28.3.13

Corky era tierno, emotivo,pasional,solidario,naturalmente bondadoso y algo salvaje como todos los jóvenes de su condición, que ven y perciben detalles de la hipocresía y los dobleces  de la gente que la gente suele dejar pasar o ni siquiera percibe...

Nell era una joven dulce por dentro y algo áspera por fuera, como alguien que se defiende luego de haber sido manipulada desde muy niña para cumplir labores que no encajaban con las tendencias naturales de su alma. Era una gran romántica a quien le frustaron abruptamente su primer amor..

Los dos sentían un particular rechazo por las formas y motivaciones del mundo, por la misma índole mentirosa y codiciosa del mundo. Como tantos como ellos se sentían como conejitos conviviendo con ratitas, roedores todos, pero de idiosincracia muy diferente.

Vivían aisladitos cada uno en su mundo para protegerse del otro mundo, hasta que un dia se conocieron, más que conocerse, se Encontraron. Como se encuentran las nubes de vapor de distintas temperaturas en el cielo y comienzan a producirse distintos tipos de lluvias. Eran distintos pero complementarios.Como dos extrañas y raras piecitas que sin saber cómo encajan una con la otra de una manera casi mágica. Y al juntarlas producen una especie de zumbidito agradable, grato al oído y al corazón.

Vivieron casi dándose de comer el uno al otro a la boca, todo tipo de alimento, alimento para el cuerpo, para la mente y para el alma.

Como es usual e inevitable para todos, pasaron una cantidad de experiencias,algunas muy bellas y algunas muy traumáticas. Siempre juntos, porque desde que se Encontraron nunca más nada pudo separarlos.

La gente no entendía muy bien quienes eran y qué había realmente entre ellos. parecían como dos siamesitos, y eso la gente lo suele ver como patológico,y quizás lo era, desde la perspectiva del mundo y de la gente.

Por su condición de conejitos enntre ratitas, todo siempre les resultó doblemente doblemente difícil. Pero seguían y seguían adelante a pesar de las mil y una dificultades para adaptarse a un mundo para el que, definitivamente, ninguno de los dos tenía condiciones.

De un día para otro,  la pequeña Nell (siempre atareada y obsequiosa con su prójimo -era una exquisita e incomparable anfitriona de su hogar y nunca nadie que llegaba se iba sin tu tecito y sus macitas preparadas artesanal y amorosamente) enfermó como de golpe, y cosa rarísima en ella, no quiso levantarse más de la cama. Parecía como que había enfermado súbitamente, pero en realidad la enfermedad había estado creciendo en las sombras -alimentada de tristeza y frustración- y sin dar noticia de sí hasta que ya estaba muy avanzada...

Corky se desesperó como nunca antes en su vida. Corría, iba y venía intentando hallar una cura o una mejoría para su pequeña Nell.A veces lo hacía con tranquilidad y tino, y otras por impulso del dolor creciente que lo iba tomando,como a quien le cae de golpe una de esas pegagosas y extrañas nieblas matinales que le impiden a uno ver con claridad donde se encuentra y hacia donde está yendo.

Iba, venia y tropezaba tratando de alcanzarle a su Nell lo mejor para calmar esa enfermedad que avanzaba. Nell, que de natural ya era un poquito más hosca que Corky a la hora de hablar, ya ni siquiera hablaba, se había convertido en una sola queja continua.

Cuanto más amuchaditas viven dos personas, más se acostumbran  a sentir lo mismo el uno que el otro, y Corky sufría con la enfermedad de Nell de una manera cada vez más angustiosa y terrible.

En lugar de mejorar, como perseguidos por un destino ineluctable, Nell empeoraba con cada
tratamiento.
Corky no tenía consuelo.

Finalmente los médicos dictaminaron que la enfermedad de Nell estaba ya muy avanzada, y que no había nada más que esperar.

Nell se fue apagando, y junto con ella, roto por la deseperación, Corky la fue siguiendo.

Cuando Nell se apagó, Corky quedó a su lado como una marioneta sin hilos ni tiritero. Quedó a su lado en silencio y perdió todos sus apetitos. Y al lado del cuerpecito de su Nell,se fue apagando también el de Corky...

Transeunte atareado que pasas envuelto por tus mil problemas y preocupaciones, quizas algún día observes dos tumbitas floridas con las lápidas de los desafortunados amantes, uno junto al otro como siempre vivieron. Y hasta quien sabe, te llame la atención la inscripción en la conjunta lápida:

Yacen aqui dos personajes raros, tristes y bondadosos, que juntos cantaron una dulce melodía que la gente disfrutaba cada vez que la escuchaba. Desde que se Encontraron, como estampilla de las de antes bien pegada al sobre, jamás se separaron. Juntitos en la vida y juntitos en la muerte, intentando en el final darse uno a otro el elemental Calorcito que todos los humanos necesitan para vivir, y que Corky y Nell siguieron compartiendo hasta el final.

Y si aún, transeunte ajetreado,te queda un minuto de sorpresa para matizar tu dia de una manera diferente que rompa tu rutina, puedes recitar la pequeña oración que Corky escribió para su amada Nell:

Amada compañera de mi corazón,
que la tierra sea contigo tan grata, dulce y leve
como lo fuiste tú para mi alma.

Amén













 

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