26.6.10


La nueva telenovela que ha producido Telefé (producida por Llorente y Villaruel Contenidos) es una mediocre repetición de temas ya presentados hasta el cansancio por casi todos los que manejan el mercado (Polka y compañía, etc.)

Resulta difícil abstenerse de la tentación de comparar este producto mediocre con la magnífica producción Brasileña “India: una Historia de Amor”.

Dejemos de lado la impresionante inversión de la Telenovela del país vecino, y hablemos de la temática y del contenido.

En “Secretos de Amor” tenemos la ya clásica presentación de los personajes abominables y poco creíbles. Parece que la gente fuerte del medio está empecinada en ganar dinero repitiendo las repugnancias que ya les han sido fructuosas anteriormente, y por supuesto, como siempre en Argentina, invirtiendo lo menos posible.

La tira apunta claramente al segmento femenino de 45 años para arriba, explotando la rutina matrimonial y las fantasías del amante joven. Estos ingredientes no son obviamente suficientes para que los libretistas hayan podido salir de clichés insoportables y de unos personajes pésimamente delineados que no se sustentan mínimamente, ni aún teniendo en cuenta que el público argentino -¿en estado de inermidad emocional y psicológica?- parece ya capaz de tolerar cualquier cosa.

Una pena ver a “los Navarro” desperdiciados en esta mediocridad inconcebible. Tanto Juan Gil como Adrián son actores de porte y consistencia como para aprovecharlos en obras más acordes con su nivel. La vuelta de Arturo Puig, un actor de presencia segura, no aporta en el papel nada que rescate a la tira de su vulgaridad. Decir que Soledad Silveyra se repite, fatigosamente, sería casi un eufemismo. Sus suspiros y grititos aburren, aún más en el personaje tonto y carente de densidad humana que ya ha compuesto -¿o le han hecho componer?- en varias oportunidades. La típica mojigata que terminará, seguramente, entregándose a pasiones que a esta altura de la cultura ya ni siquiera pueden llamarse “prohibidas”. Y que conste que, por haber disfrutado muy joven de “Rolando Rivas” no tengo para la Silveyra más que cariño y buenos recuerdos. Pero no me parece que sea suficiente.

Por otra parte, a los productores fuertes del país le cuesta muchísimo presentar personajes con valores que resulten creíbles. No es difícil entender la clave de su éxito, son el espejo perfecto de una sociedad donde son noticia los políticos corruptos, los supuestamente honestos que terminan también corrompiéndose y las interminables retahílas de banales atrocidades e impudicias cotidianas relatadas por Rial y reflejadas en Tinelli.

Los personajes “buenos” resultan caricaturas increíbles o apenas triviales de una realidad que tiene, sin duda, mucha gente valiosa para mostrar, pero que los medios se empeñan en ocultar, o acaso son completamente indiferentes a manifestaciones de la consciencia que no logran siquiera comprender.

¡Qué contraste con “India: una Historia de Amor”! Donde sin ninguna complicación –porque la historia presenta a gente normal, no a superhombres- se despliegan los personajes con su caudal de humanidad bien delineada, frescamente expresada, representando un bello relato para el alma del televidente que, si desea ver la tira completa y sin cortes, debe hacerlo hoy día a través de la televisión chilena!

Para aquellos que somos fans de Adrián Navarro y de Juan Gil Navarro y deseábamos volver a verlos, no quedará otro remedio que tolerar la pobreza argumental de esta tira que, seguramente, tendrá todo el éxito que su horario le pueda ofrecer. Luego de lo cual, los productores seguirán convencidos -¿y por qué no habrían de estarlo?- de continuar con estos engendros no sólo burdos, sino tan poco originales.

1 comments:

Cari dijo...

Hola todos, hola Manuel.
Realmente no veo Telefé, no lo veía antes, y hoy menos, luego de lo que ocurrió con "India", la cual, como vos bien explicás, sus seguidores debemos verla por la tv chilena, por el canal de la univ. católica, que la pasa completa. Como no veo Telefé no puedo comentar la novela que nombrás, pero sí decirte que el público que tiene dos dedos de frente está ya harto de los remanidos recursos argumentales de las telenovelas. Ya no nos creemos más (si alguna vez lo creímos) los clásicos personajes del ciego, paralítico, amnésico, muerto que resucita o que no había muerto, aquel que busca a su madre o padre y termina siendo el más obvio, ya repugna tanta bajeza! Es un insulto al telespectador! Ese tipo de público, busca otra cosa, como bien decís: contenido, o como decía Clemente:"un cacho de cultura". Y sin duda las novelas reflejan la decadencia del pueblo. También ví Rolando Rivas, taxista, y te digo que no todas las mujeres de ese target que vos nombrás tienen esas fantasías, Telefé se equivoca! Algunas, quizás seamos pocas, quieren crecer como personas, aprender día a día, y sueñan con progresar, con mejorar, tienen valores sólidos, defienden la familia, etc. Me ha sorprendido gratamente encontrar tantas mujeres, y hombres también seguidores de "India", si querés, utópicos creyentes aún en que la novela no tiene porque ser burda y chabacana, sino una obra artística y cultural, transmisora de valores. En fin, que otra vez coincidimos. Te felicito por tu blog, voy a agregarlo en el mío como recomendado. Tus palabras merecen ser leídas.
Bendiciones
Cari

 

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