Lo planteé desde el principio,y contrariamente a lo que esperaba, la realidad del público y de los actores me ha dado la razón.
Ni siquiera el cambio de libretistas está pudiendo salvar a esta tira de su "autoinmolación".
El que aparentemente dijo basta es Arturo Puig, quien no ha podido reconciliarse con la ridícula transformación de su personje, de hombre de bien con principios, a patán delincuente y asesino. Su personaje, precisamente, era uno de los que menos resistían en una estructura argumental que venía desmoronándose rápidamente.
Parece que el actor ha pedido que "lo maten" para poder retirarse dignamente...de este bodrio inverosimil.
El rating tampoco parece acompañar a la tira, aunque Puig ha declarado expresamente que no es este el tema que le preocupa, sino más su papel, su comodidad en él y la credibilidad del mismo (dicho por alguien que ha llegado a tener 60 puntos de Rating -según sus propias palabras-su opinión alcanza una altura relevante)
Resulta realmente penoso que la audiencia tolere casi todos los desmanes de alguna gente emocional y mentalmente desviada que maneja los negocios de la televisión, respondiendo a veces positivamente cuando debería rechazar con vigor ciertas propuestas. Pero esto es Kali Yuga y las cosan son lo que son. Afortunadamente siempre nos quedan actores como Arturo Puig.
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