Las pretensiones del transhumanismo resultarían graciosas si acaso sus adalidades no hubiesen avanzado tanto en la concreción de sus propósitos.
El asunto en perspectiva resulta sencillo de evaluar.
Las malversaciones conceptuales y los delirios (¿síntomas neurológicos incipientes de la sífilis?) de Friedrich Nietzsche (vivimos en una época que ha elevado
a Nietzsche al rango de Profeta…), su afiebrado “Übermensch”, el superhombre,
el hombre más que humano, es lo que bulle debajo de las macabras propuestas del transhumanismo moderno.
Las malversaciones conceptuales y los delirios (¿síntomas neurológicos incipientes de la sífilis?) de Friedrich Nietzsche (vivimos en una época que ha elevado
a Nietzsche al rango de Profeta…), su afiebrado “Übermensch”, el superhombre,
el hombre más que humano, es lo que bulle debajo de las macabras propuestas del transhumanismo moderno.
Para quienquiera haya estudiado medianamente la cuestión humana, estas pretensiones resultan tan ridículas que verdaderamente estrechan hasta sus límites la imaginación.
¿Cómo podemos aspirar a convertirnos en algo más que humano cuando no
hemos siquiera llegado a rozar los límites evolutivos de lo genuinamente humano?
hemos siquiera llegado a rozar los límites evolutivos de lo genuinamente humano?
El mero hecho de portar una forma humana, no significa que su portador haya llegado
a la plenitud de esa forma. De hecho, la mayoría de la humanidad vamos y venimos sin siquiera rozar dichos límites. La forma humana no garantiza que “viva allí un Hombre”…todavía.
a la plenitud de esa forma. De hecho, la mayoría de la humanidad vamos y venimos sin siquiera rozar dichos límites. La forma humana no garantiza que “viva allí un Hombre”…todavía.
La forma humana, ni siquiera presupone que haya allí un Alma individual.
La forma humana es un proyecto, un proceso posible de Consciencia.
Mal podemos pretender ir más allá de aquello en lo que todavía no hemos devenido.
Para aspirar al “superhombre” deberíamos antes haber realizado al Hombre. El Hombre como Imagen y Semejanza…Considero que aún estamos lejos no sólo de alcanzar, sino incluso de Comprender lo que Eso Significa.
Es el tal el nivel de confusión conceptual y el descalabro epistemológico en el que vivimos, que uno tiene que explicar lo más elemental para poder comenzar a asomarse a lo verdaderamente importante.
Para poder aspirar a ir más del Hombre, primero tendríamos que comprender ¿Qué es el Hombre? Pregunta esencial de la Antropología filosófica que los contemporáneos han abandonado en el olvido por la inveterada pereza intelectual que domina y manda en estos tiempos.
Esto es el resultado de la ideología tecnocrática que lo inunda todo hoy.
Nos encontramos tan atrapados por esta ideología que incluso abundan por millares
los que proclaman el supuesto “fin de las ideologías”…Cuando nos encontramos, precisamente, atrapados en la ideología más poderosa que la humanidad actual ha presenciado, la de la técnica elevada a rango de deidad. Algo que los más preclaros pensadores preanunciaron, y contra los que nos alertaron, tempranamente (por citar sólo
a algunos, Spengler, Mumford, Jaspers, Guenon, Evola, Orwell, Aldous Huxley, McLuhan, Faure)
Nos encontramos tan atrapados por esta ideología que incluso abundan por millares
los que proclaman el supuesto “fin de las ideologías”…Cuando nos encontramos, precisamente, atrapados en la ideología más poderosa que la humanidad actual ha presenciado, la de la técnica elevada a rango de deidad. Algo que los más preclaros pensadores preanunciaron, y contra los que nos alertaron, tempranamente (por citar sólo
a algunos, Spengler, Mumford, Jaspers, Guenon, Evola, Orwell, Aldous Huxley, McLuhan, Faure)
Los que transitamos el camino del Humanismo Trascendente sabemos que hay que permanecer en las Fuentes, y en caso de desvío, hay que volver a ellas con urgencia.
Es por ello que hemos acuñado la frase: “Fuera de la Tradición sólo existe Perdición”.
Para aquellos que se pregunten qué entendemos verdaderamente por Tradición, estamos aplicando la más primigenia etimología de la palabra, “lo que se ha recibido y transmitido directamente de boca a oído.”
Allí radica uno de los abismos más peligrosos de la así llamada “nueva era”: la pretensión
de muchos de intentar reinventar la rueda, partiendo solamente de su delirio narcisista omnipotente, de su Ignorancia de las Fuentes y de su desconexión con la Tradición Genuina, que es, ni más ni menos, la Cadena Viviente y Perenne de los varones y mujeres que entregaron su vida al Servicio de ese Conocimiento Trascendente y de su transmisión de generación en generación.
de muchos de intentar reinventar la rueda, partiendo solamente de su delirio narcisista omnipotente, de su Ignorancia de las Fuentes y de su desconexión con la Tradición Genuina, que es, ni más ni menos, la Cadena Viviente y Perenne de los varones y mujeres que entregaron su vida al Servicio de ese Conocimiento Trascendente y de su transmisión de generación en generación.
Son tantos y tan variados los mamarrachos conceptuales que se intentan vender hoy como “sistemas” o “metodologías” espirituales que retan a la más frondosa imaginación. Lo que la gente desconoce, son los peligros subyacentes en estas técnicas DESVINCULADAS DE LA TRADICIÓN transmitida directamente por el Linaje Maestro, no importa de qué corriente se trate (Cristiana, Judía, Islámica, India, Budista, Taoista o chamánica en sus diversas tradiciones)
El punto es que el Camino ya es suficientemente arduo dentro de la Tradición. Fuera de la Tradición, tenemos el abismo de la locura y el peligro de convertirnos en títeres de Entidades y fuerzas que la mayoría de la gente se encuentra lejos de sospechar.
Permanecer en las Fuentes.
Volver a ellas si hace falta.
Mantenerse en Sintonía con lo Sagrado 24/7 x 365.