el alma, después el cuerpo mental, después el cuerpo emocional y después el cuerpo físico. Y lo solemos hacer al revés. La medicina convencional se encarga del cuerpo físico, y no trata el resto.

P: ¿No cree que la propia sociedad demanda que el médico se ocupe del cuerpo físico y le dé una medicina para el dolor?

R: Absolutamente. La sociedad misma, nosotros somos los que creamos esta mafia a nuestra imagen y semejanza. El problema es que damos prioridad al «tener» sobre el «ser», ése es el desorden, priorizar el cuerpo en vez del alma. Para volver al orden hay que dar prioridad al alma en lugar de otorgársela al cuerpo, eso genera orden, paz y salud. Eso, en definitiva, es la salud.

P: Eso es mucho más complicado que tomarse un pastilla…

R: Cierto, pero ¿qué hace una pastilla? Te da la ilusión de que estarás mejor, pero con el tiempo reaparecen los síntomas.

P: En el caso del paludismo, por ejemplo, alguien sano se enferma por beber agua contaminada, ¿también en este caso insiste en su teoría?

Eso es válido para todo. No hay ningún microbio exterior que pueda enfermar, soy yo la creadora de mis enfermedades. Y ésta es la verdadera enfermedad del alma, el no saber que soy yo quien la está creando. Como yo pienso que no soy responsable, me imagino creadores exteriores: microbios, tumores, etc. Por ejemplo un simple catarro: hace frío, me cojo un catarro. Y por lo tanto puedes tener un catarro en verano, es un sinsentido, no tiene nada que ver con el frío. Con esta estructura de pensamiento voy generando la guerra hacia los factores exteriores. Y por eso se crearon las vacunas. ¿Qué son las vacunas? Dar la enfermedad de forma más debilitada para que el cuerpo reaccione. Es decir, no tengo la enfermedad pero si algún día la contraigo, sería menos grave porque ya me he puesto la vacuna. Te voy a dar otro ejemplo, tengo miedo de que mi hija sea violada. Entonces le voy a dar un violador debilitado, entonces si un día la violan será menos grave porque habrá tenido un pequeño violador y entonces estará preparada. La vacuna funciona igual. Es algo de locos. Vivir en el desorden lleva a este tipo de locuras. Por ejemplo, la gripe aviar. ¡Es extraordinario! Cerca de donde vivo había una experta muy seria que vino de parte de las autoridades médicas y nos ha dado cifras: en el plazo de nueve años se murieron cerca de 152 personas de gripe aviar en el mundo, solo en Canadá mueren cada año 10.000 personas por errores médicos, no de enfermedad sino de equivocaciones. ¡Yo creo que más bien habría que vacunar a los médicos! (risas). No hay epidemia, no hay nada. Entonces se ha creado una pandemia a escala mundial, en la cual se han gastado millones de dólares para tratarla pero no hay nada. Esto está en preparación desde hace muchos años. Llevamos de cinco a siete años oyendo hablar de una pandemia. ¿Cómo se puede anunciar que va a haber una pandemia? Una epidemia surge, ocurre, pero no la puedo prever, es un montaje.

P: Pero la gente tiene miedo…

R: Sí, es una forma de manipulación mental para llevarles a pensar que va a ocurrir una epidemia. Y un día cuando ocurra las autoridades dirán que ya lo habían previsto. Es algo que está preparado desde hace mucho tiempo, hay un proceso escondido detrás de esto. Yo no sé exactamente lo que es, puede ser por ejemplo ponerle a todo el mundo un chip electrónico porque cuando hay una campaña de vacuna se puede poner cualquier cosa en la jeringuilla. Así que es posible que haya una estrategia que consista en decir que hay una epidemia y que hay que vacunar a todo el mundo y entonces pondrían el microchip. Yo estoy segura de que hay algo detrás, un propósito escondido en decir que hay una epidemia y que hay que tener cuidado. Es una hipótesis. De todos modos sea para lo que sea el propósito es el control sobre la población.

P: ¿Tiene todo esto algo que ver con la trilogía de la mentira de que habla en su libro La mafia médica?

R: Absolutamente. Hablo mucho de las vacunas en el libro y lo que yo digo a este respecto en el libro es lo que desencadenó la ira del colegio médico. Porque las vacunas no se tocan, son sagradas, puedes hablar de cualquier cosa, la industria, los medicamentos, pero cuidado con las vacunas. Porque las vacunas otorgan importantes ganancias a la industria, pero a las personas les puedes transmitir cualquier cosa. La vacuna es un medio para producir genocidios con un blanco específico.

Cuando se quiere distribuir a un pueblo o a una raza, la administran, mira lo que está ocurriendo en África. Ellos lo llaman sida, pero ¿qué significa sida? «Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida». Entonces es el propio sistema inmunitario que se ha debilitado, de modo que cualquier afección es mucho más grave.

P: ¿Quién está detrás de toda esta estrategia?

R: Los que mandan. Hay un gobierno mundial que tiene todos sus ministerios, para la salud es la OMS, pero también están la UNESCO, UNICEF, FAO, FMI, Banco Mundial, etc. Todos los países miembros de la ONU obedecen las órdenes del gobierno mundial.

P: ¿Ve solución para esta situación?

R: Sí (risas) sino mal vamos. La solución que yo propongo en el libro es la soberanía individual. Es tomar conciencia como persona individual de que soy yo la que tiene el verdadero poder. Por ejemplo, los Mc Donald’s, cuando la gente deja de ir a estos restaurantes la empresa se debilita, son las multinacionales, que son todopoderosas. Si yo dejo de comprar y de dar dinero a las multinacionales ya no valen nada, no ganan dinero. Si los enfermos dejan de ir al médico, se derrumba el sistema médico, si dejo de pagar impuestos no hay gobierno. Entonces ¿dónde está el verdadero poder?, en la persona y la palabra SOBERANÍA, significa el poder último, el más alto, que siempre hemos pensado que estaba fuera y está dentro de nosotros.

Si pensamos en el poder más elevado, pensamos en Dios. Y ¿qué es Dios? Es el espíritu que crea todo el universo y esto está dentro, no fuera. La solución viene cuando yo tomo conciencia de quién soy verdaderamente y que voy a comportarme tal y como yo soy, encontraremos la salud perfecta y la inmortalidad, que es más interesante que morir ¿no?

P: Y ¿Cuál es el primer paso que debemos dar?

R: Primero empieza por tomar una decisión, que consiste en dar rienda suelta a mi alma, es mi alma quien manda y no el ego, entonces dejo de pelearme, significa escuchar lo que me dice mi alma. Por ejemplo, mi alma me dice: «deja este trabajo, ya no resuena contigo, deja de hacer eso»; pero el ego me va a decir: «No, ¿estás loca o qué?, tienes que pagar el alquiler, sostener la familia, ser buena madre o buen padre...». Esa es la guerra, entonces dejo de pelear y escucho a mi alma. Y el ego empieza a agitarse y a ponerse inquieto ¿qué va a pasarme? Quiere controlar, es su función. ¿Qué va a ser de mí? Pues no lo sé, soy yo la que va creando qué va a pasarme. ¿Me voy a pelear conmigo misma? No, voy a hacer las paces.

Algo que se puede hacer varias veces al día y que mejora automáticamente cada vez la salud es decir la verdad. Mentimos todo el tiempo, pero incluso sin darnos cuenta, estamos tan acostumbrados a hacerlo… tenemos mentiras gordas y otras que se llaman «medias verdades», pero la mitad que falta es una mentira. Y hay otra categoría de mentiras que son por omisión. Y esto se llama un secreto. A veces mi hijo viene a verme y me dice: «Mamá, tengo que decirte algo, pero no se lo digas a nadie». Si es un secreto y tú no puedes guardarlo, no me pidas a mí que lo guarde. Si para ti es un secreto y me lo transmites a mí porque pesa mucho sobre tus hombros, yo tampoco lo voy a guardar.

Son cosas del día a día. Si me quedo en la mentira y siempre estoy mintiendo, poco a poco voy destruyendo mi salud. Miento porque tengo miedo, es el ego el que miente, el alma nunca miente, dice que diga la verdad. Cosas así pequeñas hacen que vaya mejorando mi salud en vez de empeorarla.

¿Qué es la fiesta del día del padre o del día de la madre? Son fiestas comerciales que me están obligando a celebrar la fiesta y comprarle algo. ¿Qué estoy celebrando con esto? Celebro que mi madre se ha sacrificado toda su vida por sus hijos, que ha luchado toda su vida para mantener su papel de madre o celebro que mi padre toda su vida ha trabajado para conseguir que su familia viva bien. En definitiva, celebro que mi madre y mi padre han hecho todo lo posible para seguir juntos y mantener a la familia unida. Celebro la enfermedad y la muerte, hay que pensar en eso. ¿Qué es el padre y la madre? La muerte. Cuando esas personas se han quedado juntos aunque no tengan nada que ver unos con otros, ya se ha acabado la cosa, pero se han quedado juntos para que la familia se mantenga unida, en vez de escuchar a su alma. Y yo voy y digo, «gracias». Otro ejemplo cercano sería celebrar el día del padre o de la madre. Y podría explicar a mis padres que no voy a celebrar ese día, que tengo gratitud y reconocimiento por todo lo que han hecho por mí, pero que no voy a celebrar un rol, un papel que destruye el alma, hace que envejezcamos y muramos. Y entonces, ¿qué dirá mamá? Lo que me impide tomar esta decisión es el miedo a que mamá o papá no me quieran porque sigo esperando el amor exterior. En vez de darme cuenta de que el amor está dentro de mí, soy yo quien puedo amarme a mí misma. Si voy buscando el amor exterior, sufro. Si yo vivo con amor por mí enfocado hacia mi interior, no por miedo de lo que la gente pueda pensar de mí, mi salud mejora. Entonces vamos a ser seres inmortales, eso no significa que nos vamos a quedar por siempre vivos aquí, sino que puedo encarnarme y desencarnarme a voluntad. Puedo materializarme y desmaterializarme, depende de mí.

Es una cuestión de la evolución de la conciencia humana y cuando haya suficiente número de personas que sean conscientes de esto, vamos a alcanzar la masa crítica. Hay personas que darán el salto y otras que no. Eso ya se pude ver, son más o menos 100.000 personas sólo en el planeta. Por ejemplo, toco aquí y siento un bulto en el pecho. Tengo dos posibilidades o me quedo aquí quieta y no hago nada o me voy corriendo al médico. Si voy al médico me va a decir que tengo un cáncer. En la mente está escrito «Cáncer igual a muerte». Entonces si yo he sentido miedo y he ido al médico, el doctor me ha asustado aún más y me recomienda quimioterapia. A mí eso no me agrada porque la gente que conozco que se la ha hecho se pone verde, siente náuseas, no tiene pelo y tienen un estado muy debilitado y triste. Entonces cada vez tengo más miedo, cada vez estoy más enfermo y cada vez me acerco más a la muerte.

Eso ocurre si tomo la opción del médico. En el otro caso mi cuerpo me muestra que hay un conflicto interno, el bulto en este pecho es un regalo que me hago a mí misma, no quiero quitármelo, es mi espejo el que me está indicando algo. Le voy a decir al bulto: ¿qué tienes que decirme?, háblame. Gracias por manifestarte. Te escucho, háblame de mi conflicto. Entonces yo digo a mi alma: te dejo libre. Voy a vivir y sentir el miedo a morir. De esta forma yo puedo sanar definitivamente, no una remisión temporal, una verdadera sanación.

Por ejemplo, ¿qué es un divorcio? Una ruptura. Algo me dice: «no, no te tienes que divorciar, quédate junto a esa persona» y algo me dice: "no, ya se acabó". Actualmente hay más divorcios porque la conciencia se eleva y la gente hace más caso a sus sentimientos. El divorcio y dejar un trabajo no son buenas opciones para la seguridad del haber. Hay cada vez más personas que dejan carreras brillantes porque ya no le encuentran sentido a lo que hacen. Es normal porque la conciencia se eleva.

Si no hago caso a mi alma y sigo en ese trabajo me enfermo y cuando voy al médico me manda antidepresivos. ¿Y qué son los antidepresivos? Son drogas que hacen que yo ya no sienta nada. «Mi trabajo bien, seguiré con él». Con ayuda de estas pastillas soy efectivo y puedo seguir pagando la hipoteca.

Algo que causa mucho estrés es el endeudamiento de las familias. Una manera de sanarse es salir de este sistema de endeudamiento porque supone esclavitud. Es la «simplicidad voluntaria» es un movimiento social de gente que lo adopta deliberadamente. Yo no lo recomiendo como movimiento social, pero sí como medida temporal para salir de esta trampa. De forma que las necesidades materiales dejan de ser la prioridad en mi vida y más bien es el alma lo prioritario. La «simplicidad voluntaria» consiste en reducir las necesidades materiales. Por ejemplo si tengo una casa grande con una hipoteca muy elevada, un cochazo a juego con la casa, hijos que visten de marca, van a una escuela privada, etc. Todo eso cuesta dinero y tengo que seguir trabajando, pero ya no me gusta mi trabajo y ahí estoy preso y eso es un estrés tremendo. La persona piensa que no tiene salida: si dejo mi trabajo ya no seré capaz de ofrecer caprichos a mis hijos, perderé a mis amigos, mi prestigio, mi mujer, reputación… No se puede imaginar la vida sin nada de eso, pero es posible. Vendo la casa, vendo el coche, vamos a una casa más pequeña, los niños dejan de ir al colegio público y se les manda a uno privado y así tengo tiempo para mi alma. Eso es realmente la salud, esas cosas de la vida cotidiana son las que hacen que mi salud esté mejor o peor.

P: Usted demostró ser muy valiente cuando escribió el libro La mafia médica que le costó la expulsión del colegio de médicos, supongo que vivió un conflicto importante. ¿Cómo se decidió a dar el paso?

R: Yo sabía que publicando este libro se acababa para mí la carrera de medicina. Yo me acuerdo de ese momento y me dije: «Si no escribo este libro, me muero». Quizás no hubiera muerto rápidamente, pero sí a nivel del alma. No fue tan difícil, más difícil fue dejar mi papel de «buena madre».

P: ¿A qué se refiere?

R: Mis niños ya no lo son, ya no soy madre. Tuve que dejar de preocuparme por mis hijos. Un pasaje importante fue que mi casa ya no era más su casa. Yo tengo dos hijas y cada una de ellas había dejado en mi casa dos tazas para el desayuno. Hace más de un año llegó una amiga y me ofreció dos tazones, no tenía sitio para ponerlas todas y decidí quitar las tazas de mis hijas. ¡Eso fue tremendo! Era como un enlace, un símbolo del vínculo con mis hijas y se trataba de cortar ese tipo de lazos. Entonces una dijo que vale y la otra dijo que ni hablar y volvió a colocar la taza en su sitio. Yo le dije: «pues tú haz lo que quieras, pero yo ya he hecho lo que tenía que hacer».

P: El desapego, entonces, ¿tiene que ver con conseguir una buena salud?

R: Sí, desapegarse de los papeles de madre, de hija, etc. Cuando estoy apegada a algo es que tengo miedo de perderlo y si tengo muchos apegos no puedo avanzar. Con mi libro La mafia médica todo se fue, el título de médica, la profesión, pero para mí era muy fácil. Cada uno tenemos cargas y apegos distintos. También hay gente que tiene apegos a los apellidos y tiene hijos para perpetuar el apellido de la familia.

Marta Gómez Esteban/Fotos: Sara Gómez Payol

Revista Primavera 2007

25.1.11


Les dejo aqui algunas de las fotos que he tomado últimamente, mostrando las maravillas de la globalización...Todos los países están mimetizados bajo un mismo signo...











oooopsssss!!!!!








Nota censurada por fin sale a la luz!!!!!
Esta nota fue realizada hace tres años, pero debido a las enormes presiones recibidas recién hoy he podido publicarla.

Manuel Gerardo Monasterio, Walden, 25 de Enero de 2011


PRIMICIA MUNDIAL

Avanza el proyecto de ley para la autodeterminación sexual temprana y concluyen favorablemente las investigaciones finales.

El equipo del Instituto de Investigaciones Materno-Infantiles de la Plata, en un proyecto de investigación conjunta con el M.I.T (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y el Laboratorio de Investigaciones Fetales de Moscú, ha dado a conocer los resultados de un proyecto interdisciplinario de trascendencia histórica.

Se trata del Multisex Fetal Free Election
Al respecto, la Directora del proyecto, Dra. Micaela Georghiu- (Originalmente, Miguel Georghiu, nacida/o en Bucarest, Rumania) nos describió de esta forma el monumental descubrimiento:

Luego de 12 años de exhaustivas investigaciones donde han participado médicos, ingenieros, psicólogos, antropólogos y sociólogos de diversas partes del mundo, hemos constatado lo siguiente:

Los bebés cuyos padres determinan su orientación sexual sin consultarlos, sufren de lo que se llama Shock de la Imposición Psicosexual Prematura, -o Shipp-.


Más allá del atentado ignominioso contra la libertad del niño, esto produce severos trastornos en la evolución psiconeurológica del infante.

Seguidamente, tomó la palabra, el Subdirector del proyecto-y esposo de la Doctora
Georghiu-, la Dra. Robert Frazer, quien continuó explicando:

El 99.5% de los niños que nacen desde los últimos quince años, son índigos, lo que significa que saben mucho mejor que sus padres qué es lo que necesitan y cómo lo necesitan. Para ayudarlos a tomar decisiones desde la edad en que están preparados para ello, hemos diseñado un dispositivo intrauterino microcomputarizado mediante el cual el feto, a partir de los siete meses, podrá decidir su orientación sexual, de manera que, cuando salga al mundo exterior, no se encuentre con colores, nombres e identificaciones que no lo representan.



La Directora del proyecto, Dra. Micaela Georghiu con su marido y Subdirector del emprendimiento, Dra. Robert Frazer


El ingenioso dispositivo, que ingresa al útero mediante un sutil sistema de dirección robotizada, consiste de un micropanel con diversos botones que el feto podrá pulsar de acuerdo a su libre elección, estos botones corresponden a las siguientes opciones:

Niño
Niña
Niña que desea ser niño
Niño que desea ser niña
y Niño/Niña Binorma





Foto exclusiva del primer dispositivo instalado y operativo


Luego de que el feto, bebé o renacuajo, según quiera uno llamarle, presiona el botón de selección, se pone en marcha un complejo dispositivo de regulación de secreción hormonal que lleva adelante el proceso de instauración de la sexualidad seleccionada.

Según los prestigiosos investigadores este sistema reducirá el Shock de Imposicion Psicosexual Prematura a prácticamente cero.

Preguntados los especialistas acerca de los riesgos de la prueba para el feto o la madre, estos dijeron que no sólo no era peligroso, sino que, por el contrario resultaba una experiencia sumamente placentera para ambos, ya que el pequeño panel activa al mismo tiempo un sistema de música funcional y de micromoasajes programados.

En nuestro país, el anteproyecto de ley para hacer obligatoria la autodeterminación fetal temprana ya está en la Cámara de Diputados y resulta inminente su aprobación.

Lo que llamó la atención de algunos periodistas de ideas más bien tradicionales –una significativa minoría-, fue el hecho de que todos los investigadores del instituto multidisciplinario fueran transexuales, homosexuales o portadores de sexualidad múltiple, ante lo cual tanto la Dra. Georghiu como la Doctora Robert Frazer declararon: somos muy abiertos/as y no tenemos prejuicios, podemos asegurarles que todos los que participamos en este proyecto tenemos algún amigo heterosexual.
Para concluir, los periodistas entrevistaron al Ministro de Salud de la República, quien se mostró sumamente complacido por el proyecto y enfatizó:

"Estoy muy feliz, porque con este proyecto nuestro país se pone finalmente a la vanguardia del progreso mundial, con lo que todos queremos:
Niños libres y felices desde el útero materno ejerciendo sus derechos plenamente como corresponde a una sociedad verdaderamente democrática. Era una vergüenza que los fetos no pudieran decidir su sexualidad y que ésta quedara a merced de la ignorancia de los padres."



Visita al laboratorio. Parados: la Dra. Georghiu y su asistente, el Dr. Anastasia Kowalski
Sentados, la Dra. Robert Frazer y el Sr.Ministro de Salud de la República


En la foto de abajo, vemos al Sr. Ministro y a la Dra.Robert Frazer retirándose de la Fiesta que se realizó para festejar el éxito de los trabajos científicos realizados








Cabe agregar que este mismo equipo fue el que logró hace apenas un mes la operación de Dolly la oveja clonada y de Florencia de la Vega, nuestra vedette NTSC/PAL-N.

Como recordarán se produjo el transplante recíproco de cabezas a pedido de las interesadas.








Nuestra primerísima Diva portando el codiciado
y sensual cuerpo de la Oveja Dolly ("realicé el sueño de mi vida" dijo Florencia)







La menos afortunada pero igualmente satisfecha
Oveja Dolly, con su nueva carrocería multinorma



Pienso que a ustedes, estimados lectores, les pasará como a mí.
¿No recuerdan con una mezcla de pena y asquito la monótona vida que llevaban nuestros desventurados abuelos?
En aquella época de retraso inconcebible, las mujeres eran sólo mujeres, los varones eran sólo varones y los homosexuales eran bien homosexuales.
Hoy, gracias al avance del conocimiento, de la convivencia y de las leyes, las mujeres y los varones son entretenidos y variaditos como un jugo multifruta, los homosexuales adoptan y pueden jugar al papá y a la mamá y la primera vedette nacional es un trava que porta flor de badajo!
¿Quieren que les diga lo que pienso?
Que se jodan los abuelos, por brutos, incultos y atrasados!


EXTRA! EXTRA! Vean las fotos exclusivas de los primeros modelitos recién salidos del laboratorio!!!
No se pierda el suyo, pídalo a través de este Blog, somos Distribuidores Exclusivos para América Latina.











Modelito Tradicional, ideal para papás nostalgiosos que sueñan
con un mundo que no volverá








Idem al anterior, en
versión femenina




Y la versión más popular, la onda total, el modelo más pedido y el futuro que ya está aqui!


No se lo pierdan!!!! Viene con la discografía completa de los Rolling incluida!!!!!


Hace muchos años escuché esta anécdota de Durruti durante su breve paso "recaudatorio"por Argentina. Según parece se encontraba tomando algo con sus compañeros en un bar de la Avenida de Mayo, cuando se acercó a su mesa un hombre joven aún, envuelto en un sobretodo gastado, pidiendo dinero. Durruti lo miró, notando en él rasgos de alguien de buena cuna pero caído en desgracia. Dicen que Durruti, mirándolo fijo a los ojos le dijo: "Recupera tu dignidad" y de inmediato sacó una pistola de grueso calibre y la puso sobre la mesa, agregando: "Toma, vé y mata al ministro de economía de turno"...


Toda la recaudación de los asaltos a los bancos que realizó con su equipo se utilizó exclusivamente para ayudar a la causa anarquista. Durruti vivía una vida extremadamente austera en entrega completa al ideal anarquista.

Aún se discuten las oscuras causas de su muerte, aunque para nosotros la bala procedió de las filas comunistas, los enemigos de siempre.

Con diez hombres como él por nuestras latitudes otra hubiese sido la suerte de nuestra desafortunada Argentina.



Julius Evola no podía ser fascista ni nacionalsocialista, su posición irreductible como esoterista tradicional lo apartaba de ambos movimientos por razones completamente lógicas y comprensibles. Ninguno de los dos citados movimientos interpretaba negativamente a la Revolución Francesa, lo que para un esoterista tradicional resulta algo simplemente impensable. El descalabro del 14 de Julio representa el momento más negro en la cronología reciente de la Tradición.

El populismo del fascismo de su país le resultaba superficial y coyuntural, a pesar de todos los comentarios al respecto, jamás adhirió a él plenamente. Se limitó a observarlo desde una altiva perspectiva, sin oponerse, pero tampoco mostrando una simpatía que fuera más allá de una aceptación condescendiente.

En cuanto al Nacionalsocialismo, como no podía ser de otra manera, le resultaba repugnante la adhesión del mismo a la superioridad meramente racial, por cuanto Evola consideraba que la superioridad era esencialmente Espiritual, no física. Acerca de este tema Evola fue siempre tajante. Jamás aceptó el concepto de superioridad racial desde la posición nacionalsocialista.

No puede sorprendernos, por lo tanto, que tanto fascistas como nacionalsocialistas no hayan considerado jamás a Evola como parte de sus filas. Evola jamás perteneció a dichos movimientos, permaneciendo siempre como un Esoterista Integral y Tradicional.

22.1.11

Argentina es un país que se destaca entre sus vecinos por poseer, como Conrad dijo a través de unos de sus personajes: “Un talento natural para el desastre”. Triste país sudamericano que no se reconcilia con su destino geográfico y genético y vive en un eterno desgajamiento psicológico, político y hasta metafísico, como el hombre de Byron, "ser marino que habita en la tierra deseando volar".

Los argentinos se caracterizan por una incapacidad casi constitucional para la profundidad. La mayoría de su intelectualidad cree que la profundidad pasa por la capacidad de expresar la cosas más sencillas de la manera más abstrusa y alambicada posible. No nos puede extrañar, por lo tanto, que Argentina sea uno de los últimos reductos planetarios del Psicoanálisis freudiano y de su derivación más oscura, el lacanismo. Podemos aplicar aquí lo que mi amigo Manuel Gerardo Monasterio escribiera al respecto de los psicoanalistas en su libro “Vigilia sin tregua”: “…de tan profundos pasan al otro lado de las cosas…Y siguen navegando por la cáscara”

Y este es el drama esencial de los argentinos, su incapacidad de profundizar, de ir verdaderamente al meollo de las cosas con verdadera intención de una acción funcional y realista. Viven en la ilusión de ser profundos, cuando en realidad son simplemente complicados y oscuros, y poseen una casi inextinguible vocación de masturbación política y social que los ha llevado a descender de mundos, ostensiblemente a través de las décadas, cuando, como todos sabemos, fueron uno de los “niños ricos” de la vapuleada América del Sur.

He tenido la fortuna de recorrer Argentina de Norte a Sur a lo largo de varios años de prolongadas visitas. He sido usufructuaria de la hospitalidad de algunos increíbles amigos en ese país, a quienes he visto sufrir en diversas ocasiones en escenarios difíciles de imaginar para una europea nacida en el último cuarto del Siglo XX. Aclaro, no me sorprenden estas penurias ocurriendo en algunos países africanos o asiáticos, pero me ha costado mucho entender cómo pueden ocurrir en un país “abundante y culto” como Argentina, lo que me obligó a intentar averiguar por qué las cosas son como son en “La Reina del Plata”.

Argentina padece de una creciente marea de sectores pobres, pero la pobreza de Argentina no es como la de Brasil, por ejemplo, o la de Guatemala. La pobreza de Argentina es una pobreza-pobre, sin matices, sin colores. Los brasileños y los guatelmatecos pobres padecen de una pobreza rica en su interior, plena de tradiciones, de insospechadas tonalidades culturales y hasta religiosas.

En Argentina, he andado miles de kilómetros pasando por centenares de pueblos, todos grises, descoloridos, impersonales.

Argentina pasa por ser, tradicionalmente, un país católico. Pero, ¡qué diferencia con la fe religiosa de las gentes simples de México o de Brasil! La fe que uno ve en los argentinos es tan “mediana”, tan “de superficies” como todo lo demás.

No van al fondo de nada, viven como en una inmensa mesa de café donde todo se discute hasta altas horas de la madrugada con la sola intención de que todo quede como está, de forma tal de poder volver mañana a conversar de las mismas cosas sin solución de continuidad. Y hasta quizás resulte una terrible y bella metáfora el hecho de que uno encuentre en Buenos Aires, Córdoba, Rosario o Mendoza, tantos y agradables cafés.

Uno de los temas que más ruido ha hecho en los medios argentinos, por poner un caso, es el de la Papelera Botnia, de capitales escandinavos. La ciudad de Gualeguaychú se levantó “en armas” durante meses, qué digo, años. La contaminación que produce la planta –y no es que la apoye de ninguna manera- es una simple broma en comparación con los horrores que ocurren masivamente en distintos lugares de Argentina. He tenido ocasión de ver importante documentación acumulada durante años por abnegados científicos argentinos a los que poco y nada se ha escuchado, donde se muestra la extensión increíble de aguas contaminadas con arsénico, que es lo que beben como agua “potable” decenas de miles de argentinos desde el norte de la provincia de Buenos Aires hasta quien sabe donde. Hay enfermos incurables como resultado de esta locura, y no se ha hecho nada sustancial al respecto.

Ríos contaminados en todas partes; cerdos comiendo en los basurales públicos –que luego serán faenados bajo inexistentes controles bromatológicos para ser consumidos por la inerme -¿o desidiosa?- población; autos y camiones que nadie controla, mientras lanzan toneladas de residuos tóxicos por no estar en condiciones técnicas de funcionar…Todo esto lo he visto, no me lo han contado.

Argentina es un país que se pliega feliz a todas las modas, mientras lleguen de lugares “aceptables”, esto es, lugares foráneos con algún aura de fama, categoría o elevado nivel económico. De allí que ahora los Argentinos festejen San Valentín o Halloween, como los vecinos ricos del norte. De vez en cuando aparece alguna manía extraña, como ha sido la -¿pasajera?-pasión de algunos sectores por todo lo irlandés o vinculado con Irlanda…Ya hubiera deseado uno que, en esta pasión por Irlanda –país muy querido para mi- los argentinos se hubieran contagiado un poco de lo histórico que une a ambos países, cual son los conflictos con Inglaterra…Pero los argentinos, básicamente, no están interesados en complicarse demasiado la vida. Con un poco de cerveza y de música, ya les alcanza y sobra.

La pasión por lo banal y superficial llega a tal extremo, que muchos argentinos verdaderamente prominentes deben emigrar, esto es, si no aspiran a fenecer,vegetar o suicidarse (como ha ocurrido con varios genios de ese país) Y una vez afuera, esos argentinos ilustres, no dejarán de sorprender a sus colegas con su inteligencia y capacidad.Pero, oh desgracia, siempre en el exilio!

Son los argentinos, en definitiva, quienes han acuñado la palabra que mejor los explica a ellos mismos y a sus extravagantes problemas: “Tilingo”.

“Tilingo” es una palabra fantástica, que abarca, según parece, la mayor parte de lo que los argentinos padecen. “Tilingo” es quien presume de ser fino, sin serlo. Pero es mucho más. Se trata también de alguien obsesionado por las pequeñeces y los detalles, por lo insustancial de las cosas. El “tilingo” gusta de adquirir fama o brillo de culto, de “connoisseur”, de “estar en la pomada” (como me han enseñado mis amigos argentinos que se dice en Argentina de aquellos que saben dónde y cómo ubicarse).

El “tilingo” es, en definitiva, un ente superficial que gusta de navegar por la corteza de la vida sin arriesgarse nunca a los sabores de la interioridad. Será por eso, tal vez, que rara vez nos tomamos a los argentinos y a sus problemas en serio, porque son ellos los que, a fuerza de superficiales y vanos, carecen de seriedad. Y esta falta de seriedad ha pasado a ser casi su tarjeta de presentación. Lo que, para alguien como yo, que a pesar de todo lo dicho, he tenido una bella relación con ese país, resulta una suerte de tragedia. Aunque, lógicamente, lo que para mí luce como tragedia, para los argentinos ha de ser, seguramente,no más que un simple sainete.

Nuria Climent Vilardebó, Barcelona, 18 de Enero de 2010


Nuria Climent Vilardebó es antropóloga, nació y vive en Barcelona

21.1.11

Soy la fragancia última del íntimo jardín ametrallado. ¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? Debajo de la verde marea de mierda que consume a la humanidad como una gangrena gaseosa. Y todo cabe en ese trozo condensado de maldad viciosa: los héroes y los sueños, los bríos de la sangre y el alma de la rosa. Todo reducido a una miseria de papeles pavorosa. Yo no tengo redención, la Vigilia me condena a verlo todo sin remedio. Voy a morir clamando, voy a morir cantando, voy a morir rugiendo, voy a morir quebrando el ensueño de los perros. Voy a morir blasfemando, voy a morir escupiendo sibilantes estrellas como doncellas tiernas recién incendiadas. Horrorosas-luminosas verdades que nadie puede negar y que no sirven para nada. Porque los dioses controlan nuestra sangre programada. Neurogenética espacial que tú, ingenuo hermano, morirás sin siquiera sospechar. dioses amorfos, dioses idiotas que jugáis con nosotros desde el paraíso absurdo como los sueños de vuestra imaginación babosa. Yo no soy más que un alimento fugaz, bocado intrascendente en la cena cósmica. Pero necesitáis de mí! De mi pasión inextinguible y de mi sufrimiento sin fin. Blasfemo por ti, ignorante hermano, que no comprendes el misterio del infausto Prometeo. El buitre caerá sobre mí sin fin, arrebatándome cada noche un pedazo de cerebro que habrá de renacer para darle nuevamente noche a noche de comer. Clamo por ti, que graciosamente me has crucificado y habrás de hacerlo cuántas veces tus dueños lo crean necesario. Yo no soy más que el alimento blasfemo que provoca indigestión a nuestros dioses. Tú nunca lo podrás comprender. Nadie quiere vislumbrar certezas tan dolorosas. Yo no tengo más remedio, he nacido condenado con los ojos siempre abiertos. Y el programa está sellado: tú a dormir el sueño de los perros, y yo, Oh temblor inmarcesible, sometido sin fin a velar tu infame sueño!

De mi novela "Y Juramos com Gloria Morir"

13.1.11

No por antiguo menos actual, este artículo de Pilar Rahola que habla de aquello que en Argentina casi jamás se nombra, los muertos que están más que desparecidos, ya que de estos se guarda memoria pública y oficial. Aspiramos a una justicia en serio, a una justicia que digne la ecuanimidad de su significado. A una justicia que actue con los dos brazos -el izquierdo y el derecho-. No es que tengamos esperanza de que esto pueda ocurrir, pero seguiremos reclamando por ello.
M.G.M





Todos los muertos merecen tener un lugar en la memoria

En esta Argentina torturada, cuya dictadura sangrienta, malvada y feroz dejó un reguero de sangre, dolor y rabia, existieron víctimas distintas de las víctimas oficiales, víctimas que no tienen su lugar en la memoria, ni reciben el aplauso oficial, ni salen en las lágrimas públicas. Víctimas que aún se esconden por los rincones de la clandestinidad, como si fueran responsables de su propio asesinato, como si, por haber sido escogidas para morir, tuvieran culpa. Víctimas convertidas en victimarias

Su mirada es limpia, profunda, dulce. Pero habla con la fuerza de los que se comprometen más allá de la comodidad y el aplauso. La contemplo en su juventud hiriente, bella, frágil, y algo parecido al sentido materno me inspira un instinto de protección que nadie me ha pedido. Sin embargo, Victoria Villaruel no desea ser protegida, sino escuchada, y su causa fluye por su verbo atropelladamente, casi sin aliento, quizás acostumbrada a tener pocas oportunidades para ser oída.

Estamos en el vestíbulo de los despachos de un amigo, y cuando Victoria ha acabado su explicación, la atmósfera se torna densa. Me dice, con el hilo de una tristeza infinita: “¿Nadie me escuchará?”. Noto un rasguño en la conciencia.

Me habla de mujeres que murieron un día cualquiera, caídas bajo balas que no llevaban sus nombres; ellas acompañaban a sus maridos, a sus hijos, a sus vecinos. Me habla de esa niña de 3 años, la primera víctima.

Me habla de Patricia Gay, de sus padres asesinados ante su mirada adolescente, de su suicidio posterior. Me habla de jóvenes soldados, salidos de la pobreza norteña para ganar una comida caliente y unos pesos seguros. Jóvenes del pueblo más llano, asesinados bajo la etiqueta de “enemigos del pueblo”.

Me habla de ese periodista… y de la bomba..., y de tantos, y la muerte se acumula en la estancia con la temible fuerza arrolladora que la define.

Fueron cientos, la mayoría asesinados antes de la dictadura, víctimas de una revolución que clamaba por la vida, pero hincaba sus pezuñas en el odio. En esta Argentina torturada, cuya dictadura sangrienta, malvada y feroz dejó un reguero de sangre, dolor y rabia, existieron víctimas distintas de las víctimas oficiales, víctimas que no tienen su lugar en la memoria, ni reciben el aplauso oficial, ni salen en las lágrimas públicas. Víctimas que aún se esconden por los rincones de la clandestinidad, como si fueran responsables de su propio asesinato, como si, por haber sido escogidas para morir, tuvieran culpa. Víctimas convertidas en victimarias. Esas víctimas reclaman, desde la oscuridad del olvido, su hueco en la historia de la Argentina. Y, sin embargo, aún no lo tienen.

Me dicen los amigos: te metes en un hormiguero. Sin duda, sobre todo porque soy una extranjera pisando minas de tiempo, y si los propios argentinos aún no han hecho las paces con su memoria –su memoria al completo–, ¿quién es nadie ajeno, para venir a pasar cuentas?

No es ésa la arrogancia de este artículo. Al contrario, parto, si me permiten, de un ejercicio de autocrítica severo y humilde. En España tardamos mucho en descubrir que la maldad del franquismo no justificaba otras maldades. Luchamos como supimos –mal y a destiempo– por recuperar unas libertades que llegaron cuando el dictador murió en la cama. Durante esos largos años de persecuciones, cárcel, exilio y muerte, todo lo que se escondía bajo el paraguas del antifranquismo merecía la etiqueta de heroico y de justo. Y así, nos tragamos el malvado sapo de las bombas de ETA, hicimos borrón a los desmandes trágicos de la República, olvidamos a las víctimas del otro lado y convertimos la realidad española en un mapa maniqueo de buenos y malos.

Por supuesto, el franquismo fue, como toda dictadura, intrínsecamente malvado, y nada justifica ni uno solo de sus abusos, sus atropellos y sus violencias. Mi familia, en este sentido, sabe muy bien de qué hablamos. Pero ni todo fue heroico en el otro lado, ni todo fue justo, ni todo es justificable. Muy al contrario, bajo la noble pancarta de la lucha por las libertades, se escondieron discursos y personas que nunca amaron a la libertad, pero que la usaron como eficaz y violenta excusa. El ejemplo más atroz de ello han sido las víctimas de ETA.

Durante años, y hasta bien entrada la democracia, los familiares de las víctimas de ETA tenían que esconderse bajo los rincones de la vergüenza y el silencio, no reconocidas por casi nadie, culpables de haber merecido la diana que un etarra cualquiera, desde su zulo de muerte, les había pintado. Me avergüenza decir que la sociedad española fue largamente injusta con las viudas, los hijos, los amigos, todos los que perdieron a un ser querido, a causa del terrorismo vasco.

Y si abrimos el melón de los actos violentos de la guerra civil, aún cuesta, en el lado progresista, reconocer a las monjas, a los curas, a los disidentes que las patrullas revolucionarias mataban en las noches de saqueo, mientras gritaban “¡muerte a Franco!”. Ser meridianamente claro en la denuncia de la maldad de una dictadura nunca puede implicar amnesia con la propia responsabilidad, desprecio a las otras víctimas, las que generó el bando “amigo” y, sobre todo, justicia de doble moral. Ese error trágico, malvado para todos los que sufrieron, lo cometimos durante décadas.

¿Cuál es el error que cometen ustedes, los argentinos? Por supuesto, ésa es una pregunta cuya respuesta sólo puede surgir de los propios argentinos. Pero me atrevo a sugerir algunas ideas críticas, quizás abusando del amor por este país y de la complicidad que he ido tejiendo con su historia.

La primera idea fundamental es que no hay víctimas buenas y víctimas malas. Las víctimas lo son integralmente, más allá de quiénes apretaron el gatillo. La víctima de una dictadura no es más víctima que la que cayó bajo las balas de un grupo de terroristas, decididos a imponer, con la violencia, sus ideas revolucionarias. Perpetrar todo un edificio de memoria y dignidad, expulsando de ese edificio a una parte sustancial de los que cayeron, es construir sobre barro. Peor aún, es intentar hacer justicia con cimientos injustos.

Si, además, se abre en canal el pasado, se juzga a los criminales, se levantan las amnistías, pero todo ello se hace con la mirada tuerta, sólo hacia un lado de la balanza, entonces se consolida otra forma de maldad. No se hace justicia. Se perpetra venganza.

Ya sé que a estas alturas del artículo, muchos se sentirán escandalizados. “No es lo mismo un dictador, que un revolucionario”, gritarán indignados. No. Son dos formas distintas de violencia. Pero ambas dos son violencia. Nadie dio permiso a los militares para secuestrar, asesinar, torturar a centenares de personas. Ello es tan evidente, que no está sometido a discusión, y no puede quedar impune. Sin embargo, ¿por qué es tan difícil afirmar que tampoco, nadie dio permiso a un grupo de iluminados para que se fueran a las montañas, mataran a decenas de personas y crearan un clima de terror?

Mi amigo Iván me cuenta cómo aprendió, de niño, a tirarse al suelo, cuando jugaba en la calle y aparecía, por la esquina, una furgoneta negra. Ese clima de terror en nombre de una revolución, cuya ideología era totalitaria, ¿quién tuvo el permiso de crearlo? ¿Quién les dio permiso a los Firmenich para decidir la muerte de padres, hijos, maridos de decenas de argentinos? Y, si ello es así, ¿cómo puede construirse el futuro sobre una parte de la memoria trágica ignorando, ninguneando, despreciando a la otra? ¿Cómo pueden quedar impunes los “otros” crímenes, los “otros” culpables?

“Sólo queremos que nuestras víctimas existan como víctimas.” Sólo un rincón en la memoria. Victoria Villaruel preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas y, hoy por hoy, su lucha es casi clandestina. Por no tener, no tiene ni derecho a visita oficial, señalada como apestada por una dirigencia que ha decidido reescribir la historia con renglones torcidos. ¿Su culpa? Recordar que, más allá de las víctimas caídas bajo la maldad tiránica, existieron víctimas caídas bajo la maldad revolucionaria. Y ese recuerdo es, según parece, un anatema, quizá porque determinada izquierda ha impuesto la inmoralidad de la doble moral. Una forma de mentir sobre la Historia.

Hay víctimas, pues, en esta Argentina que tanto habla de víctimas, que no tienen quién les escriba. Pero están ahí, sin ojos, sin manos, sin recuerdos, sin palabras. Están ahí, y sus silencios pesan como si fueran gritos.

Pilar Rahola
La Nación. Buenos Aires.
07/12/2007

4.1.11

INFANCIA HOY

10 mil niños y adolescentes podrían ser adoptados en Argentina -pero la Justicia los mantiene encerrados-

Por Pedro Ylarri.

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Si bien no existen estadísticas certeras, se estima que diez mil bebés, niños y adolescentes que podrían ser adoptados están encerrados en institutos y hogares de menores de la Argentina. Son sólo el 30 por ciento de los menores de edad que están privados de libertad. La Justicia, gobiernos y hasta las ONG siguen prefiriendo sacar a los niños de sus hogares para encerrarlos en institutos por causas asistenciales, aunque rechazan que sean dados en adopción porque hay que “privilegiar el vínculo biológico”. ¿Hipocresía, impericia o negocio?

Ciudad de Buenos Aires, 15 Jun, Agencia Infancia Hoy.- En nuestro país existe una ciudad invisible de más de 10 mil personas en la que sólo viven bebés, niños y adolescentes que son huérfanos o tienen padres que no cumplen ese rol. Existen, y aunque no están juntos, son invisibles; están encerrados en hogares o institutos de menores. Podrían ser dados en adopción y escapar de esa ciudad, pero la burocracia estatal y la preferencia de la Justicia por la cultura del encierro les ha tendido una trampa. El 40 por ciento de estos chicos tendrá primero la calle y luego la cárcel en el porvenir que el Estado tutelar les ha predestinado.

Se trata del desolador panorama que describen a PERFIL casi una decena de expertos en infancia, legisladores y organizaciones civiles. Se estima que hay 40 mil menores de edad encerrados por el Estado; la enorme mayoría de ellos no por cometer delitos. Están allí, explican todos, “por la vieja cultura del patronato, amparada en una ley de 1919 que supone un Estado tutelar que debe velar por los niños” y justifica su encierro en casos de pobreza o desamparo.

En 2005, vivían en el país al menos 19.579 menores de edad encerrados en orfanatos, institutos y centros privados, 87,1 por ciento de los cuales estaba por situaciones asistenciales (pobreza, violencia y desamparo, entre otras causas), y el resto (el 12,1 por ciento) por cometer ilícitos. Son cifras parciales de Unicef y de la Secretaría de Derechos Humanos, que sugieren que serían más de 30 mil los niños privados de libertad.

“El número no ha decrecido, más bien ha aumentado, los jueces los siguen derivando a institutos y tenemos 40 mil encerrados, de los cuales fácilmente el 30 por ciento podría ser dado en adopción”, explicó a PERFIL Ana María Dubaniewicz, una psicóloga con tres libros y una novela escritos sobre el tema. Cita como ejemplo más paradigmático al hospital Sbarra, de La Plata, donde “hay permanentemente entre 120 y 130 bebés y niños de hasta 4 años, de los cuales 40 podrían ser adoptados”, algo que no sucede. ¿Por qué? Dice que “hay un Estado muy presente para que nadie ni nada cambie”, y denuncia que las trabas burocráticas favorecen la existencia del “negociado” de la adopción ilegal, en el que están metidos “profesionales, médicos e intermediarios”.

La diputada Cynthia Hotton, quien desde hace dos años estudia el tema, añade que “la gran traba” es que la ley y la Justicia priorizan el vínculo biológico por sobre los intereses del niño: “Muchos padres no lo dan en adopción por una cuestión de orgullo o porque cobran subsidios aun viéndolos sólo una vez por año, mientras que las instituciones los prefieren adentro de los institutos por muchas otras cuestiones.” Una de ellas, según los expertos, es que los institutos y ONGs reciben entre 3 mil y 6 mil pesos por niño, “un negocio que no muchos quieren perderse”.

Con por lo menos 10 mil chicos que necesitan y pueden ser adoptados y la misma cantidad de parejas que buscan adoptar, “lo único que tenemos que hacer es favorecer que ambos se junten”, dice la diputada, quien presentó un proyecto para reformar la ley de adopción.

El proyecto pone plazo de dos años a los jueces para que consigan una familia a los niños, permite que los hijos no deseados puedan ser entregados en dependencias oficiales sin que sus madres sean penalizadas por abandono de persona y que puedan hacerlo en forma anónima. Además, reduce de 12 a 6 meses el tiempo en que los padres pierden la patria potestad en caso de no visitarlos.


(Infancia Hoy)
 

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