Lo he escrito más de una vez, incluso en mi novela "Y Juramos con Gloria morir", y decenas de veces más en distintos artículos...Pero es inútil. Todos siguen repitiendo lo mismo sin saber, aún los que deberían saber.
La Triple A fue una frase-sigla acuñada por mi amigo el Dr.Julio César Urien,
El significado de la Triple A era, según su autor y cito textualmente, "el eje de liberación de los pueblos Asia-África-América".
Aún puedo recordar la charla con Julio César en su piso de la calle Arenales -mientras yo fumaba uno de los "Gran Nicaragua" que Julio solía cederme a mí, ya que él no los fumaba-...
El Juez de Cámara retirado, ya grande, y con la mirada embarazosamente húmeda me decía: "Ese degenerado -por López Rega- usurpó y retorció la obra de mi vida, dándole a la Triple A un sentido completamente opuesto a lo que originalmente representaba".
Y Punto.
Punto Final.
Julio César era la cabeza (visible) de la Logia Anael - a la que Perón dió su apoyo (sea lo que fuere lo que representase el "apoyo" de Perón que no daba puntada sin hilo y sin segundas intenciones)
De la extraña combinación ideológica de Julio César no he de hablar, primero porque ya no está entre nosotros y debería decirlo él si esa hubiese sido su voluntad, y en segundo lugar porque mi propia urdimbre ideológica no es menos compleja que la de él, e incluso se entrecruza en algunos puntos que tampoco deseo revelar en este momento. Por esas coincidencias me honró con su cálida amistad.
Hombre de Leyes, en serio. Se retiró de la práctica profesional como Juez Camarista de la Nación. Hombre de ideales, caballero de los de antes, de los que ya quedan los pocos que se van muriendo en este mundo de miradas sartreanas que anonadan, de bastardos sin gloria. Lo acompañé en largas horas de amables coloquios matizados con las masitas que nos traía su señora esposa. Hombre de porte varonil y bello, de clara mirada que oteaba el infinito de los ideales inalcanzables que nuestros recíprocos sueños anhelaban.
Vaya pues la verdad en este tema en honor y homenaje a ese hombre íntegro y tan plétorico de bellos ideales y de vida cívica impecable.
PD: me refiero en esta nota al Dr.Julio César Urien, no a su hijo -quien fue Presidente del Astillero Río Santiago-con quien no me relaciona vínculo alguno de ningún tipo.
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