29.3.13

Señor, tengo contigo
la misma relación ambivalente
que tu tienes conmigo.
Por supuesto, Tú dirás:
"Hijo, mío, Yo estoy Siempre Presente
 más cerca de ti que tú mismo.
Eres tú, hijito, quien se ausenta
de nuestra relación indivisible!"

Claro, claro, Señor mío,
conozco bien ese argumento,
que es tan tuyo como todo lo demás
que has creado, diseñado o construido.

Pero sí como proclaman los teólogos
tú eres Ominsciente,Omnipresente, Omnietcétera
y todo lo demás, habrás de saber de antemano
todo lo que soy y siento y estoy pasando.
Y si estás tan Presente,no habría que hacer
esfuerzo alguna para percartarse
de tu Presencia Inmarcesible.
Y dicen que tu Presencia es Paz,
absoluta bendición inmarcesible,
dicha que no cesa, satchitananda etcétera etcétera.
Y dime Tú, ¿qué es todo lo demás?
Dirán tus acólitos incorregibles,
"no hay más, pequeño saltamontes,
es sólo tu mente que vive en la ilusión"
Y si todo es ilusorio, no tengo ya duda alguna
de que también son ilusorias todas las pretensiones
de tus acólitos ya idos, venidos o por venir
que vienen sacudiendo la mente y la anatomía
de cada pequeño infeliz que llega a esta ilusión
que vaya a saber quien o qué ha creado,
que sacuden la mente de cada recien llegado,decía,
con teorías, normas, códices, biblias, y demás instrumentos de tortura
que no valen lo que una cagada de paloma
ante el sufrimiento de cualquiera de tus pequeñas
criaturas que están sufriendo en este momento
de un rincón a otro de tu "creación inefable".

Debo decirte, Padre, que no siento atractivo alguno
por esta invención tuya que se expande por todas partes.
Sé también-astuto viejo que soy y me conoces-
que me estoy adentrando ya en territorios
que huelen a azufre y me estoy acercando
demasiado al discurso de Aquél,
tu Primer Gran Hijo rebelde.

¿Qué quieres que te diga?
Desde mi más tierna edad
te he servido fielmente,
y por el salario que he terminado recibiendo
al día de hoy, debo confesarte que, por primera vez,
tengo muchas ganas de charlar un poco con tu Competencia
para ver si tiene algo más interesante para ofrecerme...


Como verás, hoy tengo algunas quejas
que presentarte, y como dentro de tu Divino Plan
no has puesto a nuestra disposición
un Libro Oficial de Quejas
(algo que cualquier miserable oficina pública tiene
a disposición de los usuarios, aunque luego nadie lo lea)
debo presentar mi queja por este humilde medio
que seguramente no cuenta con el "Nihil Obstat"
ni tuyo ni de ninguno de los supuestos acólitos
que se arrogan soberbiamente ser tus representantes en esta tierra.

Ya sé, ya sé, siempre hay alguna posibilidad
de recibir todavía algo peor de lo que estoy recibiendo,
y debería tener miedo,más que miedo terror,
conociendo el arsenal infinito de los horrores
disponibles en este circo absurdo, estrafalario y espantoso
que tus acólitos llaman "Tu Maravillosa Creación".

Como Tú has inventado el terreno de juego,
las reglas del mismo, los instrumentos con lo que se juega,
el tiempo disponible para el mismo, y conoces además el resultado,
no nos has dejado a disposición más que seguir jugando,
vayamos perdiendo o ganando, o incluso sabiendo
de antemano que habremos de perder 1000 a 0.
Tenemos que seguir jugando.
¿Cómo dejar de hacerlo?
Incluso los suicidas, que creen
poder escapar mediante su acto
de ese destino ineluctable,
no pueden dejar de cumplir el plan que Tú,
en algún lugar de tu Omnisapiente Omnipresencia
ya has creado para ellos...En una palabra,
que ya estaban llamados a ser suicidas
y por lo tanto, ni aún así pueden escapar
de los Oficios de tu Plan maravilloso.

Antes de que alguno de tus incontables acólitos
quiera pegármela por la cabeza con su "caballito"
infaltable de batalla que es "el libre albedrío",
les adelanto que ese es un concepto tan enrreversado y confuso
y tan discutido entre tantos de ustedes -oh especialistas en Dios-
que no vale demasiado traerlo a cuento porque, en definitiva,
nadie tiene al respecto una idea clara de nada.

Para ir acortando esta cartita, Señor,
y a pesar de que hace rato que tengo la idea
de que sólo Yo habré de recibirla y leerla,
te envío a traves de ésta mi humilde pedido:
La próxima vez que se te ocurra algo semejante
a todo esto que has creado y construido,
y haciendo uso de tu Inefable Misericordia
e inmarcesible Omnipotencia, esta criaturita intrascendente
que soy yo, quien ahora te habla/escribe, te pide que si está en tu poder
hacerlo -¿cómo podría no estarlo?- en lo sucesivo,
te abstengas de contar conmigo.

Quedo siempre tan tuyo como Tú me has obligado eternamente

Tu Criatura




 

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