El 18 de Abril de 2006 publiqué este artículo en nuestra página:
www.foroplanetario.com.ar
Me pare interesante volver a ponerla ahora aqui....
Crónica de una guerra anunciada
Algunas observaciones irrelevantes
Los comentaristas de política internacional parecen haber decidido, unánimemente, darle vacaciones a su cerebro. Ninguno ha siquiera sugerido que la ocupación de Irak pueda ser una pantalla para preparar lo que siempre fue el objetivo primordial: una guerra contra Irán.
Deberían saber que esa guerra está organizándose por lo menos desde el 2003, si no mucho antes, y que dentro de la agenda está asimismo la posibilidad de un ataque nuclear contra Irán.
Es una necesidad estratégica elemental contar con un centro de abastecimiento y operaciones cercano al teatro principal. Para Estados Unidos, utilizar a algún país “amigo” como Kuwait o Arabia Saudita sería impensable, o acaso una última opción: ningún país musulmán podría aceptar el oprobio religioso de cooperar de esa manera contra otro país Islámico. Había que invadir Irak, donde, por supuesto, era sabido por todos que no había armas de destrucción masiva. Las armas de destrucción masiva se estaban acumulando en Irán, y ese fue desde el principio el objetivo primordial.
Voceros del gobierno Iraní acaban de declarar que “la desaparición de Gran Bretaña está dentro de sus planes”...
Ya sabiamos lo que representa el gobierno del Presidente Bush.
Los que tenían dudas acerca de lo que representa el gobierno Iraní, difícilmente puedan conservarlas ahora.
Parece que el resto de la población mundial está -¿cómo siempre?- obligada a elegir entre la olla y la sartén...
Ya estamos suficientemente complicados como para que Irán pueda llegar a desarrollar –ni siquiera en un futuro lejano- algún tipo de armamento nuclear.
Lo que resulta tragicómico es que la comunidad internacional no se haya manifestado de manera tajantemente clara en ese sentido. A estas alturas la humanidad debería poder operar en conjunto para neutralizar a cualquier país que, como Irán, ponga en marcha actividades peligrosas o destructivas para la comunidad internacional.
Lo mismo debería poder aplicarse a los Estados Unidos...Pero ese es un cascabel para un gato de otro costal. Porque es ridículo que frente a un peligro semejante pueda llegar a pensarse en términos de soberanía de cualquier país... Con excepción, obviamente, de las potencias establecidas...Que por ahora podrán hacer como mejor les parezca...Lo único que nos haría falta son más países que puedan hacer “como mejor les parezca”... El riesgo estadístico sería demasiado elevado. No podemos permitirnos ampliar “el eje del mal”...Por lo menos, no podemos darle a dicho “eje” más poder nuclear...
¿Hace falta que Estados Unidos ataque Irán? ¿No podría la comunidad internacional lograr que Irán no prospere hacia la eventual adquisición de armamento nuclear?
Por otra parte, ¿Nadie recuerda Chernobyl, cuyas tremendas consecuencias aún Europa está y continuará sufriendo?
El mundo se ha vuelto demasiado complejo como para seguir pensando en términos de blanco o negro. No creo que la humanidad pueda permitirse ya semejante infantilismo. Y sin embargo es la visión de muchos de los que gobiernan... ¿O no?
¿O acaso se trata de un macabro juego globalizado para mantener a la población mundial lo suficientemente confundida –o entretenida-?
¿Tiene clara idea el lector, del nivel de intercambio comercial que hay realmente entre Estados Unidos y Cuba? Por citar sólo uno de múltiples ejemplos.
Los alaridos religiosos de todos los sectores terminan siendo una musiquilla de fondo para distraer con respecto a la religión verdadera de la mayoría: el dinero y los negocios del dinero. Como se decía hace años: “Todo lo demás es biógrafo...” Teatro, cortinitas de humo...o directamente, boludeces para la gilada (para nuestros lectores del resto de Latinoamérica, traducimos: pendejadas para los idiotas)
Malos eran los de antes. Como cuando Hitler decía lo que iba a hacer, por qué lo iba a hacer y a quien se lo iba a hacer... Y además cumplía. Esos eran malos de veras que iban de frente.
Los malos de ahora la van de buenos. Y en vez de explicar cómo y por qué van a destruir a una etnia determinada, llevan a cabo el exterminio entre gallos y medianoches y en nombre de la paz y del bien universal...
El ejercicio de la filosofía no es, ciertamente, un arte que fabrique optimistas.
Y el filósofo casi siempre termina dispéptico, hipertenso o ulceroso.
Quizás sea más saludable mirar para otro lado o irse a pasear al Shopping. O anotarse en cualquier seminario de autoayuda de los muchos que nos ofrece la chispeante “nueva era”. Si fuera posible, algún muy buen seminario de autohipnosis, que nos ayude, para poder sobrevivir aunque más no sea algunos minutos, a no ver o por lo menos a no sufrir con tanta intensidad, el infinito océano de imbecilidad en el que nos movemos y somos...
Manuel Gerardo Monasterio, 18 de Abril de 2006
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