Las tortugas, los colibríes y las hormigas jamás han intentando escribir tratados de antropología…Los seres humanos, sin embargo, escribimos desde tiempo inmemorial manuales de teología.
No hay nada que pueda decirse acerca de Dios que no represente una soberana estupidez o una blasfemia.
A pesar de ello, tenemos incluso a ateos payasescos como Richard Dawkins o Sam Harris, que niegan de manera miliante Aquello que ni siquiera pueden comenzar a vislumbrar.
Para todos ellos se aplica la frase magistral de William Blake:
“Es un imbécil quien reclama pruebas para creer en lo que es incapaz de percibir;
Y tonto sería quien se esforzara en hacer creer algo a semejante imbécil.”
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