Para José Alberto Alfonsi
Hoy la nostalgia golpeó
la puerta de mi corazón,
trayéndome aromas de ausencias
de nunca y para siempre.
El amigo, tan amigo, que creímos
que su amistad estaba hecha
a prueba de todos nuestros desdenes y omisiones.
La madre saforizada y aguantadora,
que nos preparaba una comida tan rica como imposible,
-Igual que los sueños tras la bruma
de nuestra juvenil ingenuidad-
a la que destratamos,
olvidando que hoy ya no estaría….
La palabra que se nos quedó atascada
en ruta trunca hacia los labios,
y la que imprudente salió de ellos
para lastimar de manera irremediable
un amor que deberíamos haber cuidado.
El beso que jamás llegó,
y nos dejó una nostalgia
que nunca termina.
Aquél que sí llegó,
y nos dejó una amargura
que duró para siempre.
La 9 de Julio angosta
–pero quizá más digna que la de ahora,
por lo menos en nuestra imaginación-.
Los conventillos temibles y generosos.
El baldío en medio de la ciudad pujante
donde pateábamos con los pibes
una pelota de sueños que ingenuos
pensamos que Iba a rodar para siempre.
Las aspiraciones que perdimos,
bajo militares que deshonraron uniformes
y asesinos agazapados detrás de ideales
que terminaron convertidos,
-como casi todo lo que se nos murió
en esta patria grande y ausente-
en cuentas suizas secretas e inexpugnables.
El purrete tonto que fuimos
y eternamente somos,
que aún sigue mirando
cuatro películas por un peso
en el Cecil de la calle Defensa
o en el Select San Juan o el National Palace
de la Avenida San Juan…
En cines desaparecidos,
llenos de olores impredecibles
y pulgas y sueños tan amados como inalcanzables,
donde entrábamos con un poco de miedo
pero al final nunca pasaba nada…
Los rostros de las mujeres perdidas,
robadas, despedidas, olvidadas.
El niño que siempre fuimos,
Que nunca dejaremos de ser,
a pesar de todos los desengaños
que nos dieron y que dimos.
A pesar de todo lo perdido,
de todo lo olvidado,
de lo nunca venido
pero siempre añorado.
Hoy la nostalgia golpeó fuerte
las puertas de mi corazón ardiente
de sueños todavía,
a pesar de todo,
de todos y de todas,
a pesar de mí.
Manuel Gerardo Monasterio,en los Jardines de Prometeo,
a las 14.01 del 6 de Julio de 2017 (del Falso Calendario)
4 comments:
Pocas veces en la vida, mi corazón amó a alguien
como a este querido amigo del Alma
Éramos tan felices!
Que no nos dábamos cuenta
Que la noche acechaba
Nuestro nido de perlas
Teníamos tesoros
Muy dentro de los ojos
Y al colocarle anteojos
Se alteró su visión
Historias ciudadanas
Con un ancho de banda
De cuarenta manzanas
Es de tiempo el camino
Donde mueren los niños
Encarnando proyectos
Que los dejan sin voz
Luego toman consciencia
Al llegar a un remanso
Ven que andando descalzos
Era otro el amor
No es el rey quien esconde
El perdido tesoro
En un cruel laberinto
De nostalgia y dolor
Es aquél que extraviado
Mira sin saber dónde
Y olvidado su nombre
Pierde su corazón
Éramos tan felices!
Que no nos dábamos cuenta
Y al pasar los sesenta
Uno quiere otra vez
Transitar las baldosas
De las pequeñas cosas
La imberbe adolescencia
Su universo de rosas
Paradójica esencia
Del círculo y la senda
Modelando en su greda
La humana trascendencia
Diapasón intangible
De un retornar eterno
A ese mundo de estrellas
. . .
Te mando el más querido y grande de loa abrazos. desde nuestros sueños imposibles. desde el amor que no cesa. a pesar de los desencuentros y el aparente olvido... Te sigo amano como siempre, con el mismo amor viril, puro, inocente que nos unió en pos de las Estrellas que quizás no alcanzamos...Pero que siguen allí por Siempre!
Amigo del Alma...Amigo y Hermano del Alma! Las mismas Estrella están allí, tan cual la soñamos, allá por el 73... No importa lo pasado, lo perdido, lo olvidado...En algún lugar tú yo estamos juntos...para Siempre.
Las estrellas siguen ali, intocadas. Como entonces, somo Siempre...Hermano del Alma!
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