oxígeno e hidrógeno,
y mucho menos.
No cabe y sobra en el poema.
No encaja en los esquemas.
Desborda el universo
y se escurre, tan pequeña!
Es insaciable, inasible,
insoportablemente inmarcesible.
La vida espera si le place,
se apura si desea,
no llora lo pasado
ni sufre lo que viene,
acepta lo que ocurre
sin ver si le conviene.
Camina paso a paso,
o corre, vuela y salta
porque le sobra todo
el tiempo que nos falta.
No tiene voluntad
ni ritmo controlable
ni ropa que ponerse
ni cita impostergable
ni sueños que soñar
ni cuentos que contarse
para ser lo que es:
vida sola, vida una,
maravillosamente desnuda.
Manuel Gerardo Monasterio, 6/4/1991
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