Ante la tremenda batahola que han levantado los comentarios públicos de Maradona luego de ganar –penosamente-ante Uruguay,interrumpo una serie de actividades más o menos urgentes para publicar este breve editorial.
¿Por qué se rasgan las vestiduras ante los comentarios de Maradona?
¿Qué esperan, realmente, de Maradona?
Quizás partan del grosero error de pensar que Maradona es algo más que un muchacho de Villa Fiorito que tuvo la suerte –o tal vez la desgracia- de convertirse en un fenómeno futbolístico incomparable.
¿Qué quieren de Maradona?
¿Acaso en el imaginario colectivo bulle la fantasía de “Maradona-Dios, o “San Maradona”?
¿No será que han sobrevaluado lo que significa mover bien una pelota?
En un planeta humanamente desacralizado, los grandes futbolistas son santos (en Chile hasta le han pedido al Papa que canonice al técnico Bielsa…), las divas innobles e impúdicas como Maddona son confundidas con la Verdadera Maddona y la reina de las veddettes termina siendo…un travesti.
¿Cómo alguien puede sorprenderse por los comentarios de Maradona?
¿Por quién han confundido a Maradona para creer que Maradona podría comportarse de otra manera?
En un país donde los que mandan mienten y roban, insultan, manosean y pervierten la mente de la población todos los días, cada día, cada hora y cada minuto.
Donde un secretario de comercio de la nación con mando de ministro plenipotenciario anuncia públicamente que “sus muchachos rompen columnas vertebrales y sacan los ojos” de quienes se atrevan a criticar o a generar oposición…
Donde el paco se vende en las esquinas con el beneplácito de la policía y los funcionarios de turno…
Donde las menores de edad son vendidas como mercadería en la calle para ser utilizadas como despeñaderos de todas las miserias –sexuales y mentales- de adultos enfermos que seguramente pasan el resto del día como “ciudadanos respetables”…
Donde la gente corta las calles e interrumpe ilegalmente el libre tránsito de todos, en cualquier momento y por lo que se ocurra (pero difícilmente por todas las cosas que vengo relatando)
Donde la existencia del ciudadano tiene solamente el valor instantáneo que le dan los noticieros cuando aparece la noticia de que lo han asesinado por sacarle unos billetes o un celular…
Donde se multiplican los que asesinan a mansalva por unos trozos de papel o un celular, porque nuestra cultura de consumo –que consume el interior de los hombres-fabrica cada más y mejor, hambrientos de neuronas y de valores que saldrán a hacer lo único que la sociedad les ha enseñado: robar y matar….
Donde los padres mandan a sus hijas a los “realities” para que se prostituyan públicamente bajo la mirada perversa de todos los “ciudadanos y ciudadanas respetables” que fantasean con la degradación pública del prójimo…
Donde la desnutrición infantil aumenta al ritmo que se depauperan los hospitales públicos de una manera que los convierte en un infierno para cualquier pobre cristiano con la desgracia de estar enfermo y tener que acudir a un hospital…
¿Este es el país de la gente que se sorprende por lo que dice Maradona?
(Y hasta me atrevo a preguntar: ¿Estaría tan molestos con Maradona si el seleccionado nacional hubiese ganado por goleada la mayoría de los partidos disputados bajo su dirección técnica?)
Y esto lo tiene que decir alguien como yo, a quien no le interesa para nada el fútbol, pero siente compasión por Maradona, por razones quizás diferentes a las de la mayoría a la que sí le interesa el futbol.
¿Qué quieren que diga Maradona, el hombre equivocado, en el lugar equivocado, en el momento equivocado, en un país confundido hasta la médula, en un mundo confundido hasta las células?
¿Quiénes construyeron la imagen de Maradona, y con qué materiales, con qué contenidos, con qué valores?
Maradona, directo y desnudo, sincero hasta la náusea, es la imagen más acabada y honesta y perfecta de lo que verdaderamente somos.
Pero seguramente casi nadie se dará cuenta. Y todos seguiremos siendo Maradona hasta el final.
Manuel Gerardo Monasterio, camino a Walden, a las 9 horas del 17 de Octubre de 2009 (del falso calendario)