4.6.10

El dramaturgo y productor teatral José “Pepe” Cibrian expuso apasionadamente en el Senado Nacional, su discurso a favor del la aprobación del matrimonio homosexual.

Antes y después, continuó exponiendo en algunos programas televisivos.

Su recordación del asesinato del gran poeta granadino Federico García Lorca, sin embargo, representa una transpolación ilícita de ámbitos. El hecho de que García Lorca haya siso asesinado por homosexual, no tiene relación alguna con la ley en cuestión, y opera como una apelación a las emociones, lo que genera, clásicamente, una atmósfera favorable para la posición del expositor.

Esta, y otras técnicas, han sido profundamente estudiadas en los trabajos sobre Manipulación del Profesor Alfonso López Quintás.

No pueden ser los sentimientos la base donde se asientan los principios para la sanción de una ley. Ni tampoco pueden serlo las penurias o tragedias de una u otra persona en particular.

Pepe Cibrián utilizó por lo menos dos argumentos más que son, asimismo, epistemológicamente ilícitos. Cuando trató de refutar la “no naturalidad del matrimonio homosexual”, con que antes tampoco era natural que los negros estuvieran con los blancos, y que las mujeres votaran. Son situaciones completamente diferentes, y el mezclarlas representa una nueva violación a la justicia –parafraseando a Quintás-que se debe hacer a cada ámbito en particular. La “naturalidad” de que la mujer tenga los mismos derechos de voto que el varón, y de que se considere al hombre negro con igualdad de derechos con respecto al blanco, no puede compararse con el tema del matrimonio homosexual. Es incomparable. Y es muy simple darse cuenta. El matrimonio tiene como objeto primordial establecido desde los principios del derecho, la reproducción y la protección de la prole (luego vinieron los bienes, etc,) pero primero es eso. Porque la supervivencia de la especie es un mandato universal desde el microbio hasta el ser humano. Los “matrimonios” homosexuales únicamente pueden reproducirse por intermediación de la moderna tecnología médica. No estamos dirimiendo aquí que eso esté “bien o mal”, pero no hay ninguna duda que habría que estirar mucho la imaginación para pretenderlo “natural”.

Pareciera que el tema que más le preocupa a Cibrián es la adopción. Y volvió a lanzar su ya histórica pregunta, ante el hecho de los niños que están en la calle, violados, maltratados, desnutridos, “¿que prefieren, Pepe o la calle?. Esta pregunta se la hizo a la Diputada Hotton, entre otros, y creo que ella no le contestó.

Yo le voy a contestar, es una respuesta muy simple.

Yo prefiero a Pepe, sin lugar a dudas.

Cibrián sabe de lo que habla cuando se refiere a los Institutos infantiles que retienen a los niños para seguir cobrando subsidios. Cualquiera de las parejas que hemos tenido que pasar –y seguimos pasando-por el Via Crucis de la adopción en este bendito país, lo conocemos bien. Pero no es que los niños continúen en los institutos, o aún mucho peor, en la calle, porque no haya parejas heterosexuales dispuestas a acogerlos: siguen violados y destruidos en familias enfermas y/o en la calle, porque el sistema argentino encargado de protegerlos es desastroso, inepto y moroso.

Pero Pepe Cibrián utiliza aún otro argumento que no resulta universalmente aplicable, que es el de presentarse él, como persona homosexual, como si lo que él es, representase la media de los homosexuales. Y esto NO es así. Su caso no es representativo, ni de la “media” de los homosexuales, ni de la “media” de los heterosexuales. 

Y luego Cibrián pone sobre el tapete un argumento muy usual, pero no necesariamente válido para esta ocasión, como lo es la creencia entre alguna gente que “los homosexuales son todos “perversos degenerados”. Por supuesto que esa es una fantasía del colectivo que no tiene ningún asidero en la realidad. Hemos conocido homosexuales con unos valores morales tan estrictos como los de una honesta señorita de la acción católica. Y tampoco por ser homosexual se es necesariamente “pedófilo”. Y además, hay muchos homosexuales que puntúan más alto como personas que muchos heterosexuales. Y hay muchos heterosexuales que apestan, como personas, como padres y como ciudadanos. Y de hecho, la mayoría de la humanidad es heterosexual, y el mundo no anda tan “bonito”, o por lo menos a mí no me lo parece. Y la familia con base heterosexual, puede llegar a ser muy disfuncional. Luego de treinta y dos años de práctica como psicoterapeuta, definitivamente NO soy un fanático de la familia tal cual anda constituida. Es más, he dicho que la familia nuclear matriarco-patriarcal es una institución muy tóxica, por decirlo suavemente.

¿Pero qué tiene que ver todo esto con la modificación del Código Civil para incluir el “matrimonio homosexual”?

Y voy ahora a jugar “en mi propia contra”, porque en alguno de los varios artículos que vengo publicando sobre este tema, utilicé un argumento que ninguno de los que me escribieron intentó refutar. Lo voy a hacer yo mismo. Escribí en un artículo que el matrimonio homosexual era una imposibilidad semántica, ya que “matrimonio” viene de “matris-munis” es decir, oficio de madre. Y seguía diciendo yo, ¿cómo pueden dos varones dados en matrimonio ejercer un oficio privativo de la mujer?…Pero, ¿Y qué pasa si se trata de dos mujeres? ¿Pueden o no pueden?

Pueden, es evidente. Nadie lo preguntó, lo pregunto y lo contesto yo. No sólo pueden, pueden hacerlo mucho mejor, quizá, que algunos matrimonios heterosexuales. Personalmente, y al margen de los grandes cambios que la cultura está produciendo sobre los roles, mi experiencia con familias en psicoterapia y mi conocimiento de la historia universal, me dicen que “los hijos son esencialmente de las mujeres”. Hay excepciones, las hubo antes, y las hay más ahora, con los cambios-y descalabros-que las sociedad de consumo poscapitalista está produciendo. Pero es que se trata de una propiedad genética muy simple de observar en casi todas las especies. Este es un tema que daría mucho para seguir hablando, pero no aquí.

Todo esto que acabo de plantear, sigue sin hacer mella sobre el tema central, “matrimonio” en el código civil. Matrimonio en el código civil, es la unión entre hombre y mujer.

Habría que crear otra figura, unión civil, unión familiar, o lo que se llegue a diseñar.

No quiero terminar este artículo sin citar a Cibrián nuevamente, cuando dijo que él podía adoptar ya. Creo que tiene que haber sido amargo escucharlo, para muchos matrimonios en larga espera. Puede adoptar ya porque terminó el largo Via Crucis de todos los postulantes –durante años, o como ocurre muchas veces entre los famosos, porque él es “Pepe Cibrián”?

Vuelvo a repetir mi respuesta ala pregunta ya famosa de Pepe Cibrián, ¿Pepe o calle?

Te lo “daría” a ti, Pepe, sean niñas o varones...Pero esa no es la cuestión que debe primar en la decisión de sancionar esta ley.

 

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