Cariño, ustedes son las verdaderas dueñas y señoras del universo, ejemplares de un género comprobadamente superior. En poco tiempo podrán prescindir completamente de nosotros –los zánganos- gracias a la tecnología que les permitirá auto-reproducirse sin tener que recurrir a nuestra despreciable asistencia.
Te ruego, por lo tanto, un poco de paciencia y compasión, ya que como verás, soy uno de los últimos especímenes de un género en franca extinción.
Debo, eso sí, hacerte una última aclaración:
Yo no “padezco del síndrome de Peter Pan”, Yo soy Peter Pan.
Por lo tanto, si no puedes aceptar plenamente mi ontológica e inalienable condición (si sólo se tratase de un simple vicio o de una enfermedad, podría modificarse o ser curada) te pido encarecidamente que me dejes seguir volando feliz con Wendy y los niños.
Afectuosamente tuyo,
Peter Pan (alias Manuel Gerardo Monasterio)
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